(LifeSiteNews/InfoCatólica) El grupo de salud estadounidense Kaiser Permanente ha anunciado que pausará las cirugías de «reasignación de género» en menores, en respuesta a los recientes cambios normativos promovidos a nivel federal. Esta medida se aplicará desde el 29 de agosto de 2025, aunque la institución continuará ofreciendo otras formas de atención médica vinculadas a la «transición», como bloqueadores hormonales y tratamientos de hormonas cruzadas.
«Tras una reflexión profunda y la consulta con expertos internos y externos, incluidos nuestros médicos, hemos tomado la difícil decisión de pausar las cirugías para pacientes menores de 19 años en nuestros hospitales y centros quirúrgicos. Esta pausa entra en vigor el 29 de agosto de 2025», señala el comunicado obtenido por The Hill. «Todos los demás tratamientos de atención denominada “afirmativa de género” siguen disponibles. Continuamos reuniéndonos con reguladores, clínicos, pacientes, sus familias y la comunidad con el objetivo de identificar un camino responsable a seguir».
Kaiser argumenta que esta decisión responde al nuevo «entorno legal y regulatorio» que se ha consolidado desde enero, con un especial énfasis por parte del Gobierno federal en las prácticas médicas relacionadas con la «afirmación de género» en menores de edad.
Esta medida, aunque presentada como una pausa temporal, se alinea con una de las primeras acciones ejecutivas del presidente Donald Trump tras su regreso al poder. La orden ejecutiva revocó el respaldo federal a los procedimientos de «transición» en menores, anulando las políticas sanitarias promovidas por la anterior administración. Asimismo, exige una revisión de la literatura médica disponible y ordena aplicar con firmeza todas las restricciones legales vigentes, además de explorar vías regulatorias para suprimir estas prácticas en la medida en que la ley lo permita.
Aunque la legalidad de las intervenciones en menores sigue siendo competencia de los estados, la administración Trump ha iniciado investigaciones a centros médicos por delitos federales asociados, como fraude en Medicaid y tergiversación de diagnósticos.
Numerosos estudios y testimonios advierten sobre los graves riesgos de las intervenciones de «afirmación de género», especialmente cuando se aplican a menores que aún no poseen el desarrollo cognitivo, emocional ni la madurez necesarios para comprender plenamente las consecuencias irreversibles de tales procedimientos.
Más del 80 % de los menores con disforia de género superan esa condición por sí mismos al llegar a la adolescencia tardía. Además, se ha documentado que las intervenciones quirúrgicas y hormonales no resuelven los problemas subyacentes de salud mental, y en muchos casos, los agravan.
Voces cada vez más numerosas de personas «detransicionadas» denuncian los daños físicos y psicológicos que sufrieron, así como la parcialidad ideológica con la que muchos profesionales médicos abordan estos casos, favoreciendo desde el inicio la opción de «transicionar» sin un análisis objetivo.
Algunos médicos defensores de la llamada «afirmación de género» incluso han sido grabados reconociendo motivaciones económicas. Un reportaje de 2022 sobre la Clínica de Salud Transgénero del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt, en Tennessee, mostró a la Dra. Shayne Sebold Taylor afirmando abiertamente que «estas cirugías generan mucho dinero».
Mientras tanto, en California, las autoridades han manifestado su oposición a estas nuevas directrices federales. El fiscal general Rob Bonta, de ideología abiertamente progresista, lidera una demanda multiestatal contra la administración Trump por estas medidas, instando a las entidades estatales a no acatar la normativa federal en materia de género.
La controversia en torno a estas prácticas médicas continúa creciendo, mientras aumenta la preocupación sobre el bienestar de los menores y el papel de los sistemas de salud en la promoción de ideologías contrarias a la verdad sobre el ser humano.