14 - Olmedo, G. A.: La visita de la ministra de la muerte

La visita de la ministra de la muerte

Por Gustavo A. Olmedo B.

La Embajada de España anunció la presencia en nuestro país de la secretaria de Estado de la Igualdad, Bibiana Aído, encabezando una delegación que participará de la III Conferencia Iberoamericana de Género, en Asunción.

Aído es calificada por organizaciones provida, principalmente de España, como la ministra de la muerte del gobierno de Rodríguez Zapatero, ya que es una de las principales responsables de los "avances" que España ha registrado en los últimos años en cuanto a legislaciones que favorecen y facilitan el asesinato de niños en el vientre materno (aborto).

La portavoz de la entidad Derecho a Vivir, la doctora Gádor Joya, al referirse a la secretaria de Estado, dijo que es "la mujer que más daño ha hecho a las mujeres en menos tiempo", por las consecuencias que el aborto produce en las madres, y que su legado se resume "en más facilidades para eliminar vidas humanas indefensas…"

Aído fue una de las principales impulsoras de la denominada Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, vigente en España, que legaliza la eliminación del hijo o hija del vientre hasta las 14 semanas de embarazo y hasta la 22 en otros casos; liberó la venta en farmacias y sin receta médica de la pastilla del día después -abortiva-, y estableció que niñas de 16 años pueden abortar sin el conocimiento ni consentimiento de los padres.

En síntesis, en nombre de la libertad de elección, esta mujer facilitó que miles de personas ingresen cada día a la lista de los no nacidos. Personas que tenían todo el derecho, igual que ella, de realizarse y desarrollarse o simplemente hacer uso de su libertad, esa que ella tanto dice promover.

Pero quizá las expresiones que definen plenamente su pensamiento y estatura como persona fueron aquellas realizadas en el 2009, cuando afirmó que un feto de 13 semanas es un ser vivo, pero que no se puede hablar de que es un ser humano, "porque eso no tiene ninguna base científica". Una de dos; o hay mala intención al negar la realidad, o habla con una gran dosis de ignorancia, pues la ciencia ha demostrado que desde el momento de la fecundación, el cigoto (célula surgida de la unión del óvulo y espermatozoide) tiene un ADN único y definido, diferente al de su madre y de su padre, y ya no forma parte del cuerpo de ella. Por su parte, Gregorio Salvador, miembro de la RAE, había explicado a Aído que un feto es un ser humano "porque existe" y procede del hombre "y no del mono o del caballo".

Pero lo más triste es que su trayectoria es aplaudida por referentes de este gobierno, personas a las que Lugo confió ministerios y cargos de relevancia. Esto es lo paradójico, y a la vez doloroso: que esta cultura de la muerte y la ideología que la sustenta están fortaleciendo sus cimientos en Paraguay, nada menos que de la mano de un exobispo católico.

Última Hora (UH), Asunción del Paraguay

Jueves, 09 de Junio de 2011