(InfoCatólica) El Observatorio Francés del Catolicismo, un organismo autónomo dedicado a la recopilación de datos sobre el catolicismo en el país galo, acaba de publicar resultados de una interesante encuesta sobre los sacerdotes franceses de hoy.
La encuesta intenta responder a preguntas cruciales para entender a los clérigos: ¿cómo consideran su papel? ¿Qué piensan de las polémicas actuales? ¿Están satisfechos del apoyo que les brindan sus obispos? Las respuestas, divulgadas por varios medios franceses muestran, ante todo, un gran contraste en función de la edad de los sacerdotes, lo que Famille Chrétienne ha llamado «la gran brecha generacional».
Por ejemplo, en relación con las polémicas litúrgicas y el deseo de acoger a los fieles que prefieren la Misa antigua, el 60 % de los sacerdotes de entre 25 y 34 años consideran que la paz litúrgica es una prioridad, mientras que solo desean lo mismo el 31 % de los sacerdotes mayores de 75 años (proporcionalmente muy numerosos en Francia).
Aún mayor es la brecha en cuanto al apego a la moral tradicional de la Iglesia. Un llamativo 45 % de los sacerdotes mayores de 75 años desean que «evolucione» la moral sexual y familiar, mientras que entre los sacerdotes de 35 a 49 años el porcentaje baja al 10 % y, entre los menores de 35 años, a solo el 7 %.
Algo similar sucede en relación con el fin del celibato y la ordenación de mujeres. Entre los mayores de 65 años, casi el 30 % se muestran favorables, pero solo el 4 % entre los menores de 50 años.
En cuanto a la relación con la jerarquía, uno de cada cinco sacerdotes no se siente apoyado por su obispo y la mitad confiesan estar inquietos por su futuro o los posibles encargos que puedan recibir. En ese sentido, casi el 60 % desearían mejorar la relación entre obispos y sacerdotes y, en particular, que su obispo les apoyase más.
Con respecto a la comprensión de su papel como sacerdotes, el 75 % de los clérigos simplemente desean «hacer su trabajo» según la comprensión tradicional del triple munus del sacerdote, consistente en celebrar, enseñar y gobernar. En ese sentido, el 65 % de los clérigos consideran prioritaria la presencia de sacerdotes en la enseñanza católica, algo que, en la laica Francia, no siempre se entiende. Asimismo, el 55 % piden más medidas para lograr un «despertar vocacional».
En conjunto, resulta evidente que la brecha generacional apunta a un clero joven desencantado de los espejismos progresistas del posconcilio y que anhela un catolicismo más auténticamente católico. El progresismo persiste, ante todo, entre la generación anterior, que, a pesar de su avanzada edad, aún tiene un papel desproporcionado por la escasez de vocaciones.
También conviene resaltar el gran contraste entre Francia y España en lo que se refiere a la disponibilidad de datos sobre sacerdotes y seminaristas. A diferencia de lo que sucede en Francia o Estados Unidos, en España no disponemos de estos datos, que permiten entender mucho mejor la situación del clero y que serían fundamentales para que los obispos puedan tomar decisiones más ajustadas a la realidad. En particular, la falta de datos tiende a favorecer las posiciones de los sectores progresistas, que pretenden tener una fuerza que hace mucho tiempo que ya no es real.
Al sur de los Pirineos no existe una entidad como el Observatorio Francés del Catolicismo, dedicado a «generar datos fiables, periódicos y accesibles sobre el catolicismo en Francia, dirigidos tanto al público general como a los líderes religiosos y civiles». Llamativamente, la entidad se formó gracias a la iniciativa de «laicos católicos comprometidos», que «decidieron aunar sus talentos y conocimientos para crear el Observatorio», inspirados por «la convocatoria del Concilio Vaticano II» a la acción de los laicos. Quizá España tenga aún mucho que aprender de sus vecinos del norte.







