537 - EDUCACIÓN SEXUAL: NO DISMINUYE EL EMBARAZO ADOLESCENTE.

LA EDUCACIÓN SEXUAL Y LA SALUD REPRODUCTIVA NO DISMINUYEN EL EMBARAZO EN ADOLESCENTES.

Fuente: Provida Press nº 109 y 110

Provida Press nos envía la síntesis de dos artículos publicados en la conocida revista médica British Medical Journal. Se trata de artículos "técnicos", que no contienen ninguna consideración de tipo ético o moral, que confirman lo que hemos dicho reiteradamente en estas páginas.

1. Estados Unidos y Gran Bretaña están a la cabeza de los países con más embarazos inesperados

Entre las 22 naciones con mayor nivel de vida del mundo, Estados Unidos y Gran Bretaña tienen el mayor índice de embarazos de adolescentes, 52 embarazos por 1.000 jóvenes en Estados Unidos y 30 en Gran Bretaña. Según se refiere en el British Medical Journal (BMJ 324: 1354, 2002) los expertos que han realizado el estudio afirman que en los doce próximos meses al menos 1.250.000 adolescentes se quedarán embarazadas en los 22 países que hemos comentado, de las cuales 750.000 aproximadamente terminarán su embarazo y por tanto serán madres, el resto abortará. Según un informe de la universidad de Essex, comentado en el mismo trabajo, la gran diferencia en los índices de embarazos de estos 22 países puede ser debida, principalmente, al abandono del concepto tradicional de familia, que ha llevado a lo que ellos denominan una transformación "socio-sexual", en la que los adolescentes están sometidos a una gran presión para experimentar el sexo; también sugieren que influye de una forma decisiva el cómo estos países preparan a sus adolescentes para la vida moderna.

2. ¿Los programas para reducir los embarazos para adolescentes están consiguiendo su objetivo?.

No es fácil conocer en que medida los diferentes programas que se han ido utilizando en los países occidentales para evitar los embarazos de adolescentes (entre 11 y 18 años) han conseguido su objetivo, por lo que sobre este tema se suelen dar datos, muchas veces subjetivos, pero casi siempre sin una base científica adecuada. Sobre ello se ha publicado recientemente una interesante revisión el British Medical Journal (BMJ 324; 1426, 2002), en la que se hace una evaluación de lo publicado entre 1970 a diciembre de 2000. Se recogen 26 estudios, en los que las condiciones esenciales para que una evaluación médica de carácter epidemiológico tengan validez, se han cumplido. Los estudios procedían de Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Europa (excluyendo a Europa del Este). En este trabajo se constata que los beneficios conseguidos por los distintos programas son muy exiguos, porque no retrasan la iniciación de las relaciones sexuales en las mujeres ni en los hombres. Estos programas no mejoran la utilización de los medios artificiales de control de la natalidad, y sobre todo no reducen el índice de embarazos en las mujeres jóvenes. Únicamente se consiguieron resultados positivos en la prevención de embarazos de adolescentes cuando se utilizaron conjuntamente programas que introducían medidas técnicas (educación sexual, controles clínicos en las escuelas, disponibilidad de clínicas de planificación familiar), junto a programas de abstinencia sexual. Con estos medios conjuntos los embarazos de adolescentes se redujeron prácticamente a la mitad. Los autores concluyen que "las estrategias de prevención primaria evaluadas hasta la fecha (que consisten sólo en el reparto de anticonceptivos), no consiguen retrasar la iniciación de las relaciones sexuales, o mejorar el control de la natalidad entre los adolescentes o reducir el número de embarazos en las mujeres jóvenes".

En el Reino Unido, entre los años 1992 y 2000, el número de jóvenes menores de 16 años que acudieron a las llamadas "clínicas de planificación familiar", donde se reparten anticonceptivos (incluyendo los que son abortivos), aumentó un 143,5%. Durante ese mismo periodo, el número de recetas para la "píldora del día siguiente", entregadas a ese mismo grupo poblacional, aumentó un 248,8%, y en un 321,5% en las adolescentes entre los 16 y 19 años de edad. Sin embargo, la tasa oficial de embarazos permaneció casi igual y la tasa, también oficial de abortos, aumentó. Mientras tanto, entre 1995 y 2000 los casos de enfermedades sexualmente transmitidas entre los jóvenes de 16 y 19 años de edad aumentaron un 58,3%. FIN 18-11-02