(InfoCatólica) El descubrimiento no es un simple artefacto; sirve como prueba material de un capítulo largamente olvidado de la historia de la Península Arábiga. El objeto, vinculado a la Iglesia del Oriente, confirma la existencia de una próspera comunidad cristiana preislámica en lo que hoy son los Emiratos Árabes Unidos. Su diseño, que fusiona el simbolismo cristiano con motivos artísticos locales, atestigua una profunda adaptación cultural y una presencia arraigada.
Quizás la conclusión más significativa que se desprende de este hallazgo es que desafía las narrativas históricas simplistas. El hecho de que la comunidad monástica abandonara pacíficamente el lugar, sin rastros de violencia o destrucción, demuestra un largo período de coexistencia y transición gradual con las nuevas comunidades musulmanas. Este proceso de integración cultural, y no de conquista violenta, reescribe la historia de la región. En el contexto de otros descubrimientos arqueológicos recientes en el Golfo Pérsico, la cruz de Sir Bani Yas se presenta como una pieza fundamental de un tapiz histórico más amplio, que revela una región que fue un nexo de civilizaciones, ideas y tolerancia mucho antes de la era moderna.
1. La cruz de Sir Bani Yas: Un relato detallado del descubrimiento
El hallazgo de una cruz cristiana del siglo VII en la isla de Sir Bani Yas, ubicada aproximadamente a 250 kilómetros de Abu Dabi, ha acaparado la atención global y ha impulsado una reevaluación de la historia religiosa de la Península Arábiga. El descubrimiento se produjo en el interior de un monasterio preislámico, un sitio arqueológico que ha sido objeto de excavaciones y estudios desde su hallazgo inicial en 1992. La reciente campaña de excavación, dirigida por la arqueóloga Maria Gajewska, se centró en las estructuras residenciales del complejo monástico, buscando evidencia que demostrara la vida cotidiana de sus habitantes.
El objeto en sí mismo es notable tanto por su antigüedad como por su materialidad y diseño. La cruz está elaborada en estuco y tiene unas dimensiones de 27 centímetros de largo, 17 de ancho y 2 de grosor. Su diseño es una profunda síntesis de la fe y el contexto local. Presenta una pirámide escalonada en su centro, un claro simbolismo del Gólgota, el monte de la crucifixión de Jesús según la tradición cristiana. Sin embargo, la base de la cruz está decorada con motivos florales, una clara adaptación de las influencias artísticas regionales.
La incorporación de motivos locales a un objeto de devoción religiosa es un poderoso indicador del carácter de la comunidad que lo utilizó. En lugar de ser un enclave aislado o foráneo, el hallazgo sugiere que el cristianismo de la región no solo existía, sino que prosperaba y se adaptaba visualmente a su entorno cultural. Este hecho contradice las nociones preconcebidas de que las primeras comunidades cristianas en el Golfo eran frágiles o marginales. Para Gajewska, la cruz proporciona una prueba concreta que su equipo nunca antes había tenido: que las casas descubiertas en las ruinas del monasterio estaban, de hecho, habitadas por cristianos y que la cruz era parte de su vida religiosa diaria. Esto transforma el sitio de una simple ruina arqueológica en un espacio histórico con una narrativa humana documentada.
Además de la cruz, las excavaciones han arrojado luz sobre la vida cotidiana de la comunidad monástica. Se han encontrado otros artefactos rituales, como piezas de cerámica, objetos de vidrio y una pequeña botella de vidrio verde que probablemente contenía aceites sagrados o agua de rosas. Los restos orgánicos, como los hallazgos de huesos de ganado vacuno, ovejas y cabras, junto con los recipientes de vidrio y cerámica, demuestran que la comunidad monástica subsistía mediante la agricultura y la ganadería, y que mantenía un intercambio comercial activo con otras comunidades del Golfo y más allá.
2. La Iglesia del Oriente y la Península Arábiga preislámica
La cruz de Sir Bani Yas no es un hallazgo aislado, sino que está intrínsecamente conectada a una red religiosa y cultural más amplia que se extendía por Asia. El estilo del objeto comparte similitudes con otras cruces descubiertas en Irak y Kuwait, lo que permite a los expertos vincular directamente el monasterio de Sir Bani Yas con la Iglesia del Oriente o Iglesia persa.
La Iglesia del Oriente, a menudo referida como nestoriana, fue una rama del cristianismo que se separó de la ortodoxia en el siglo V tras el concilio de Éfeso y encontró refugio en el Imperio sasánida persa. Desde su centro en Mesopotamia, esta iglesia se convirtió en una de las fuerzas misioneras más dinámicas de la antigüedad tardía, expandiéndose a través de la Ruta de la Seda y estableciendo comunidades que llegaron hasta la India y China. El descubrimiento de un monasterio en una isla del Golfo Pérsico confirma que esta región no era simplemente una frontera desértica, sino un corredor comercial y marítimo vital para la expansión de la fe, sirviendo como un nodo clave en esta vasta red. El sitio de Sir Bani Yas era, por lo tanto, un punto de encuentro no solo de viajeros y comerciantes, sino también de comunidades religiosas.
El hallazgo de la cruz se enmarca en un contexto más amplio de la Península Arábiga preislámica. Antes del surgimiento del islam, la región no era un desierto religioso uniforme. Era un mosaico de creencias, donde coexistían tribus politeístas con significativas comunidades judías y cristianas. El cristianismo que floreció en la región era predominantemente nestoriano y jacobita, con enclaves de importancia en Najran, Yemen y el reino de los lajmidas. Un aspecto particularmente revelador de los nuevos hallazgos es que, aunque algunas fuentes sugieren que la Iglesia del Oriente casi había desaparecido de la costa del Golfo Pérsico en el siglo VII, los descubrimientos en Sir Bani Yas y el monasterio de la isla de Siniyah demuestran que, en realidad, estas comunidades no solo existieron sino que prosperaron precisamente en este período. El cementerio de la evidencia física de las excavaciones complementa y, en algunos casos, corrige las narrativas históricas escritas, revelando la resistencia y la vitalidad de estas comunidades insulares que pudieron haber sido pasadas por alto en registros más amplios.
3. Una historia de coexistencia: Desafiando la narrativa del conflicto
La importancia del hallazgo de Sir Bani Yas trasciende la simple confirmación de la presencia cristiana. Proporciona una prueba arqueológica tangible que refuta la concepción, a menudo simplista, de una transición violenta entre el cristianismo y el islam en la región. Los arqueólogos han señalado enfáticamente que el sitio no muestra evidencia de un abandono violento. No se han encontrado rastros de derrumbes, escombros o signos de devastación o incendio. Por el contrario, el hecho de que las estructuras se encontraran en buen estado sugiere que el abandono fue planificado y pacífico, con la comunidad cristiana integrándose gradualmente con las nuevas comunidades musulmanas.
Esta evidencia material apoya una relectura de la historia regional. Profesores como Timothy Power afirman que el hallazgo documenta un período de coexistencia que pudo haber durado hasta 300 años. Esta transición gradual, en lugar de un abrupto reemplazo de una fe por otra, demuestra un proceso de cambio cultural y social matizado.
4. Un tapiz arqueológico más amplio
El hallazgo de la cruz de Sir Bani Yas forma parte de un conjunto de descubrimientos recientes que, en su totalidad, ofrecen un panorama mucho más detallado y complejo de la historia del Golfo Pérsico. Para comprender su verdadero alcance, es fundamental contextualizarlo con otros sitios cristianos preislámicos en la región, como se muestra en la siguiente tabla.
| Sitio | Ubicación | Fecha de descubrimiento | Período estimado | Hallazgos clave | Significado |
|---|---|---|---|---|---|
| Sir Bani Yas | Abu Dabi (EAU) | 1992 | Siglos VII-VIII | Cruz de estuco, iglesia, celdas de monjes, vasijas | Muestra coexistencia pacífica y la adaptación cultural de la Iglesia del Oriente |
| Isla de Siniyah | Umm al-Quwain (EAU) | 2022 | Finales del siglo VI a mediados del siglo VIII | Iglesia, refectorio, cisternas de agua, celdas, poblado | Uno de los monasterios más antiguos conocidos en la región; corrobora la presencia cristiana antes del islam |
| Samahij | Baréin | 2024 | Mediados del siglo IV a mediados del siglo VIII | Edificio de iglesia, primera evidencia física de una comunidad | Proporciona el registro más antiguo de una comunidad cristiana física en la región del Golfo |
El valor de esta información reside en el patrón que revela: estos no son hallazgos aislados, sino que son la prueba de una red de comunidades cristianas interconectadas que se extendía a lo largo de las costas del Golfo, con vínculos en Baréin, Kuwait, Irak e Irán. Esta red no solo era religiosa, sino también comercial. Los artefactos encontrados en Sir Bani Yas, como vasijas de vidrio y cerámica, indican que la comunidad monástica estaba integrada en las rutas de intercambio que atravesaban la región.
La rica historia del Golfo Pérsico como un nexo de civilizaciones se ve reforzada por otros descubrimientos arqueológicos mucho más antiguos. Por ejemplo, el hallazgo de la que podría ser la perla más antigua del mundo en la isla Marawah, que data de hace 8.000 años, y el descubrimiento de edificios de 8.500 años de antigüedad en la isla de Ghagha. Estos hallazgos demuestran una historia de asentamientos humanos, comercio y capacidad de resistencia que se remonta a la era neolítica.







