Neuronas espejo

No sé porque, esta Semana Santa, al meditar en la pasión, muerte y resurrección del Señor y contemplar al mismo tiempo una vez más tanta y tanta gente - más de la que se puede suponer – pasando por las Ramblas procedentes de las Iglesias de San Agustín, San Pau del Camp, Santa Mónica, Nuestra Señora de Belén, Montealegre, Xuclá 19 ( del censurado Lumen Dei), San Pedro Nolasco, Catedral, San Jaime y San Felipe Neri, etc… que vea usted por donde, por Iglesias y cultos no nos quedamos, he pensado que si de vez en cuando nos pusiéramos a ver que es lo que de verdad hizo Jesús, otro gallo nos cantara y quizás construiríamos un poco la unidad, porque mucha paz en las celebraciones, oraciones y horas santas pero después…¡ay que ver! y es que desde los mismos pulpitos de tanto barrer cada uno p’a su casa, no queda nada para la evangelización y lo que es peor ni para ser evangelizados.
Caras lúgubres, tristes y apesadumbradas y como que incluso dando la impresión de cansadas y decepcionadas porque eso del amor y aún peor lo de la resurrección está muy bien para ahí, los templos; pero en la calle como que no va la cosa tan fina.

Llamados como Jesucristo a dar la vida por amor deberíamos pedí insistentemente a Dios que nos funcionaran a las mil maravillas las neuronas espejo que dícese “son aquellas que se activan cuando un animal o persona desarrolla la misma actividad que está observando ejecutar por otro individuo, especialmente un congénere” ayudándole a realizar dicha actividad”.
Y Jesús nos dice que a quien nos ve a nosotros, si, a nosotros, a Él debe poder ver, y que quien nos oye a nosotros a Él debe poder oír. Por eso hemos de acercarnos más al Señor y contemplarlo más detenidamente sin miedo al compromiso ni asco a la sangre para poder reproducir el camino que lleva al Padre y para que nos crean por las obras como a Él así lo creyeron.
Estas neuronas, si de verdad existe en los humanos, y parece que si, imitan como “reflejando” la acción de otro: así, el observador está él mismo realizando la acción del observado, de allí su nombre de “espejo". Y si eso es hecho desde la conciencia y la libertad, usando la voluntad consiente no creo que fuera nada tan malo o por lo menos peor de lo que estamos haciendo hoy.
Por ahí leí que “en las neurociencias se supone que estas neuronas desempeñan un importante rol dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social”, eso es, en la vida eclesial, en la experiencia de fraternidad y en dar testimonio del único que amó hasta el final sin pedir nada a cambio.
Acerquémonos más y más a este Jesús Resucitado, admirémoslo y contemplémoslo tanto y tanto que sea posible poder anunciar hasta todos los rincones de la tierra y a todos los hombres con testimonio de vida la Pascua que es la Buena Noticia.

Los comentarios están cerrados para esta publicación.