(InfoCatólica) El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha publicado un amplio documento titulado «Una Caro. Elogio de la monogamia», que desarrolla el valor del matrimonio como unión exclusiva y pertenencia recíproca. La nota, aprobada por el Papa León XIV el pasado 21 de noviembre, constituye el primer gran pronunciamiento magisterial específicamente dedicado a profundizar en la monogamia como propiedad esencial del matrimonio.
El documento se centra en la propiedad esencial de la unidad del matrimonio, definida como la unión única y exclusiva entre una sola mujer y un solo hombre. Si bien las propiedades esenciales del matrimonio son la unidad y la indisolubilidad, la Nota prioriza la reflexión sobre la unidad, una dimensión que, según se constata, ha sido menos desarrollada que la indisolubilidad en el Magisterio reciente
La expresión bíblica 'Una sola carne' (Una caro) traduce la unidad matrimonial y una profunda percepción de la belleza de un amor exclusivo, constituyendo una decisión de "pertenecerse mutuamente"
En última instancia, la unidad (monogamia) es considerada la propiedad fundante del matrimonio, de la cual deriva la indisolubilidad.
Un documento para responder a los desafíos contemporáneos
El texto, dirigido principalmente a los obispos, surge como respuesta a diversos diálogos mantenidos con prelados de África y otros continentes sobre la cuestión de la poligamia durante sus visitas ad limina. También aborda el crecimiento de formas públicas de unión no monógama en Occidente, a veces denominadas «poliamor».
El cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio, explica en la presentación que el documento toma en serio «el actual contexto global de desarrollo del poder tecnológico, en el cual el ser humano es tentado de pensar a sí mismo como una criatura sin límites». En este contexto, señala, «viene fácilmente ofuscado el valor de un amor exclusivo, reservado a una sola persona».
Tres son las motivaciones principales del texto: la atención al contexto tecnológico actual que lleva al hombre a pensarse como «una criatura sin límites», las discusiones con obispos africanos sobre la poligamia, y el crecimiento del «poliamor» en Occidente.
Fundamentos bíblicos y desarrollo histórico
La nota desarrolla extensamente los fundamentos escriturísticos de la monogamia, comenzando por el relato del Génesis donde se establece que «no son más dos, sino una sola carne» (Mc 10,8). El documento subraya que, aunque «es conocido que la historia del Antiguo Testamento es teatro de la sistemática defección de la monogamia», los fundamentos teológicos se desarrollan en profundidad.
Particular atención recibe el simbolismo nupcial profético, donde las categorías del amor conyugal imprimen rasgos particulares a la comprensión de la alianza entre Dios e Israel. Como explica el texto, «la monogamia aparece como la única y justa analogía del monoteísmo entendido en las categorías de la Alianza».
El documento recorre el pensamiento de los Padres de la Iglesia, teólogos medievales y autores modernos. San Juan Crisóstomo reconocía a la unidad matrimonial un valor particular, mientras que San Agustín subrayaba el bien de la unidad que se expresa en la fidelidad.
La enseñanza magisterial reciente
La nota repasa los principales pronunciamientos papales sobre el tema. León XIII defendía la monogamia como expresión de la dignidad de las mujeres, mientras que Pío XI ofreció una reflexión inédita sobre el amor conyugal en la encíclica Casti connubii.
El Concilio Vaticano II presentó el matrimonio como «íntima comunión de vida y de amor conyugal», y San Juan Pablo II desarrolló la hermenéutica del don, sosteniendo que la monogamia «aparece como la expresión de la relación interpersonal, aquella en la que cada uno de los dos partners es reconocido por el otro en igual valor y en la totalidad de su persona».
Pertenencia recíproca sin posesión
En sus reflexiones centrales, el documento se centra en dos aspectos decisivos: la pertenencia recíproca y la caridad conyugal. Sobre la primera, explica que se funda en el consenso libre de los dos, citando el rito matrimonial: «Yo te acojo como mi esposa», «Yo te acojo como mi esposo».
Sin embargo, advierte que la persona «no puede ser tratada como objeto de uso, por tanto como un medio», recordando que existe una dimensión donde «solo Dios puede entrar sin violarla». La verdadera pertenencia matrimonial «no es un poseer, sino que deja abiertas muchas posibilidades».
El documento deplora las «muchas formas de deseo malsano que desembocan en varias manifestaciones de violencia explícita o sutil, de opresión, de presión psicológica, de control y finalmente de asfixia». Se trata de «falta de respeto y reverencia frente a la dignidad del otro».
La caridad conyugal como amistad suprema
Respecto a la caridad conyugal, el texto la presenta como «una forma de amistad» que abraza también la sexualidad dándole «su significado más bello, más profundo, más unitivo y más fecundo». Esta caridad, explica, «nos mantiene aferrados a un valor más alto que la satisfacción de las necesidades personales».
Gracias al poder transfigurador de la caridad, también será posible comprender la sexualidad «en cuerpo y alma», es decir, no como un impulso o un desahogo, sino como «un regalo maravilloso de Dios» que conduce a la donación de sí mismo y al bien del otro.
Atención pastoral a situaciones complejas
El documento también considera el «drama» de quienes, deseosos de convertirse al Evangelio, deben adecuar situaciones familiares complejas. Tras reconocer que el adulterio es la «antítesis del matrimonio», llama a acoger con sensibilidad pastoral a quienes «han compartido años de vida conyugal» en estructuras no monógamas.
La nota subraya que la «pertenencia recíproca» constituye un dinamismo permanente que no se limita por el paso del tiempo. «Con el paso del tiempo, incluso cuando la atracción física y la posibilidad de tener relaciones sexuales se debilitan, la pertenencia recíproca no está destinada a disolverse».
Educación y compromiso social
En el contexto del individualismo consumista postmoderno, el documento subraya la urgencia de una nueva pedagogía: «El universo de las redes sociales, donde el pudor se desvanece y proliferan las violencias simbólicas y sexuales, muestra la urgencia de una nueva pedagogía».
La caridad de la unión conyugal se ve también en las parejas que se abren a proyectos compartidos para «hacer algo hermoso por la comunidad y por el mundo». En este ámbito es central la atención hacia los pobres, quienes son «una cuestión familiar» del cristiano, no un mero «problema social».
Una profecía del amor divino
El documento concluye subrayando que una unión exclusiva generada por el verdadero amor «no puede estar cerrada en sí misma», sino que debe estar «abierta a otras relaciones, dispuesta al don de sí de la pareja». La monogamia, según el texto, «no es arcaísmo, sino profecía: revela que el amor humano, vivido en su plenitud, anticipa de algún modo el misterio mismo de Dios».
Como reitera la nota en sus conclusiones, «todo matrimonio auténtico es una unidad compuesta por dos individuos, que requiere una relación tan íntima y totalizante que no puede ser compartida con otros». Solo así el amor conyugal será una realidad dinámica, llamada a un crecimiento continuo en una «promesa de infinito».








