(InfoCatólica) La organización abortista Planned Parenthood ha comunicado que al menos veinticinco de sus centros en Estados Unidos han anunciado su cierre en los últimos meses debido a nuevas normas federales que les impiden recibir reembolsos de los programas Medicare y Medicaid. Según el informe, la cifra alcanza al menos 25 centros distribuidos en diez estados.
El cierre de estas instalaciones se produce tras la firma de una ley federal que congeló durante un año los reembolsos de Medicaid y Medicare a centros que realizan abortos. Esta medida ha sido designada como un factor clave en la inminente reestructuración de la red abortista.
Una de sus filiales declaró que se sienten “destrozados y enfadados” por tener que cerrar cinco de sus centros de salud y clausurar tres servicios cruciales. Al mismo tiempo, desde el ámbito pro-vida se interpreta que estos cierres representan un debilitamiento estructural de quien promueve y practica abortos masivos.
Un estudio del instituto pro-vida Charlotte Lozier Institute señala que los centros comunitarios de salud orientados a la mujer superan ampliamente en número a los de Planned Parenthood, lo cual cuestiona la supuesta necesidad absoluta de esa red abortista para la atención sanitaria femenina.
Por su parte, Planned Parenthood advierte que esos cierres afectan el acceso de ciertos pacientes a sus servicios, aunque desde la óptica pro-vida cabe preguntarse si ese “acceso” incluye o no el servicio del aborto como parte sustancial de su actividad. Las implicaciones políticas son también relevantes: los debates sobre la financiación federal de proveedores del aborto continúan abiertos, y los defensores de la vida reclaman que los fondos públicos se destinen a cuidados que respeten la dignidad de la persona desde la concepción.
En definitiva, el reporte de Planned Parenthood presenta un quiebre operativo en una de las mayores redes abortistas de EE.UU., lo cual los pro-vida acogen con esperanza al tiempo que intensifican el llamado a que la sociedad y las instituciones inviertan en alternativas que promuevan la vida, acompañen a las mujeres en crisis de embarazo y protejan al niño por nacer.







