(InfoCatólica) Hace más de un año la archidiócesis coreana de Gwangju advirtió a sus fieles en contra de la devoción a una supuesta aparición mariana en Naju.
Los obispos asiáticos muestran una creciente preocupación por el flujo de peregrinos hacia el controvertido santuario mariano surcoreano de Naju, construido en el lugar de presuntas apariciones. La situación ha llevado a sucesivos pronunciamientos episcopales que llegan a amenazar con la excomunión automática para los católicos que acudan al lugar.
Nuevas prohibiciones desde Malasia
El último en sumarse a estas medidas ha sido un arzobispo malasio, que se ha unido a su homólogo de Singapur en la prohibición a los católicos de visitar el santuario ubicado en la archidiócesis de Gwangju, en Corea del Sur. Según informa UCA News, quienes persistan en hacerlo serán excomulgados.
El arzobispo Simon Poh de Kuching ha vetado a los católicos visitar Naju, instando a sus fieles a acudir únicamente a lugares de peregrinación católicos oficialmente reconocidos. Esta decisión se adoptó después de que el prelado malasio verificara la cuestión directamente con el exarzobispo de Gwangju Hyginus Kim, quien reiteró que las visitas a Naju permanecen prohibidas.
«A los católicos no se les permite participar en actividades o peregrinaciones a Naju, ya que esto conlleva la excomunión automática», escribió Poh en una carta a la diócesis del 4 de noviembre publicada en el boletín de la archidiócesis de Kuching Today's Catholic.
Advertencias desde Singapur
Pocos días antes, la archidiócesis de Singapur había publicado en dos ocasiones durante octubre sendos avisos de la cancillería advirtiendo a los católicos sobre acudir a Naju. «Se ruega tomar nota de que la última respuesta del Dicastero para la Doctrina de la Fe afirma claramente que el clero, los religiosos o los laicos que presidan o participen en la celebración de los sacramentos o sacramentales (...) incurren en la excomunión latae sententiae», declaraba el aviso del 3 de octubre firmado por el sacerdote de Singapur padre Terence Pereira.
El 31 de octubre, la archidiócesis de Singapur reiteró nuevamente la prohibición de visitar Naju en otra declaración: «Quienes continúen visitando el centro de Naju, donde la presunta vidente prosigue sus actividades contra las directrices del Ordinario local en Corea, incurren en la excomunión automática (latae sententiae)».
El origen de las presuntas apariciones
Las presuntas apariciones marianas en Naju se remontan a los años ochenta, cuando Julia Kim, convertida del protestantismo y madre de cuatro hijos, afirmó haber tenido una visión de Jesús con el Sagrado Corazón sangrante en 1982 que pedía la conversión de los pecadores. Kim también aseguró que su estatua de la Virgen María había comenzado a llorar lágrimas y a secretar aceite perfumado, difundiendo durante décadas los presuntos mensajes recibidos de la Virgen María.
La estatua de Julia Kim se hizo conocida localmente como «Nuestra Señora de Naju» y desde entonces ha atraído peregrinos, especialmente de Asia. La propia Kim se convirtió en «Mama Julia» para sus seguidores, y son miles los peregrinos que continúan llegando a esta localidad de Corea del Sur, que ha tomado el nombre de Montaña de la Madre bendita.
Investigación y rechazo oficial
La archidiócesis de Gwangju, que incluye Naju en su territorio, inició prontamente una investigación sobre los presuntos milagros ocurridos en el lugar. Finalmente, en 1998, el entonces arzobispo Victorinus Youn Kong-hi rechazó las afirmaciones de Kim sobre los milagros, negando que los fenómenos fueran de origen sobrenatural. Visitar Naju y creer en los presuntos milagros ocurridos en ese lugar es «un acto que viola la unidad de la fe de la Iglesia», declaró Youn en su momento.
Complicaciones recientes
La situación se ha complicado ulteriormente en los últimos años porque desde 2022 un exsacerdote salesiano, Alexander Kim Dae-sik, ha comenzado a promover la devoción a la Virgen de Naju, celebrando misa en el santuario y administrando los sacramentos sin el consentimiento del obispo. Por este motivo fue expulsado de la congregación salesiana, pero en 2024 su actividad ha llevado a la archidiócesis de Gwangju a intervenir nuevamente publicando una carta que advertía sobre prestar fe a Alexander Kim.







