(InfoCatólica) El Santo Padre León XIV clausuró este jueves la 81.ª Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana en la Basílica de Santa María de los Ángeles de Asís, donde pronunció un discurso centrado en la necesidad de fortalecer el espíritu sinodal y promover reformas estructurales en la Iglesia italiana.
Un mensaje desde Asís sobre la centralidad de Cristo
En su primera visita a Asís, el Pontífice eligió este lugar simbólico para transmitir un mensaje de «fe, fraternidad y paz que el mundo necesita urgentemente». Recordando a San Francisco, quien recibió la revelación de «vivir según la forma del santo Evangelio», León XIV subrayó que mirar a Jesús debe ser lo primero para los pastores de la Iglesia.
«En este tiempo necesitamos más que nunca poner a Jesucristo en el centro y, siguiendo el camino indicado por Evangelii gaudium, ayudar a las personas a vivir una relación personal con Él», declaró el Papa, haciendo referencia a su discurso de junio pasado ante los obispos italianos.
Llamado a ser artífices de paz en tiempos de fractura
El Santo Padre describió la época actual como marcada por «fracturas tanto en el ámbito nacional como internacional», donde «se difunden mensajes y lenguajes que incitan a la hostilidad y la violencia». Ante esta realidad, exhortó a los obispos a ser «artífices de la amistad, de la fraternidad, de las relaciones auténticas» en sus comunidades.
«Cuando el Resucitado se aparece a los discípulos, sus primeras palabras son: 'La paz esté con ustedes'», recordó León XIV, enfatizando que el don pascual debe extenderse a todos.
Reformas estructurales: fusiones diocesanas y renovación
En uno de los pasajes más significativos de su intervención, el Papa abordó directamente la necesidad de reformas estructurales en la Iglesia italiana. Instó a «no dar marcha atrás en el tema de las fusiones de diócesis», especialmente donde las exigencias evangelizadoras requieren «superar ciertos límites territoriales».
El Pontífice solicitó a los obispos de cada región realizar «un discernimiento cuidadoso» sobre las pequeñas diócesis con pocos recursos humanos, para evaluar si pueden continuar ofreciendo su servicio y de qué manera.
Nuevos criterios para nombramientos episcopales
León XIV anunció cambios en el proceso de selección de obispos, promoviendo «una mayor participación de las personas en la consulta para el nombramiento de nuevos obispos». Esta medida forma parte de su visión de una Iglesia más participativa y sinodal.
Respecto a la jubilación episcopal, el Papa fue categórico: «Es bueno que se respete la norma de los 75 años para la conclusión del servicio de los Ordinarios en las diócesis», estableciendo que solo en el caso de los cardenales se podrá evaluar la continuación del ministerio por otros dos años.
Con tantos casos en la actualidad en varios fruto de premios y castigos del Papa Francisco hay expectación sobre cómo si de verdad se va a materializar. El reciente caso de Cupich que en marzo cumplirá los 77 será una buena piedra de toque.
Desafíos pastorales contemporáneos
El Santo Padre dedicó especial atención al «universo digital», señalando que «la pastoral no puede limitarse a utilizar los medios de comunicación, sino que debe educar para habitar lo digital de manera humana». Advirtió sobre el riesgo de que «la verdad se pierda tras la multiplicación de las conexiones».
En materia de protección de menores, León XIV recomendó desarrollar «una cultura de prevención de toda forma de abuso», agradeciendo los esfuerzos ya realizados y animando a continuar con el compromiso en la protección de los más vulnerables.
El ejemplo franciscano como modelo sinodal
Concluyendo su discurso en el lugar donde San Francisco y los primeros frailes vivieron lo que hoy llamamos «estilo sinodal», el Papa destacó cómo compartieron juntos las diferentes etapas de su camino y perfeccionaron su regla «compuesta sobre todo de expresiones del Evangelio».
«Que el ejemplo de San Francisco nos dé también a nosotros la fuerza para tomar decisiones inspiradas en una fe auténtica y para ser, como Iglesia, signo y testimonio del Reino de Dios en el mundo», concluyó el Pontífice.







