29.12.19

La batalla contra el aborto en Costa Rica (III) | Lorca rezando el rosario de frontera a frontera

 
Esta amiga se tiró a caminar desde la frontera norte hasta la frontera sur de Costa Rica rezando el rosario y dando charlas a favor de los niños por nacer

Ella es Lorca León Cayasso, es de san José, Ingeniero forestal
 
 
Hasta ayer me enteré

Les comparto su página en facebook para que la sigan y por si encuentran forma de apoyarla.

En palabras de Lorca, la descripción del proyecto:

Hoy voy de camino hacia el punto de inicio de esta Caminata/Peregrinación por el Evangelio de la Vida.

Mi proyecto es muy simple: voy a cruzar Costa Rica de frontera a frontera, mientras rezo el Rosario, caminando y ofreciendo un minitaller sobre el Inicio de la Vida a aquellas Parroquias y grupos juveniles que quisieran acogerlo en el trayecto.

¡La mochila pesa! Me acompaña con la oración, La Familia del Instituto Secular Pío X al cual pertenezco y todo aquel que quiera acompañarme a orar o a caminar.

La idea es salir de la frontera Norte con rumbo a Ciudad Quesada como primera etapa. Iré compartiendo mi experiencia por esta página.

Quisiera de esta manera animar los corazones, especialmente de los jóvenes, para que a pesar de la realidad tan nefasta que propone el mundo de hoy, con su corrección política y Cultura de muerte, demostrar que cada uno podemos hacer algo para proclamar con alegría: ¡Que Jesús ha nacido y se ha hecho carne, ha muerto y resucitado, solamente por una razón!: decirme que me ha amado (decirte que te ha amado) y que me quiere como amigo (y te quiere como amigo), para que viva en Él (para que vivás en Él), para siempre. ¡Aquí vamos!



Muy agradecida 
 
 

26.12.19

Fernando Zamora Castellanos y la Navidad

El “resto del mundo que no es Costa Rica” debe conocer a Zamora Castellanos ya que, siendo político costarricense, podría llegar a ser nuestro presidente.
Desde hace tiempo se lo pido a Dios lo mismo que le pido me conceda darlo a conocer ya que, pese a las críticas que recibe, encuentro que es sobresaliente el hecho de que en Costa Rica tenemos un político que no guarda silencio acerca de sus convicciones. 
Al final de su artículo colocaré lo que el mismo ha escrito en su página de Facebook a la que los dirijo mediante este enlace por si gustan solicitar su amistad.
El artículo me lo ha hecho llegar por Whatsapp y fue publicado originalmente en la sección TRIBUNA de El Imparcial

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Reflexiones de Navidad
Fernando Zamora Castellanos 
Sábado 23 de diciembre de 2017

Celebramos un aniversario más del misterio de la Navidad. Para el alma desapercibida, la Navidad simplemente es momento de escape festivo; para la reflexiva, la Navidad confronta. Y lo hace escandalosamente, pues como bien lo observó Pablo de Tarso, ¿no fue acaso escandaloso para los judíos, el hecho de que el grandioso y esperado Mesías, naciera pobre y atribulado en el lugar destinado al descanso del rebaño? No perdamos la perspectiva del asunto esencial: lo que en la nochebuena festejamos es un acontecimiento. No celebramos una religión, ni una filosofía; menos aún una doctrina moral. Posicionándonos en el siglo primero de nuestra era, época en la que nació y vivió Jesús de Nazaret, somos confrontados con una cuestión cardinal: ¿qué sucedió en el itinerario de vida de aquellos que, siendo testigos de los hechos que rodearon al nazareno, concluyeron de forma tan determinante que “verdaderamente tú eres el hijo de Dios”? ¿Al punto de preferir morir martirizados todos, antes que negar que lo vieran resucitado? ¿Qué pasó en la vida, en la razón y en el corazón de aquella comunidad de hombres y mujeres, quienes llegaron a esa conclusión porque “vieron”? Lo que resulta claro, según los datos que nos proporcionan los evangelios, es que ellos se convencieron gradualmente conforme a lo que fueron contemplando. Llegaron a esa convicción, no por otra cosa sino por lo que testificaron. No por casualidad, el verbo más usado en los evangelios es uno: ver. Ese verbo se usa cien veces en el Evangelio escrito por Mateo y 220 en el escrito por Juan. Lo indispensable en este punto es entender el contexto de la Palestina entonces ocupada por Roma; sus discípulos eran hombres forjados en entornos muy rudos. Ya sea para Pedro, para Tomás, o aún más para el ex guerrillero Simón -el Zelote-, no contaba una romántica disquisición de ideas, sino únicamente lo que habían “visto” y “tocado”. “Lo que hemos visto con nuestros ojos…eso es lo que os comunicamos” (1Juan1:1-3).

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25.12.19

Por qué la Navidad llama a estar en familia?

Por qué la Navidad llama a estar en familia?
Llama, porque el ser humano tiene impreso en su naturaleza el sentido de familia, en primer lugar.

Y qué significa el “sentido de familia”?
El sentido de familia significa que la criatura, desvalida, obtiene del padre y de la madre, la atención, aprobación, cariños y cuidados que necesita a la vez que, el padre y la madre obtienen uno del otro, aquello que los completa y plenifica.

La familia, sin alguna de estas figuras: padre, madre, hijo, se encuentra mutilada y de alguna forma, imperfecta al punto de que, un huérfano o un(a) viudo (a), vive un duelo ya que su naturaleza humana, sufre una carencia.
Lo mismo para cuando una pareja pierde a un hijo o para cuando no pueden engendrar
La familia es, por naturaleza, el estado natural para el ser humano por lo que ha de contener las tres figuras.

De ahí que, cuando la familia está rota por falta de comprensión, divorcio, huida o muerte de alguno de los progenitores y/o hijos, todo el grupo sufre. Y sufre cual si a cada uno lo hubiesen mutilado. El dolor es profundos y difícil de sobrellevar al punto de que, quienes sufren ruptura familiar a cualquier edad, cargan con esa herida para siempre.

Algunos logran dirigir su dolor de manera creativa pero muchos no y, cuando no, nos toca convivir con personas que pueden ser complicadas ya que, no sabiendo que llevan esa herida, no sabiendo cómo obtener o debido a que rechazan ayuda, pasan por la vida como muertos vivientes que sufren muchísimo y hacen sufrir.

Todos tenemos ejemplos de lo anterior muy cercanos, quizá en la propia familia o en nosotros mismos.

Así de necesaria es la familia conformada por hombre y mujer y así, también, es de complicada la existencia para cuando la familia está incompleta e imperfecta- No nos vamos a engañar.

La perfección de la familia, en el sentido de que debe contener las tres figuras pero, además, de que cada una conozca y ejerza su rol, es el modelo que impulsa también la perfección de la persona y no solo en el sentido material sino espiritual.

Una familia “modelo” arrojará seres humanos que no solo lo multiplicaránnsino que entregarán a la sociedad un aporte positivo.

Todos, supongo, conocemos familias de este tipo; de tal forma que, no es que me lo invento.

Ahora bien, por qué la Navidad llama a estar en familia?
Porque la Sagrada Familia: Jesús, María y José, es modelo de perfección y, nos demos cuenta o no, querámoslo no, aspiramos a dicha perfección ya que la exigencia la traemos dentro.  
De ahí que veamos, incluso, a los que no creen en Dios o aborrecen el cristianismo, saliendo a buscar a sus seres queridos ya que, pocas veces, tienen familia sino que han coleccionado diversos tipos de personas con las que han establecido vínculos que llaman “familiares”. Claro ejemplo de casos extremos son las personas que  celebran Navidad con sus mascotas ya que las consideran como “su familia”

Lástima que no quieran ver el modelo de familia que tienen delante y que lo puso Dios al conformar a la Sagrada Familia porque, si lo miraran o, lo que es lo mismo, reconocieran que procurándolo hallarían lo que necesita su corazón, muchas cosas serían diferentes para ellos. 

Para nosotros, que lo miramos y lo procuramos y, sea que tengamos o no familias rotas, heridas sanas o en camino de serlo, la cosa es –efectivamente- muy diferente ya que de la Sagrada Familia aprendemos (y la gracia nos da) las virtudes necesarias para que nuestra familia tienda a la perfección a la que aspira y ya, con solo eso (ya que es imposible la perfección propiamente dicha), nuestro ser encuentra la atención, aprobación, cariños y cuidados que necesita, el sentido de completitud y plenitud.

Contemplar y, con ayuda de Dios, procurar para la propia el seguimiento del modelo de la Sagrada Familia es, en si mismo, el mayor desafío para nuestra familia la que, cuando da el primer paso lo hace por la ruta del perdón ya que comprende que lo necesita, es tal cual como si la propia naturaleza se lo demandara: me perdono?, me perdonas?, te perdono?.

Nos perdonamos, tal cual nos perdona Dios en la figura de aquél recién nacido quien, en su cuerpo,  nos obtiene la victoria ante el desafío del perdón 

“Hay en ella (La Navidad) también algo de lucha, de desafío. Algo que hace que cuando las campanas tañen a medianoche, su tañido sea tan horrísono como los cañonazos de una batalla que acaba de ganarse”

Por qué la Navidad llama a estar en familia?
Porque traemos dentro el desafío de la perfección. 


Esto lo escribo luego de reflexionar acerca de mi propia familia y su fiesta de Navidad.

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Créditos: La cita de G. K. Chersterton y la imagen fueron publicadas en la página en FB titulada “Poco y católico”

23.12.19

Whatsapp, mi párroco y yo (IV) La Suprema Bondad

Tanta cosa que se nos ha venido encima que podría opacar la Navidad pero, no; no sucede.

No solo nos ha caído la gravísima y muy dolorosa firma de la norma terapéutica para el aborto sino que, mi párroco cayó gravemente enfermo justo del 8 de diciembre, día en que celebra su aniversario de ordenación sacerdotal. Tan grave fue que los médicos no daban mucha esperanza; sin embargo, sobrevivió.

Como muestra de gratitud por un librito que le regalé durante su convalecencia (es loco por los libros), me hizo llegar por WhatsApp un audio con el que he quedado conmovida ya que, no solo agradece el libro sino que me informa sobre el estado de salud a la vez que comparte un poquito de su dolor y temor pero también sobre su confianza y esperanza.

Le respondí de esta manera:

“Padre, me conmueven sus palabras ya que me confirman que no estoy equivocada cuando digo que usted es un sacerdote que nos enseña a ser realmente católicos.

Ayer que estuve en la misa con la que el padre Guido Villalobos [uno de mis párrocos] celebraba tantas cosas como las que usted celebraba al momento de caer enfermo. 

Tuve que llorar pero fue porque no me cabía en el cuerpo la gratitud hacia Dios por la certeza de que he conocido a dos sacerdotes que son auténticos discípulos, tanto como lo pudieron haber sido Pedro, Santiago, Juan o cualquiera de sus sucesores. En ustedes veo la línea directa con las palabras y acciones de Nuestro Señor que me llegan como de su propia boca y manos.

Sí, Dios los ha elegido y lo ha hecho bien al llamarlos por su nombre.

Sufrir? Sí, que grandes sufrimientos han pasado!. Sabe usted que padre Guido estuvo también en un hilito de vida hace algunos años? Sufrir? Sí, pero “¿Por qué debemos sufrir? -se preguntaba Santa Bernardette quien, de seguido, decía: “Porque aquí abajo el amor puro no puede existir sin sufrimiento

 Así que, en ustedes compruebo que no solo han sido elegidos como sacerdotes el Rey de Reyes sino para probar el amor de su propia fuente, como quien dice, en su propia carne y sangre; es por eso que la santa terminó diciendo: “Oh Jesús, Jesús ya no siento mi cruz cuando pienso en la tuya".

Con mis palabras lo diría así: “ya no siento mi cruz porque me tienes en la tuya y es con tu poder y majestad que mi cuerpo sirvw para que, generación tras generación, cantemos glorias y alabanzas a nuestro Dios”

De esta manera el Señor le concede probar el amor puro que, con sus palabras y acciones, usted no da a conocer.

No tema, padre, Nuestra Señora nos tiene “en el hueco de su manto, en el cruce de sus brazos”  aun cuando estamos en agonía pendiendo de la Cruz”


Para Navidad el mal que Dios ha permitido nos sobrevenga podría habernos robado la alegría, la confianza y la esperanza, pero no, “cuánto más intenso ha sido su poder mayor ha sido el de la Suprema Bondad” [1] algo así dijo hace tiempo Monseñor Fulton Sheen

La Suprema Bondad que vino a nosotros siendo un niño.

Bajo el calor y abrazo de tan suprema y reconfortante certeza que nos da Dios es que, ahora si que vale la pena llenarse la boca deseando a todos ¡Feliz Navidad!

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[1] “Cuanto más intenso es el mal, mayor es el temor a la bondad. Es por eso que la Suprema Bondad está clavada en una cruz” Mons. Fulton Sheen

18.12.19

La batalla contra el aborto en Costa Rica (II) Tenemos obispos como Dios manda!

No creo que haya sido fácil para ellos llegar a la estatura espiritual e intelectual a la que han llegado con el más reciente Comunicado de la Conferencia Episcopal de Costa Rica ante el Decreto Ejecutivo Norma Técnica para el procedimiento médico vinculado al Artículo 121 del Código Penal  firmado hace pocos días por el presidente Alvarado.

Digo que no ha sido fácil no solo porque de los ocho obispos con su obispo auxiliar no tienen ni una década de haber sido nombrados, es más, la mayoría ha sido nombrada en los últimos cinco años por lo que, habiendo salido de donde estuvieran, no cabe duda de que se han dejado llevar por el Señor quien les ha marcado paso redoblado hasta el día de hoy en el que, finalmente, demuestran como una sola voz su amor al Evangelio, a la Iglesia y a las almas.

No solo realizaron en pocos dias un análisis exhaustivo y profesional del texto de la norma técnica sino que han procedido a indicarnos puntualmente la doctrina en cuanto quienes, de los católicos favorezcan el aborto y lo realicen, no deben comulgar; haciendo eco de la Carta del Cardenal Ratzinger a los Obispos de Estados Unidos en junio del 2014, la que transcribo al final de este artículo.  

La prensa, como es obvio, ha reducido el documento únicamente a “prohibición para comulgar”; sin embargo, es lo que muchísimos católicos pedíamos ya que comprendemos que, mientras no se llame al pecado por su nombre, no solo habrá confusión entre los católicos sino división y, como si fuera poco, muchas almas estarían colocándose ante grave peligro, incluidos los obispos y presbíteros, en caso de que se hubiesen tardado en esclarecer la doctrina.

Enhorabuena, amados obispos!  
No solo el Señor escucha nuestras oraciones por ustedes sino que María Santísima los cuida al punto de alcanzarles la gracia para ser verdaderos padres.

Gracias por escuchar la súplica de sus hijos.
Con amor filial seguiremos sus pasos.  

Deo omnis gloria!

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Dignidad para recibir la Sagrada Comunión

Principios Generales

1. El presentarse para recibir la Sagrada Comunión debería ser una decisión consciente, basada en un juicio razonado respecto de la propia dignidad para hacerlo, según los criterios objetivos de la Iglesia, haciéndose preguntas como: “¿Estoy en plena comunión con la Iglesia Católica? ¿Soy culpable de algún pecado grave? ¿He incurrido en una pena (p.ej. la excomunión, el entredicho) que prohíbe que reciba la Sagrada Comunión? ¿Me he preparado ayunando por lo menos una hora antes?” La práctica de presentarse indiscriminadamente a recibir la Sagrada Comunión, simplemente como consecuencia de estar presente en la Misa, es un abuso que debe ser corregido (cf. Instrucción Redemptionis Sacramentum, números 81, 83).

2. La Iglesia enseña que el aborto o la eutanasia son pecado grave. La Carta Encíclica Evangelium vitae, respecto de decisiones judiciales o leyes civiles que autorizan o promueven el aborto o la eutanasia, declara que existe “una grave y clara obligación de oponerse por la objeción consciente. …En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como una ley que permite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito por tanto obedecerla, o ‘participar en una campaña de propaganda a favor de tal ley o votar por ella’” (n. 73). Los cristianos tienen “una grave obligación de conciencia de no cooperar formalmente en prácticas que, aún permitidas por la legislación civil, son contrarias a la ley de Dios. En efecto, desde el punto de vista moral, nunca es lícito cooperar formalmente con el mal. …Tal cooperación nunca puede ser justificada invocando el respeto a la libertad de otros o apelando al hecho de que la ley civil lo permite o lo requiere” (n. 74).

3. No todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia. Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado por esta razón indigno de presentarse a recibir la Sagrada Comunión. Aunque la Iglesia exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz, y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar a criminales, aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o recurrir a la pena capital. Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia.

4. Aparte del juicio de un individuo respecto de su propia dignidad para presentarse a recibir la Santa Eucaristía, el ministro de la Sagrada Comunión se puede encontrar en la situación en la que debe rechazar distribuir la Sagrada Comunión a alguien, como en el caso de un excomulgado declarado, un declarado en entredicho, o una persistencia obstinada en pecado grave manifiesto (cf. Can. 915).

5. Respecto del grave pecado del aborto o la eutanasia, cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta (entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia), su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que lleve a término la situación objetiva de pecado, y advirtiéndole que de otra manera se le negará la Eucaristía.

6. Cuando “estas medidas preventivas no han tenido su efecto o cuando no han sido posibles”, y la persona en cuestión, con obstinada persistencia, aún se presenta a recibir la Sagrada Comunión, “el ministro de la Sagrada Comunión debe rechazar distribuirla” (cf. Declaración del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos “Sagrada Comunión y Divorcio, Católicos vueltos a casar civilmente” [2002], números 3-4). Esta decisión, propiamente hablando, no es una sanción o una pena. Tampoco es que el ministro de la Sagrada Comunión está realizando un juicio sobre la culpa subjetiva de la persona, sino que está reaccionando a la indignidad pública de la persona para recibir la Sagrada Comunión debido a una situación objetiva de pecado.