2.06.17

Rafaela: que lo busquen en internet

Rafaela está estupendamente, lúcida, alegre, vital y peleona como siempre. Nos llamamos alguna vez, comentamos cosas, pero sabe que yo ando con mucho lío y ella tampoco quiere quemarse la sangre.

Desde hace dos meses me cuenta que está fuera don Jesús, su párroco. Problemillas de salud y un curso de “no sé muy bien qué”, pero el caso es que no volverá al pueblo hasta después del verano. Atiende la parroquia el P. Efrén, que va lo que puede y que los habla mucho de los pobres y de acoger a los emigrantes y esas cosas, que dice Rafaela que ella no conoce un solo caso de un morito de los que hay en el pueblo que haya tenido problemas. Al revés, siempre se los ha ayudado.

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31.05.17

EXCLUSIVA: por fin alguien se atreve a poner una querella

Si es que no tienen costumbre. Llevan años constatando que sacudir a la Iglesia es gratis y se nos han envalentonado. Se pueden profanar capillas, nada. Se puede insultar y agredir a obispos, sacerdotes, religiosos. Nada. Calumnias, difamación, poner en solfa a cualquiera. Gratis. Hasta que un día una religiosa, que se ha sentido calumniada por una señora, posible caso de bebé robado, en lugar de callar, llorar y limitarse a rezar por su perseguidora, que posiblemente también lo haya hecho, se fue con la toca “mu bien artornillá” al juzgado y puso una querella por injurias y calumnias contra aquella que la acusó de un delito con nombre y apellidos.

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30.05.17

Misas largas y cortas o cuánto debe durar una misa. Algunas claves

Pues anda que no depende de cosas…

Que sea un día de diario, festivo, domingo o solemnidad.

El lugar donde se celebra. Porque no es lo mismo celebrar en el Zaire, en Japón, en el altiplano boliviano, en Suecia o en España.

El horario de la celebración.

Que vaya unida a algún acontecimiento especial, sea la celebración de un sacramento, una canonización…

A partir de ahí, más que de duración en minutos, hay que hablar de un tiempo razonable.

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29.05.17

Homilía diaria o improvisación habitual

La homilía en todas las misas dominicales y de días festivos, y no digamos la diaria, son fruto directo de la constitución Sacrosanctum Concilium del Vticano II. Hasta entonces, en los días feriados era del todo inexistente, y la homilía -el sermón- se reservaban para algunas misas dominicales y fiestas o acontecimientos del todo singulares.

Hoy lo normal es la predicación dominical y festiva en todas las misas que se celebren, y es bastante frecuente incluso la predicación diaria.

Yo no soy especialmente entusiasta de la homilía, entre otras cosas porque no creo que ahora, con tantísima homilía, seamos más santos que antes del Vaticano II, más bien sucede todo lo contrario: predicamos más que nunca y la gente tiene menos formación y menos vida cristiana que nunca. Como para que nos lo hagamos mirar.

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26.05.17

Lo que de verdad nos agota a los curas

¿Que nos cansamos a veces los curas? Nos cansamos. ¿Que en ocasiones nos hartamos? Pues sí. ¿Que hay días en que mandarías a todo el mundo a hacer gárgaras? Sin dudarlo. Lo que me apetece hoy es contar qué cosas son esas que acaban con la paciencia de uno.

Vaya por delante que, salvo rarísimas excepciones, a nadie nos fastidia lo que es propia y realmente el ejercicio del ministerio. Lo triste es que al final, lo que se dice al final, lo que te acaba agotando, son justo las cosas más intrascendentes pero que para tus feligreses parece ser lo que de verdad importa. ¿Me dejan poner ejemplos? ¡Vamos a ello!

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