Los voceros: todos mudos. (Por la CEE)

Yo diría más: sellados cual sarcófagos Papales, como corresponde por lo eclesial.

Sí. De repente, como aquel del Evangelio, se han vuelto sordos y mudos; amén de ciegos, que ya lo eran y son.

Porque ya, ni oyen, ni ven, ni hablan. Y, por supuesto, siguen sin entender que, callar ahora, les perjudica a ellos tanto o más que a la propia Iglesia, de las que son cabezas visibles en España.

Me refiero, en particular, tanto al Secre -el obispo Magán-, como a su Presi: Argüello, arzobispo. Y ya puestos y aprovechando, al obispo Munilla, muy fino y docto cuando quiere; y a todos los Obispos en España, pues no he oído a ninguno abrir la boca y mojarse. Como es su obligación, dadas sus precedentes actuaciones.

La explicación que nos hurtan, y por señalar: “es que no son moritos, no están en Jumilla, y ya nos dieron bastante entonces…". O algo así. Porque nada de nada han dicho, oigan.

Yo, me malicio que lo más mollar es que, “como no son moritos", sino que las víctimas son “judíos” -la bicha para aquellos-, y como hay que estar siempre con los musulmanes: ¡vete tú a saber por qué regla de tres! Ya que todo el terrorismo, y por todas partes, tiene este sello, y este tufo, y esta paternidad.

Pues ¡a callar! Y muditos se están, xsu.

Claro que con esta actitud muestran varias cosas.

La primera: que los “principios católicos” que jalearon estas cabezas visibles y cobrantes de la CEE, valen lo mismo que los derechos humanos y/o la Constitución: NADA, de principio a fin: ni el papel donde se imprimieron. Porque, como “depende", pues se quedan en eso, en NADA.

Tampoco nos sorprende ya. Si pueden ser “muy bienvenidos", e incluso pueden ser huéspedes del Vaticano, todo un “enjambre multicolor” como “ejemplar peregrinación” -"católica” para más señas-,  del mundillo, y no tiemblan sus muros, ni se derrumba su cúpula, sino que se jalea, se aplaude y se difunde…, pues esto de aquí es peccata minuta, que diría el clásico. En latín, por supuesto.

La segunda, y por ir puntualizando: lo de Jumilla se atribuyó a VOX, y todo lo acontecido en La Vuelta tiene como padrinos a Sánchez, el “famoso” por ser incapaz de mentir, y a Hamás, los que nunca han roto un plato. Y claro: ¡no hay ni color: dónde va a parar!

La tercera: en Jumilla NO hubo violencia alguna; contra los judíos, contra la Vuelta, y contra España, la violencia, heridos incluidos, ha sido lo habitual. Con el agravante de haber sido jaleada desde el Gobierno español, con Sánchez a la cabeza: perdida, por supuesto.

Y, al haber tenido está “animación gubernamental", las fuerzas de seguridad estar estaban, pero puestas en pasiva, como los verbos.

Cuarta: en Jumilla no hubo “huntes". Ahora, los grupos violentos han estado doblemente juntados: por lo gubernamental y demás, y por los moritos. Porque todos éstos profesionales de la violencia, cobran, y muy bien a lo que parece. Sí cobrasen como un obrero no habría afición ni masa crítica.

Quinta: ante está violencia de estado y del terrorismo, da la impresión que los de la CEE se lo toman con muchísima prudencia, no vaya a ser que les alcance algún artefacto que se ha salido de ruta. Y claro: a seguir callando.

Podría seguir acudieron a los datos que todo el mundo tiene en la mano, incluidos los miembros, encumbrados o no de la Conferencia.

Éste doble rasero que se detecta, es tan nauseabundo como por lo civil. Con el agravante de estar y venir por lo Eclesial.

Jugar a estar en el mundo y a favor del mundo, y pretender no ser mundano, es un imposible metafísico. O sea: NO puede ser.

Supongo que ellos creen que sí; pero, como en así todo lo que tocan o sobre lo que se pronuncian: ni oyen, ni ven, ni entienden.

Bien claro nos lo vaticinó el mismo Jesucristo; pero, en la Iglesia, y empezando por la Jerarquía, ¿queda aún alguien que crea?

Pues eso: ¡a callar tocan!