"No quieren oírte a tí, porque no quieren oírme a Mí"
Son Palabras de Dios al Profeta. Le ha mandado que vaya al pueblo Judío a decirles lo que no les va a gustar -se han vuelto una vez más a los ídolos “de madera y plata “, y a los sacrificios pertinentes a su idolatría, y les va a caer una buena.
Para que sepan por qué sin la menor duda, y para que sean conscientes de su gran pecado -"se han prostituido", les dirá sin pelos en la lengua: Dios no es Dios de tontos, ni de listillos, ni de oídos delicados o sensibilidades irracionales o al gusto de cada uno-, y de que sin Él quedan reducidos a ser escoria -"sus cadáveres no serán enterrados: serán pasto de los perros, de las fieras y de las aves"-, les anuncia por el Profeta su Sentencia. Irrevocable: los van a masacrar.