(InfoCatólica) El cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong de 93 años, ha publicado una extensa reflexión en la que critica con firmeza el rumbo actual del Sínodo sobre la sinodalidad y advierte del riesgo real de una desfiguración de la identidad católica. El purpurado se erige como una de las voces más claras frente a la confusión doctrinal que, según él, vive la Iglesia.
Una lección de fidelidad desde la liturgia
Zen parte de la liturgia de estos días, donde se lee el martirio de Eleazar, el anciano maestro de la Ley que prefirió la muerte antes que dar escándalo a los jóvenes fingiendo comer carne prohibida. El cardenal confiesa sentirse identificado con esa figura: «Yo, un anciano de noventa y tres años, aprecio especialmente a Eleazar. ¿Acaso alguien que ha dedicado su vida a enseñar a los jóvenes puede, al final de su existencia, darles un mal ejemplo?».
El cardenal destaca que, en esta época de confusión, la verdad es un «tesoro escondido» que debe compartirse: «No somos 'monopolizadores de la verdad', sino 'servidores de la verdad'. No existe tu verdad y mi verdad; la verdad es saber que somos hijos de Dios, que Jesús murió voluntariamente en la cruz por nosotros».
La estructura apostólica de la Iglesia
Con motivo de la dedicación de las basílicas de San Pedro y San Pablo, Zen recuerda la estructura apostólica de la Iglesia y la primacía de Pedro. Lamenta que «dentro de la Iglesia aún hay personas que no saben qué es la Iglesia» y subraya que se trata de un cuerpo visible y místico fundado sobre los Apóstoles, con Pedro como cabeza del colegio apostólico.
El cardenal explica que el Concilio Vaticano II completó la eclesiología iniciada por el Vaticano I, enfatizando la colegialidad apostólica. Pablo VI, mediante el motu proprio Apostolica Solicitudo, estableció el Sínodo de los Obispos como representación global del episcopado para asesorar al Papa en cuestiones doctrinales y pastorales.
Crítica frontal al proceso sinodal actual
La parte central de su artículo la dedica a una crítica detallada del proceso sinodal bajo el papa Francisco. El Cardenal Zen acusa a la actual estructura de haber transformado el Synodus Episcoporum en un «híbrido» donde se diluye la responsabilidad episcopal.
«El reciente Sínodo sobre la sinodalidad ya no es un sínodo, sino que utiliza el nombre de sínodo para desarrollar una 'asamblea consultiva mixta de bautizados'», denuncia el cardenal, quien enumera varios problemas: metodologías que evitan el debate real, falta de transparencia en la conducción de las sesiones, control de la dinámica sinodal por facilitadores y expertos, y el retiro de cuestiones sensibles hacia grupos de estudio sin supervisión clara.
El impacto de Fiducia supplicans
Zen critica especialmente la publicación de Fiducia supplicans entre las dos sesiones sinodales, documento que permite bendiciones para parejas homosexuales en determinados contextos. Según el cardenal, esto «causó gran confusión en la Iglesia y una grave división», contradiciendo la disciplina tradicional.
Y también el modo con el que se sustrajo al debate otra serie de temas describiendo claramente cómo se actúa cuando se enarbola la sinodalidad:
«Antes de que comenzara la segunda mitad de la conferencia, el Papa Francisco retiró todos los debates sobre objetivos individuales (desclericalización de la estructura de la Iglesia, liderazgo de las mujeres, modernización de la ética sexual, localización de la autoridad doctrinal, etc.) [presumiblemente porque preveía que no se aprobarían con éxito en el sínodo] y los entregó a ciertos 'grupos de estudio'».
«¿Hacia la autodestrucción?»
El cardenal advierte del riesgo de conducir a la Iglesia hacia una situación semejante a la de la Comunión Anglicana: «¿No se ha convertido ya nuestra Iglesia en algo parecido a la Iglesia Anglicana? ¿No es esto un suicidio de la Iglesia católica por querer asimilarse al mundo?».
Zen expresa su preocupación por el documento final del sínodo, que considera «redactado de manera apresurada y poco transparente», y que el papa Francisco ha adoptado como «magisterio papal» para ser «experimentado» hasta 2028. «¡Dios mío! Un documento que todos pueden entender de manera diferente, para 'experimentar' según su propia comprensión, y después de tres años de experimentación en 2028, ¿se podrá dar marcha atrás?», se pregunta.
Llamado a la oración por el Papa
Lejos de cualquier actitud rebelde, Zen insiste en su obediencia filial: «Soy salesiano, pertenecemos al partido realista. Critico ciertas acciones del Papa precisamente porque amo al Papa». Cita la oración tradicional por el Pontífice: «Señor, no lo entregues a las manos de sus enemigos».
El cardenal concluye pidiendo oración para que el Papa «pueda unir a la Iglesia sobre la base de la verdad y juntos dedicarnos a la evangelización»:
«El Papa Francisco ha cometido muchos errores peligrosos, dejando tras de sí caos y división. Ahora, la mayor esperanza reside en que el Papa León logre unir a la Iglesia sobre la base de la verdad y se dedique a la evangelización. Debemos ofrecer nuestras oraciones y sacrificios por el Papa León»







