"Toma Jeroma, pastillas de goma!!!"

Vaya tortazo -pescozón, capón, porrazo, galleta, mamporro, bofetada, etc-, se ha llevado el Sr. Presidente de la Episcopal…! Y por las manos, ungidas por partida doble, del Obispo de Vic.

Menos mal que era el Presi, que si no, esperan que llegue y lo echan directamente al pilón, tal como fuese vestido para el evento. No creo exagerar.

Porque el meneo ha sido de petardos y traca: cosas todas a las que en Vic les tienen afición.

O sea, y para entenderme y para entendernos. Las cosas están como siguen: el Presi de los Obispos en España, Conferencia a la que pertenecen “todos” los Obispos titulares y jubilados, es invitado por uno de ellos -en este caso concreto, el de Vic: Cataluña lliure-, a un evento. Hasta aquí, todo bien. Se supone…

Pues: no señor! Los cuatro gatos de siempre, con otros cuatro mamporreros, también de siempre, más otros cuatro que se apuntan donde haya lío, bien arropados todos -quiza incluso también subvencionados por las “autoridades": es un decir-,  amenazan con un escrache al flamante Obispo titular y residente, en contra de la venida del Sr. Presi: al no ser catalán, es “opresor” por definición. Sin la más mínima duda, oigan! Y, por tanto, no puede pisar suelo catalán, incontaminado desde ya antes de san Pablo, como poco. El suelo patrio no se mancilla!!!

Y, qué hace el susodicho titular y residente, o sea, el de Vic? Echa abajo sus buenas intenciones -o no-, recula, y desmonta todo el tinglado: antes la “feligresía” -la que no pisa la iglesia más que en su funeral, si acaso y porque lo llevan-, que el Presidente, Mons. Argüello. Todo por la Patria…, supuesto que sea de la clase hegemónica indepe.

Vaya por delante que no me alegro del descalabro del Presidente: en absoluto. Ni me río tampoco con el desaire recibido por el Mons. Argüello. No van por ahí mis tiros.

Es más: me apesadumbra el nivel de podredumbre Eclesial al que hemos llegado: viéndolo venir, o no; habiéndolo trabajado, o no; querido así o no… Pero es lo que ha pasado ante las narices y entre los manejos de los mismos Jerarcas.

Como en todos los temas, que han conseguido hacer desaparecer a la Iglesia como tal, en todos los Países del primer mundo, mayoritariamente Católicos muchos de ellos.

Pero a ésto hemos llegado, evidentemente. Sí o sí. Porque, como dice el refrán: “Quien juega con fuego, se quema". Obvio, de toda obviedad. Y no es que se haya “jugado con fuego": es que se la ha hecho arder por los cuatro costados.

Este que comentamos es otro de los grandes fracasos de lo que se montó en base al CV II: las Conferencias Episcopales; a modo de los falsos y falseados “parlamentos", o así, del mundo político. Que viven en/desde/para la Corrupción y la Mentira. Y forrarse, claro: que no conozco a ninguno que salga pobre…

Conferencias, que sólo han servido para neutralizar a los señores Obispos, diluyendo su personal responsabilidad en el Gobierno de sus Diócesis, en todos y cada uno de los “Tria munera", que les competen en exclusiva: salvada su unidad con el Santo Padre. Y sólo con él.

Lo que iba a fortalecer la unidad, se ha trastocado en mero marketing de corporativismo, en el mejor de los casos. Lo que iba a servir de mutua ayuda y cooperación entre las Diócesis, se ha quedado en un reparto de perricas. Y lo que iba a dar “calidad” a los distintos gobiernos diocesanos, no ha hecho sino contribuir, por lo derecho, a la terrorífica Descristianización de Países enteros. Y España es la muestra más terriblemente palpable de lo que afirmo.

La Iglesia, en España, no tiene donde esconderse. Como Sánchez, por lo civil, en este mismo País.

Pues, “toma Conferencia…, y ven a por más!".

Yendo al fondo del asunto: las Conferencias son un acto más en la desmembración y aniquilación de la Iglesia Católica. Después de la Misa, el más significativo y determinante: porque la Iglesia, por Institución Divina, es Jerárquica de cabo a rabo.

Con las Conferencias, no se suprime la Jerarquía; pero, como con tantas otras cosas, se la edulcora o se le quita su papel. La Descristianización está servida. Y es lo que ha pasado.

La otra para del banco ha sido la elección y/o selección de los candidatos: de pena en su gran mayoría. Y lo mismo ha pasado con la elección y formación -es un decir- de los seminaristas.

El bajonazo ha sido “de juzgado de guardia". Pero, como en la Iglesia no existen estos juzgados, pues “a reclamar al maestro armero": que tampoco existe.

Amén.