Disimulomemorias
Celebra hoy la Iglesia la memoria de los mártires del siglo XX. Muchos han sido los cristianos que en el pasado siglo vieron arrebatada su vida por el hecho de creer en Jesucristo. Recordaba en su momento monseñor Martínez Camino que, además de los mártires de los años 30 en España “la Iglesia Ortodoxa Rusa ha canonizado ya 1100 nuevos mártires; fue la que más sufrió el martirio en el siglo XX: unos 250 obispos y 200.000 monjes y clérigos fueron asesinados por ser tales".
No me gustaría que una memoria de todos los mártires del siglo XX englobara de forma medio vergonzante la persecución de católicos en España en los años 30. Continuando con Martínez Camino en un artículo publicado en ABC, “el total de eclesiásticos asesinados en los años treinta está en torno a los siete mil, de los cuales 12 eran obispos, unos 4000 sacerdotes seculares y cerca de 3000 mil religiosos y religiosas. Los laicos que fueron muertos por el hecho de ser católicos se cuentan también por miles". El número de santos y beatos proclamados oficialmente por la Iglesia roza ya los dos mil.

Imaginen. Pongan imaginación, que eso es baratito (al menos de momento, que cualquier día hasta por eso nos van a cobrar). Imaginen que ustedes, en un deslumbramiento psicodélico, deciden abrazar el islam con todas las consecuencias. Cómprense una chilaba, vistan a su señora y a sus hijas en edad núbil con el hiyab, hagan sus rezos y, por supuesto, manden a sus niños a la escuela coránica para que aprendan a ser buenos musulmanes. Lo normal ¿no?
Tengo la costumbre, buena o mala no lo sé, de dar la razón a la gente en todo lo que me dicen. Por principio. Pero una cosa es que dé la razón y otra muy distinta que me calle, porque servidor, una vez aceptada la cuestión, tiene por costumbre sacar sus propias conclusiones. Ahí comienzan los problemas.
No voy a hablar de parroquias grandes. En templos con mucho culto los horarios suelen ser fijos y además estar colocados en sitios visibles. Me referiré especialmente a parroquias pequeñas, aunque para todos podrían valer.
Yo no sé si somos conscientes de las repercusiones pastorales que van a tener las nuevas medidas para tratar de frenar la pandemia. No se puede salir de casa desde las once de la noche y hasta las seis de la mañana. Los templos, al 50 % de manera habitual y en las zonas de especial riesgo al 30 %, y así hasta mayo.