Psssssss, aquí no pasa nada

Tenemos tan mala conciencia de no estar haciendo lo que debemos hacer que cualquier posible interpelación se nos presenta como un serio y furibundo ataque personal o institucional.

La propia biología impone la convivencia de personas evidentemente distintas, eso es más que evidente desde la perspectiva física y anatómica; pero no podemos olvidar que asimismo las personas somos también distintas en la parte anímica y por tanto en la forma de ver y observar las cosas, personas y circunstancias y por tanto distintas en la manera de decir y de hacer, quizás, muchas veces lo mismo.

La unidad del clan es la razón suprema de su existencia; pero ello no debe excluir jamás la diversidad de miembros que lo pueden componer, cada uno, con sus propias características.
Pero vivimos en la época de la sola verdad: la mía o la nuestro grupo caudillo del clan, y a los demás: “psssssss…a callar que aquí no pasa nada”.

Tenemos tantos ejemplos de clanes sectarios, con toda la plenitud de lo que significan es dos palabras y además juntas… Sin ir más lejos hace ¿qué?, unos quince días el alboroto de Maragall, según su partido el mejor Conceller de Educación que ha tenido Cataluña en treinta años (pero con 2 huelgas a la espalda y una en puertas), impuso la fuerza del “aquí no pasa nada” por encima de una opinión no solo personal sino refrendada por otro Conceller y de los más prestantes.

El Jefe del clan aparenta comprensión, se siente el macho dominante, y hace retroceder al que intenta opinar democráticamente haciendo uso de una cacaraqueda libertad que en realidad no existe ni por casualidad.
Abrir las propias ventanas del pensamiento y/o del sentimiento del tipo que sea se considera a pesar de estar fundamentados en mil y una razón y no en menos motivos, como un acto de rebeldía.

¡Psssssss. A callar que no pasa nada si yo no lo digo! Y si lo digo lo digo como a mi me parece aunque sea de la forma mas subjetiva posible y a las pocas horas o días tenga que decir otra cosa pero que a mi me parece así y así han de pensar lo que están conmigo en el caudillaje del clan.

¡Y eso pasa con tanta frecuencia en el barrio de los Nerones! ¡Lastima de nuestra Barcelona!
Generalitat…Ayuntamiento…y con la Iglesia hemos topado.

Y a callar que aquí no pasa nada… Y si hablas dime lo que quiero oír. No vayas en contra el bien del que tengo el monopolio…
¡Pobrecitos! Y pensar que la historia los juzgará como ellos juzgan a los que han pasado delante…

Veguerias por un lado, desacuerdos del tripartito por mil lados, imposición de silencios antidemocráticos por otros. Reformas de la Diagonal por el otro y ah!, es verdad, juegos de invierno y Barcelona desde las Ramblas cada día se ve peor por la cantidad de vagos y no se si ahora se puede hablar de maleantes, porque como hay tantos y de todos los colores y no nos referimos solo a los inmigrantes, también entran ahí los muy blanquitos y de corbata en el maletín para parecer mas sociales y sencillos.
Suciedad, desorden, falta de normativas, una especie de “tanto se me da en general” por parte de regidores y alcalde que es “demasie”.

Pero a callar que aquí no pasa nada. Cuanta razón y cada vez pasa menos, ni pasa gente por las puertas de las parroquias. Pero no pasa nada. Se mantiene el alto la triple función de gobernar, enseñar y santificar. Y psssssss…la Iglesia es vertical, real y no democrática. Por eso aún somos desde las Ramblas católicos, apostólicos y romanos, porqué en el fondo no hay ni ápice de mala fe en quien dirige el clan eclesial barcelonés ni sus colaboraodes pero tampoco les gustas que se diga lo que ellos no dicen.

1 comentario

  
ricardo
Que pena de Barcelona, un barcelonés.
03/03/10 11:09 AM

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