294 - COMENTANDO DECLARACIONES DE LA SEÑORA OGATA

COMENTANDO DECLARACIONES DE LA SEÑORA OGATA, Comisionado de la ONU para los refugiados

Fuentes. Propias; UN Wire, 6-1-99; Tokyo Yomiuri Shimbun, 5-1-00; Página web de Catholics For Free Choise; Noticias Globales 199.

Por Salvador Arguedas

En un extenso reportaje publicado el 5-1-00, en el diario Tokyo Yomiuri Shimbun, -que reprodujo UN Wire-, la Directora General de la OMS, Gro Harlem Brundtland y la Alta Comisionada para los Refugiados de las Naciones Unidas, Sadako Ogata, opinaron sobre lo que ven como mayores problemas del siglo XXI y el papel de las Naciones Unidas.

Al preguntarles cual era su opinión sobre estado del mundo actual, Ogata dijo: "La caída del muro de Berlín fue excitante y trajo esperanza e incertidumbre. Las cosas que sucedieron desde entonces nos hicieron entender mejor como se desarrolla la política mundial. Toda clase de aspiraciones étnicas y religiosas están emergiendo o re-emergiendo sin controles. No hay nadie que ponga orden a estas situaciones. Pienso que si continúa este estado de cosas será un futuro indeseable".

A todos los hombres de buena voluntad, les son evidentes las palabras de Juan Pablo II en el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 1999, "el recurso a la violencia en nombre de la religión es una perversión de la enseñanza real de las religiones más importantes". Por lo tanto, nadie en su sano juicio justifica la violencia religiosa y mucho menos la étnica. Pero Ogata no distingue, y pareciera por sus palabras, que todas las aspiraciones étnicas o religiosas, deben reprimirse.

Cabe preguntarse por qué la señora Ogata arremete contra "toda clase de aspiraciones religiosas". Esta afirmación de la Comisionado para los Refugiados de la ONU, confirma que uno de los fines del universalismo -globalización- impulsado por las Naciones Unidas es la uniformidad de pensamiento. Es decir, ya no se busca un mundo sin fronteras respetando la variedad y la diversidad de los pueblos, sino que se pretende imponer un modelo único de estilo de vida que afecta también a las creencias religiosas.

La referencia a "las aspiraciones religiosas que emergen o re-emergen sin control" es muy grave. Indica que el proyecto de reingeniería social de la ONU o al menos del clan que la gobierna, va mucho más allá de los ámbitos político y económico. Se trata de provocar un cambio radical en las convicciones de las personas. (vid. Noticias Globales 214, La "Hermandad" que manda").

Las religiones "dogmáticas" o los principios religiosos que no dejan lugar a la mentalidad relativista que la ONU pretende para todo el mundo, quedan excluidos del sistema. Estos "particularismos" religiosos molestan, porque ante los ojos de los "globalizadores" convierten a las personas y a los grupos identificados con ellos, en inabsorbibles por una sociedad uniforme, masificada, gobernada por un régimen totalitario. Así pasó siempre en la historia. El cristianismo porque cree y predica la verdad permanente, que es el mismo Cristo, válida para todos y en todas las circunstancias, es uno de esos "particularismos", que molestan a estos funcionarios internacionales.

Esta mentalidad es más evidente cuando se trata de las ONG's. En Noticias Globales 199 comentamos y dimos la lista de las 137 organizaciones no-gubernamentales que, siguiendo al grupo apóstata Católicas por el Derecho a Decidir, están pidiendo al Secretario General de la ONU el cambio de status de la Santa Sede, para reducir su representación a la de una ONG más. Esta lista aumentó en seis meses a 348 (14-1-00), incluyendo a International Planned Parethood Federation (IPPF) y casi todas sus filiales, excepto, quizás por una cuestión sólo de imagen, las de los países de América Latina, en los que es aún antipopular presentarse oponiéndose abiertamente a la Santa Sede.

Cambiar el status de la Santa Sede sería, como dijimos en Noticias Globales 199, pretender un rompimiento masivo de relaciones diplomáticas de cientos de países con el Estado Vaticano, lo que no se puede esperar seriamente. La campaña tiene como fin amedrentar, tratando que la Santa Sede cese en su empeño de defender la vida humana y los auténticos derechos de la persona.

No es casualidad que recientemente Mons. Renato Martino, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas, haya reafirmado el inalienable derecho a la libertad religiosa, "queda mucho por hacer -dijo-, para establecer una cultura universal de los derechos humanos. En el mundo existen todavía demasiados casos de represión religiosa (…). No pedimos ningún privilegio, sino sólo el respeto de un derecho elemental. El respeto del derecho a la libertad religiosa es el test fundamental para medir el progreso auténtico de la humanidad". FIN, 29-1-00