(UCANews/InfoCatólica) Durante el pontificado del papa Francisco, las lavanderías papales para los pobres solían recibir el nombre del pontífice reinante. El papa León XIV ha dispuesto que, durante su pontificado, estas lleven el nombre de san Francisco de Asís, en honor al santo que inspiró la caridad evangélica y la pobreza fraterna.
La primera lavandería bajo su pontificado fue inaugurada en la ciudad italiana de Parma el 6 de noviembre, pocos días antes de la Jornada Mundial de los Pobres.
«Parece algo pequeño», declaró al medio OSV News el cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio desde hace años y prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad. Pero para los pobres, añadió, «tener un lugar donde lavar su ropa y poder cambiarse es algo que transforma vidas».
La inauguración tuvo lugar tras la celebración de la misa y un almuerzo para personas necesitadas. Asistieron representantes de la Cáritas diocesana, el alcalde de Parma, el prefecto regional y numerosos voluntarios, a quienes el cardenal describió como «un equipo fantástico de personas que muestran una auténtica alegría al trabajar juntos por los pobres».
«No será la solución a la pobreza mundial, que debe buscarse con inteligencia, tenacidad y compromiso social», señaló el purpurado en un comunicado de la oficina vaticana de caridad. «Pero necesitamos practicar la limosna para tocar la carne sufriente de los pobres».
«El lugar es increíble —realmente bien hecho, como un hogar—», añadió el limosnero pontificio. Parma, en el norte de Italia y conocida por su queso parmesano y su jamón, es una ciudad universitaria con presencia de numerosos extranjeros y migrantes, quienes también podrán utilizar la lavandería.
Monseñor Enrico Solmi, obispo de Parma, destacó que «esta inauguración representa una pieza preciosa que completa el mosaico de la atención y los servicios de Cáritas hacia las personas necesitadas, en sus diversas necesidades básicas».
El prelado añadió: «Gracias a las personas que vienen a nosotros pidiendo ayuda. Ellas son un llamamiento constante a seguir siendo humanos y a hacer nuestra convivencia más humana y más justa».
Con el apoyo de la empresa Procter & Gamble, que ha proporcionado detergente para todo el año, la iniciativa sigue el modelo de las lavanderías impulsadas por el papa Francisco, ya presentes en distintas ciudades italianas como Roma, Génova, Turín, Nápoles, Catania y San Ferdinando, en Reggio Calabria.
La primera lavandería papal abrió en Roma en 2017. Según el comunicado vaticano, estos lugares son «espacios donde las personas necesitadas y sin hogar pueden encontrar todo lo que precisan para su higiene personal y el lavado de ropa de manera gratuita, con acceso también a duchas».
«Les devuelve la dignidad», afirmó el cardenal Krajewski. «Los necesitados no tienen lavadoras, y el hecho de poder lavar su ropa cambia realmente la forma en que la sociedad los trata. No son distintos de los demás cuando su ropa está limpia, y además pueden usar las duchas al mismo tiempo».
En Italia se conoce a san Francisco como Il Poverello —«el pobrecillo»—. Su figura fue citada en varias ocasiones en la primera exhortación apostólica del papa León XIV, Dilexi Te («Te he amado»).
«Abrazando la pobreza, quiso imitar a Cristo, que fue pobre, desnudo y crucificado», escribió el pontífice en el documento iniciado por el papa Francisco y concluido por el papa León.
«Francisco no fundó una organización de servicios sociales, sino una fraternidad evangélica», añadió el papa en Dilexi Te.
«En los pobres veía hermanos y hermanas, imágenes vivas del Señor. Su misión consistía en estar con ellos, y lo hizo mediante una solidaridad que superaba distancias y un amor compasivo», explicó. Subrayó además que «la pobreza de Francisco era relacional: le llevó a hacerse prójimo, igual o incluso menor que los demás. Su santidad brotaba de la convicción de que Cristo solo puede ser verdaderamente acogido entregándose generosamente a los hermanos y hermanas».
La lavandería de Parma fue inaugurada pocos días antes del Jubileo de los Pobres, el 16 de noviembre, coincidiendo con la Jornada Mundial de los Pobres instituida por el papa Francisco.
En su mensaje para la Jornada de 2025, publicado el 13 de junio bajo el título del salmo 71 «Tú eres mi esperanza», el papa León XIV destacó que la esperanza cristiana debe ir más allá de las palabras de consuelo y traducirse en una acción concreta que transforme las estructuras sociales y eleve a los pobres.
«Nunca debemos olvidar que fuimos salvados en esta esperanza y que debemos permanecer firmemente arraigados en ella», escribió el pontífice.
El amor por los pobres es un rasgo constante del pontificado de León XIV. El 17 de agosto, durante una jornada con los necesitados, el papa rezó para que los católicos hagan de sus parroquias lugares acogedores para todos y estén «encendidos del amor de Dios».
En su exhortación apostólica Dilexi Te, promulgada el 9 de octubre, el papa León XIV retoma el llamamiento de su predecesor para que los cristianos vean en los pobres el rostro mismo de Cristo y para que la Iglesia sea una comunidad que «camine pobre con los pobres» como signo de autenticidad evangélica.
La exhortación, dirigida «a todos los cristianos sobre el amor a los pobres», profundiza en este tema a la luz de la Sagrada Escritura, la doctrina de la Iglesia y el testimonio de los santos.







