6.07.21

Pro Ecclesia tua, Domine! 3

De nuevo escribo para todos los que os ofrecísteis al Señor por su Iglesia Santa. Y por los que os queráis sumar; porque, al estar OPEN la opción -nos lo pide el Señor, porque lo necesita su Iglesia-, podéis sumaros cuántos y cuándo queráis.

Sigo leyendo el primer tomo de los “Dictados de Jesús a Marga”, que es como me gusta referirme a estos libros. Y cada vez estoy más entusiasmado, sinceramente. Porque me encaja todo. A otras personas no, como me han manifestado. Pero a mí, y hasta donde he llegado, sí: todo perfecto.

Si esto no viene de Dios, no sé de dónde puede venir. Personalmente, me parecería increible que se lo hubiese inventado una persona, que es la otra posibilidad que quedaría sobre el papel. Imposible.

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29.06.21

Lo reconozco: hemos perdido todos. No queda ya Iglesia.

Lo digo a propósito de cómo va a venir la declaración de los Obispos de EEUU respecto a la Eucaristía. Y siento decirlo también, en relación a José Gómez, su Presidente, con quien estudié en Roma un año: no me esperaba esto de él. Sinceramente. Y dolorosamente. Nunca le hubiese creído capaz de este macabro pasteleo. A lo que parece; y a la espera del próximo Noviembre.

Hemos perdido. Ya escribí hace unas semanas que esta era la última batalla en serio en el seno de la Iglesia. Si se ganaba, ganábamos todos, y había esperanza dentro de Ella. Si se perdía -y da toda la impresión de que va a ser así-, se habría derribado el último bastión serio que quedaba en pie: la “roca” que, con sabiduría y esperanza -con Fe-, plantó san Juan Pablo II entre los miembros de la Jerarquía en EEUU. Y es lo que está pasando.

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26.06.21

"Bajada de pantalones", con perdón. (por lo civil y lo eclesiástico).

He especificado “por lo civil y lo eclesiástico", porque son dos mundos distintos esencialmente; aunque, tal como están discurriendo las cosas, lo eclesiástico es cada vez más un remedo de lo civil. Fatalmente, y por desgracia. Porque, como sucede también a nivel personal, cuanto menos se mira a Cristo y menos se cuenta con Él, más se mundaniza -y se animaliza, por tanto-, uno; sea persona o Institución, divina o humana.

Como así están las cosas, me voy a centrar en “lo eclesiástico", que es mi mundo más directo: ¡que  soy sacerdote! Y ahí vamos. Y de rebote, ya caerá algo para el mundillo de lo civil.

El insigne secretario de la CEE y gran portavoz de la misma, mons. Luis Argüello, no solo ha dicho que los señores obispos asumen corporativamente la nota de sus coleguis catalanes, sino que le añaden “matices": sumando siempre, que es lo suyo. En qué dirección lo hacen, esa es otra historia; de la que también hablaremos, como es lógico, si nos da tiempo.

Lo primero que señala es que ambos, “los catalanes” y “los conferenciantes” -o sea, “los restos de la propia Conferencia"-, están en el mismo carro; aunque alguno -gracias a Dios-, ya se ha bajado y se ha soltado de la manita inicua del resto; y ha largado lo que tenía que largar, como era su obligación. Como ejemplos, mons. Sanz y mons. Cerro, dos grandes figuras del episcopado español. Hay más.

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18.06.21

"El Hijo del Hombre será entregado a los sumos sacerdotes..." (Mt 20,18)

Se repite la Historia. Pasa siempre, y en todos los órdenes de la vida; fundamentalmente porque ni aprendemos ni queremos aprender. Solo que, en este caso y por desgracia, se rechaza la propia Palabra de Dios. Porque ahora, y en su Iglesia, Jesús vuelve a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y ellos le condenarán a muerte. Tal cual.

No soy alarmista, ni vendedor de tragedias, ni veedor de males ocultos, pues bien a la vista están. Pero, por dramático y blasfemo que sea lo que está pasando, no por eso es menos cierto: ahí tenemos a una parte de la Jerarquía Católica crucificando de nuevo a Jesucristo. Hay ejemplos practicamente cada día; y por todas partes además.

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15.06.21

Oración y Fe para la vida real. II

Sigo dándole vueltas al tema de la vida de oración auténtica, la verdadera Vida Interior, frente a lo que el Santo Padre ha calificado, con absoluta razón, de “ritualismo". Las intenciones que haya podido tener para hacerlo, se nos escapan a todos, pues no las declara.

El “ritualismo”, como el “sacramentalismo” en otro orden de cosas, son dos manifestaciones de lo mismo: sacar de “su” realidad a la PIEDAD, en ambos casos; y a la Gracia propia y especifica de cada Sacramento, en el segundo. En los dos ámbitos “se mata” lo que esas cosas son en sí mismas, pues se les sustrae su ser y su finalidad.

Como es lógico, todo esto está perfectamente explicado y denunciado por el mismo Jesucristo. En concreto, en la “parábola del fariseo y del publicano“; y, por tanto, viene recogido en los Santos Evangelios: Lc 18, 9-14.

Los dos hombres ha subido al Templo a orar, pues el Templo era el lugar por excelencia de la piedad, de la liturgia y de toda la vida religiosa del pueblo Judío, por mandato expreso de Yahweh-Dios.

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