Más catecismo, más derecho canónico y menos gaitas
De vez en cuando lo leo y hasta alguna vez me lo han dicho: menos derecho canónico, menos catecismo, y más espíritu evangélico, como si el catecismo y el derecho canónico fueran inventos eclesiales para hacer la puñeta a los fieles y jorobar todo lo jorobable al pueblo de Dios. Yo voy al revés, ya saben: más catecismo, más derecho canónico y menos gaitas.
Yo soy de esos pobres mortales que se repasan de cuando en cuando el catecismo e intentan predicar lo que en él se recoge, lo cual es signo evidente de espíritu antievangélico, encorsetamiento teológico, carquez mental y muy posible mala voluntad. No como el reverendo padre Gómez, llámame Curro como todos, que en prueba de autenticidad evangélica cree lo que quiere, predica lo que le viene en gana, no tiene reparo en cargarse tres o cuatro dogmas, abolir un par de mandamientos o celebrar los sacramentos según le viene en gana. Con dos narices. Viva el evangelio, viva el respeto, viva la comunión eclesial y viva la fe de la Iglesia, y no como ese cura que escribe en Infocatólica. Por supuesto los fieles que se aguanten, que como no vamos a caer en el legalismo, hago lo que me dé la gana y el que no esté de acuerdo que se busque una parroquia de carcas.

Yo creo que está fuera de duda que desde hace tiempo los católicos estamos viviendo un auténtico martirio moral que se viene agudizando en los últimos tiempos. Basta decir que eres católico para tener que aguantar lo indecible. Si además de católico, practicante, entonces apaga y vámonos. Católico de primera comunión y bautizo de la niña, pase. Católico de medalla de la Virgen del Carmen y escapulario de la hermandad, bueno. Pero católico de misa los domingos ya es preocupante. Como poco, fascista.
Lo primero aclarar que lo de “desventuras” no es más que una manera de titular, porque en la capilla de adoración perpetua todo lo que hay son “venturas” y de las grandes.
Me acaba de llamar un conocido. Vaya papeleta. El padre, anciano, completamente dependiente. La madre hospitalizada con un ictus severo. Dos hermanos. Uno viviendo fuera de Madrid, el otro trabajando horas y horas por un sueldo mínimo y mal viviendo en un piso compartido. La casa de los padres totalmente inadaptada. Imposible. La madre, ahora en un hospital de larga estancia, será dada de alta en un par de meses.
Hace apenas unos días. Como tantas veces, misa en un tanatorio madrileño. Fallece un feligrés, o un familiar de alguien de la parroquia y lo normal es que uno intente hacerse presente y ponerse a disposición de la familia. Si piden que presidas la misa de corpore insepulto en el mismo tanatorio pues hay que intentarlo.