(InfoCatólica) La medida, que afecta especialmente a la comunidad musulmana local, ha sido calificada por el prelado como «no inteligente» y «peligrosa» por las implicaciones que puede tener para todas las confesiones.
«El principio de libertad religiosa o lo defiendes para todos o, a veces, no lo defiendes para nadie», afirmó Munilla, recordando que este derecho está protegido por la Constitución española. Según explicó, aunque un Estado tiene derecho a regular la inmigración, «una vez que la has recibido, tú no puedes impedir que ejerciten sus derechos fundamentales, y un derecho fundamental es la expresión también de sus convicciones religiosas».
En este sentido, el prelado alertó de que «no es inteligente lo que han hecho en Jumilla; además de peligroso, porque después, en otros gobiernos, eso puede caer sobre nosotros, sobre los cristianos mismos». Para Munilla, la clave está en conjugar el respeto a la libertad religiosa con el «principio de reciprocidad», que implicaría pedir a otras comunidades que promuevan esa misma libertad en sus países de origen.
«Precisamente porque los cristianos defendemos el derecho a la libertad religiosa, tenemos la autoridad moral necesaria para exigir a los demás el principio de reciprocidad», señaló. Al mismo tiempo, quiso dejar claro que «la libertad religiosa no quiere decir en absoluto que consideremos que todas las religiones son iguales» y reafirmó que «la verdad se propone, no se impone».
El obispo subrayó que esta postura no supone relativismo, sino la defensa de un principio que salvaguarda la convivencia: «Libertad religiosa, sí, pero el principio de reciprocidad también». En su opinión, la actual polémica en Jumilla refleja la falta de «sensatez, criterio e inteligencia» al abordar cuestiones que afectan a la convivencia social, y ha señado que «para eso tenemos la cabeza.... será para pensar».







