Alcaldadas, Obispadas y otras pintadas
No sé si alguna vez os ha ocurrido algo parecido aunque si sois de Barcelona es cosa muy posible el que os sintáis emigrantes en la propia ciudad natal. A mi me pasa con demasiada frecuencia y este triste sentimiento es común a muchas y muchos con los que se comparten en las Ramblas anécdotas, preocupaciones, y porque no, también alegrías.
Parafraseando de forma más que libre a Mn. Cinto Verdaguer en su poesía l’Emigrant ( el Emigrante), resumiríamos, quizás, este sentimiento de soledad y tristeza que oprime el corazón de quien busca un mundo y por tanto una Barcelona mejor rezando más que cantando: “Pobre Barcelona, patria del meu cor, com més en tu s’endinsa, d’enyorança es mor”
