Los obispos españoles, el aborto y los partidos políticos
La Conferencia Episcopal ha publicado un mensaje de los obispos españoles para la Jornada de la Vida de este año. Los principales medios de comunicación se han fijado en esta parte del texto: “Es, pues, urgente la modificación de la ley, con el fin de que sean reconocidos y protegidos los derechos de todos en lo que toca al mas elemental y primario derecho de la vida“. Habrá quienes piensen que esas palabras valen para la actual ley del aborto. Y es cierto. Tanto como que valen igual para la ley que había antes. Es decir, si se cambia lo que tenemos ahora por lo que teníamos antes, el mensaje de la CEE sería exactamente el mismo. En otras palabras, lo que ha anunciado -y no ha cumplido- el ministro Gallardón no nos vale.
Nada de todo esto es nuevo. La Iglesia lleva diciendo lo mismo sobre las leyes abortistas en todos los países del mundo donde se legaliza esa práctica ignominiosa. Por eso quiero hacer hincapié en otra parte del documento:
En nuestro contexto actual, parece obligado añadir que una conciencia cristiana bien formada no debe favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral en ese sentido.

Convendrán ustedes conmigo en que la institución familiar es -al menos todavía- la base de cualquier sociedad. Independientemente de la cuestión religiosa, tiene unos efectos civiles importantísimos. El estado está llamado a protegerla si quiere que el futuro tenga cierta estabilidad. Cuando los niños se educan en familias rotas, las consecuencias psicológicas pueden ser nefastas. En ese sentido, una legislación que facilite y promueva el divorcio es un atentado contra el futuro de cualquier nación. No hablamos ya de mantener unidas relaciones en las que existen unas condiciones inasumibles -por ejemplo, violencia-, sino que, precisamente, la ley no ayuda lo más mínimo a que la parte más afectada de una relación conyugal complicada pueda salir a flote pensando en el bien de los más inocentes: los hijos.
Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior del gobierno de España, aprovechó su charla en la embajada española en el Vaticano para
En multitud de posts de este blog he sostenido que la acción política de los católicos debe de estar basada, entre otras cosas, en los principios no negociables indicados por Benedicto XVI en la exhortación apostólica post-sinodal
Juanjo Romero








