«¿Señor, son pocos los que se salvan?»
Y la respuesta del Señor es directa: Buscad entrar por la puerta angosta, que es ancha la puerta que lleva a la perdición.
Nada de timideces, ni de salirse por la tangente, ni dar la respuesta por callada, ni pasar a otro tema, ni hacerse el sueco, ni marear la perdiz, ni vacilarle al personal.
Se lo toma como lo que es: una pregunta pertinente, que requiere una respuesta pedagógica y estimulante, además de acertada. Y va, y lo suelta: por la “puerta estrecha"; que la puerta amplia y holgada te lleva al huerto. Para siempre.
Era una pregunta que periódicamente, hasta pocos años después del Concilio, salía a relucir en los teólogos más famosos, o se les planteaba, con razón, a los que tenían fama de santos, o salían a relucir en tantos y tantos Ejercicios Espirituales; no digamos en las famosas Misiones que removían conciencias y almas.
Tema que estaba en el machito por un único motivo fundamental: en una conciencia auténticamente católica, Salvarse era lo máximo. Y se buscaba de todas, todas.
Luego, la vida -el mundo con sus máximas-, y la naturaleza dañada por el Pecado -la concupiscencia-, buscaban hacer su labor: el gran combate por arrebatarle a Dios todas las almas que pudieran: El Demonio es como un león rugiente que busca a quién devorar.
Pero sólo lo consigue con aquél que se pone a tiro: “El que juega con fuego, se quema". Bien advertidos estamos, pues.
Labor por tanto que, sin nuestra cooperación, nunca hubiese podido con nosotros. San Pablo nos escribe, con una confianza en Dios que enamora: Todo lo puedo en Aquel que me fortalece.
Por qué no aprendemos? Por qué no nos dejamos enseñar y formar?
Pero la conciencia bien amueblada, los buenos predicadores y, en gran medida, la tradición familiar -las familias “respiraban en católico": eran constitutivamente catolicas-, también tenían su peso.
De entrada, y como ejemplo y soporte, porque la misma Sociedad, incluidos los Gobernantes en todos sus niveles -del Rey al último súbdito-, se sabían Católicos, y lo eran; con todos los vaivenes y las vicisitudes que no podían faltar.
No digamos la Iglesia Católica, que tenía como su primerísima Misión la Salvación de todas las almas. Para lo que predicaba sin descanso. Antes y más que la administración de los Sacramentos: estos venían después, y en condiciones: ninguno se administraba a la buena de Dios, o tontamente: los Sacrilegios se evitaban tan celosamente como lo requiere la Santidad de los Sacramentos y la Santidad de las almas, a los que están destinados.
La pregunta sigue vigente, aunque desde el último Concilio, se han ninguneado los Novísimos; se ha prohibido casi de facto, hablar del pecado mortal, cuyo precio es la muerte y la condenación eterna; y, para dejar todo muy bien amarrado, se ha dejado de confesar al personal, hasta el punto de que éste ha acabado por obviar la Confesión Sacramental, como le han enseñado sus “pastores".
Que ya tiene mérito: lo de los mercenarios, los salteadores, y demás aficionados sobrevenidos. Antes, “pastores” que ejercían como tales: por ésto, exactamente por ésto, España era Católica, en una Tradición ininterrumpida de unos 20 siglos, siglo más, siglo menos. Y sólo Católica. Y por supuesto, pues es su mayor gloria: Evangelizadora.
Ya puestos: es la única Nación que defendió la Catolicidad de la misma Iglesia. A veces, incluso con “encontronazos” entre ambas partes; sin ser la culpa principal la del Estado Español.
Por tanto: “son muchos los que se salvan"?
La respuesta del Señor es inequívoca: por una puerta angosta pasa menos gente que por una amplia y, aparentemente, más atrayente y placentera. Para qué engañarnos.
Y, como es “natural", todos tendemos a ir hacia esta última.
De ahí que Jesucristo, que lo sabe, nos estimula a decidirnos por los arduo, por lo que cuesta: porque lo que vale, cuesta; y lo que más vale, más cuesta: Buscad la puerta angosta!
Es que la otra es puerta de Perdición! Y se supone, incluso Él lo supone, que preferimos “Salvación” a “Condenación".
Lo preferimos?
No da esa impresión, ni siquiera a simple vista. Más bien la impresión es la contraria. No digamos si escarbamos un poco. Y vamos a escarbar: obligados estamos.
Una connotación: hablo en Católico, para Católicos, y para todos los que quieran saber de qué va ésto de la Vida Eterna, a la que todos, todos, todos estamos abocados, sí o también, se crea en Ella o no, se tenga la Religión que se tenga: el hombre, creado por Dios a su Imagen y Semejaza -solo Dios puede hacer semejante milagro-, “hombre y mujer los creó", está hecho para la Vida Eterna: para SER eternamente.
La Tragedia para los que NO creen, incluidos los “católicos-no-practicantes", es que, en lugar de “escoger libremente” dónde y cómo quieren vivirla, se toparán con Ella: “Sorpresaaa!!!".
Serán muchos o pocos los que se salven? Según todos los datos que tenemos a mano, aunque nos falte alguno, es que son POCOS. En comparación con los que se han condenado ya, y se condenarán aen el futuro.
Sí: se condenan más que se salvan.
Cómo es posible si Cristo ha muerto por “todos"? No sería ésto “el evidente y terrible fracaso de Cristo? Y si acudimos a su Misericordia, dónde está, si manda al Infierno a tanto personal?
A los buenistas que me lean, y hayan llegado hasta aquí, les va a dar el alipori de su vida. Con lo buenos y tiernos que son… Qué disgusto!!! Ya lo siento, de verdad…
Son “pocos", porque NO son todos, que es el mayor Deseo del Señor. Y son “pocos", porque son MENOS que los que se salvan: se condenan más almas de las que se salvan. Es la opinión autorizada de múltiples teólogos de todos los tiempos. Aunque los hay que afirman lo contrario.
Claro que Jesucristo no se apea del burro: Porque muchos son los llamados y pocos (el subrayado es mío) los escogidos.
No es una forma de hablar, sino que es la expresión exacta a la que se ciñe: “pocos". Personalmente NO voy a ir más allá, porque NO me siento autorizado a hacerlo.
Aprenderemos? Nos dejaremos enseñar por Jesucristo?
De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? Así nos enseña a juzgar al respecto. A tener el Criterio que salva.
Pero hay que incidir en que, aunque parezca mentira, toda la gente que se condena es porque quiere condenarse: elige el Infierno como el modus de su vida eterna, al elegir el pecado como su “nicho ecológico” en esta vida. Elige vivir “como si Dios no existiese". Y así le va. No sólo con el Infierno a la espera, sino con el Infierno ya presente en esta vida terrena.
De este itinerario sólo nos salva la Contrición por nuestros pecados, que se demuestra y se vive, muy en primer lugar, acudiendo regularmente al Sacramento de la Confesión. Que está para que salgamos de nuestros pecados y nos salvemos.
Amén.
29 comentarios
Es un misterio.
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Es el "mysterium iniquitatis", el misterio de la maldad del pecador, sea hombre o ángel.
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Evidentemente, hay más "epulones" que "lázaros". Y así nos va.
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La Misericordia de Dios está en "entregarnos a su propio Hijo", al que "no perdonó" por Amor nuestro, sino que "lo cargó con nuestros pecados".
La Misericordia de Dios NO está en que uno que ha vivido "como si Dios no existiera", va Dios misericordioso y buenísimo y... lo salva!
Nada de eso. Pero absolutamente nada.
Y la "teoría" de que Jesucristo no nos juzga, nos ama como somos, etc., NO es Católica. El Señor es Juez. Y NO está nunca de huelga ni de cierre patronal: ejerce de continuo, como no puede ser de otra manera. Que no tiene el Título para colgarlo de una pared...
Gracias por confirmarnos en la fe,por darnos sana y clara doctrina, y recordarnos la necesidad de responder a la Gracia de Dios para buscar en serio la santidad en medio de este mundo.¡Gracias de corazón !Seguimos rezando por usted a diario desde Gijón (Asturias).
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Muchísimas gracias por vuestras oraciones. Qué excelentes años los de Asturias...!!!
Si ya lo dice claramente el Señor tal como está recogido en el N. T, y aún así lo niegan.
Muchas gracias por su catequesis Padre Jose Luis, son muy educativas nos llevan por el camino correcto.
Rezo por usted
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Muchísimas gracias por tus oraciones.
Me has 'complementado' la recomendación del libro de Royo Marín, con vehemencia y como si yo hubiera escrito una barbaridad. Tengo la sensación de que lo leíste muy por encima, porque si no no entiendo la oportunidad de ese 'complemento'.
El título del libro está en interrogativo: '¿Se salvan todos?', no en afirmativo. Y por supuesto, el contenido ya explica que la respuesta es negativa; aunque esgrima esperanza en que sean los más posible.
A más abundamiento.... Royo Marín tiene mucho nivel. No es cosa de despreciar lo que escriba por las buenas.
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Ni un asomo de desprecio por mi parte, ni hacia Royo Marín, ni hacia tí.
Simplemente, quise incidir en el tema. Nada más. Y nada menos.
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Reza por mí.
Efectivamente; Uno de nuestros más grandes teólogos, Fray Antonio Royo Marín, dice que es, justamente, al contrario. Que se salvan más almas que las que se condenan. Lo dice en su Teología de la Salvación, Padre. Por si quiere usted consultarlo. Insisto que aclara en muchas páginas por qué lo cree así, y lo desglosa, concienzudamente, en 7 grandes apartados en esta obra citada. ( Edición de 1956, Primera parte, de la Salvación del Alma, Caítulo V, "¿ "Son pocos los que se salvan?, punto II Y III, solución optimista y Conclusión")
Y no podemos decir que la opinión de éste teólogo carezca de importancia. Entre otras cosas, porque en toda su vida jamás se separó un pelo de la opinión de Santo Tomás. Y es, por ello , autorizadísimo. En mi humilde opinión, el mejor que ha tenido España en los últimos tiempos.
Valoro mucho su opinión, padre, Pero creo que en este aspecto, por lo citado, se equivoca.
Un fortísimo abrazo en Jesucristo Nuestro Señor.
Ave María, Purísima, Sin pecado Concebida.
Suplico su bendición y un Ave maría. Dios se lo pague.
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En mi post ya digo que hay teólogos que lo afirman. Royo Marín, como apuntas y al que he conocido bien por sus libros, es uno de ellos. Pero hay otros que afirman lo contrario.
En general, y hasta el s. XX, eran la excepción los del "más", que los del "menos"; estos últimos en línea con el "pocos" con el que se moja Jesucristo. Qué algún peso tendrán sus Palabras.
Tienes mi Bendición, que es la de Dios, y mi Ave María. Faltaría más.
"Las principales razones para llegar a una solución optimista, son las siguientes, por orden:
1.* La misericordia infinita de Dios
2. La justicia misma de Dios,
3.La voluntad salvífica universal.
4. El misterio de la divina predestinación.
5. La redención sobreabundante de Jesucristo.
6. La intercesión de María, abogada y refugio de pecadores.
7. La responsabilidad subjetiva del pecado.
8.Las penas del purgatorio."
Y no quiero cansar con este. Está en el libro muy por extenso.
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De todas estas aportaciones de Royo Marín, hay unas cuantas que se pasan de frenada, y que no tienen relación con la realidad de la Condenación o la Salvación de "cada" alma en particular.
Ya lo siento.
¿se puede interpretar como que significa "el evidente y terrible fracaso de Cristo", o lo que es lo mismo, el diablo ganó?
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Para nada. En absoluto. Dios NO fracasa jamás. Por parte de Él, que ha puesto toda la carne en este tema, la Redención, en sí misma, es Universal, Sobreabundante y demás. Porque ésto depende exclusivamente de Él.
Pero la "aplicación en particular" de su Redención Universal, "depende" de cada uno de nosotros. Y aquí, la Redención obrada por Cristo, NO incide en el alma que no le deja actuar en ella. Por ésto, se salva o se condena el que lo decide así, explicita o implícitamente. Y no hay vuelta de hoja. Es lo que hay, porque es lo que es.
La Santidad que nos lleva al Cielo, es cosa de DOS: no es sólo de Dios. Porque toda Gracia supone cooperación por parte del que la recibe: si no coopera, la rechaza de facto, y no produce efecto alguno: queda infecunda. Es lo que pasa en el horizonte de la Salvación.
Qué el Señor le siga ayudando , fortaleciendo e iluminando para que pueda transmitirnos la verdad y no la misericorditis inventada. Gracias Padre!
Alga l
Porque si los que se salvan son muchos en comparación con los que se condenan, entonces quiere decir que son muchos los que entraron por la puerta estrecha. Pero si esto es así, entonces el Señor nos mintió y eso es imposible. Por lo demás, el Evangelio no deja lugar a dudas y la autoridad del Evangelio está por encima de todo:
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.Más claro imposible: muchos son los que entran por por la puerta ancha hacia la perdición y pocos son los que transitan por el camino angosto que lleva a la salvación. Y esa comparación es en términos relativos. Pueden ser muchos miles de millones las almas que se salvan, pero necesariamente para que se cumpla el Evangelio, tienen que ser menos que las que se condenen.
Bravo Padre, siempre es un gusto enorme leerlo a usted!
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El Evangelio, Palabra de Dios, es todo menos "especulación". Ya lo siento. Lo que hagas o dejes de hacer es tu problema.
como la felicidad eterna, consistente en la visión de Dios, sobrepasa el estado común de la naturaleza, y de modo especial por haber sido privada de la gracia por la corrupción del pecado original, pocos son los salvados.
Teofilacto, comentario a San Marcos 4,8 (cf. Catena Aurea)
¡Cuántos son los malos y cuán pocos son los buenos, supuesto que sólo se salva la cuarta parte de la semilla!
San Luis María Grignon de Monfort, carta a los amigos de la Cruz.
El número de los elegidos es menor de lo que se piensa.
Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica Parte II II Cuestion 73 a2
son pocos los que caminan por la vía de la salvación.
San Alfonso María de Ligorio, Preparación para la muerte, consideración 17
La opinión más común es que la mayor parte de los cristianos adultos se condena.
San Luis María Grignon de Monfort, carta a los amigos de la cruz
[El número de los que se salvan] es tan reducido, que apenas si hay uno por cada diez mil -como fue revelado, a varios santos, entre ellos a San Simón Estilita, según refiere el santo abad Nilo después de San Efrén, San Basilio y otros más-. Es tan reducido, que, si Dios quisiera agruparlos, tendría que gritarles, como en otro tiempo, por boca de un profeta: Congregaos uno a uno; uno de esta provincia, otro de aquel país.
San Juan Crisóstomo (Homilía 24 (Rom12,20)), Contra los oponentes de la vida monástica
"De entre tantos miles [más de cien mil] no hay ni cien que alcancen a salvación."
Memorias de la hermana Sor Lucia Tercera Memoria, 7
Un día fui a su casa, para estar con ella. La encontré sentada en la cama, muy pensativa.
– Jacinta, ¿qué estás pensando?
– En la guerra que ha de venir. ¡Va a morir tanta gente! Y va casi toda para el infierno.
San Pio de Pietrelcina, La agonía de Jesús p.30
La mayoría corre por el camino de la perdición.
San León Magno Sermón XLIX
La amplitud del camino que conduce a la muerte está atestada de gran compañía.
Nuestra Señora de Akita (a la hermana Agnes Katsuko Sasagawa)
"Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza."
San Leoardo de Puerto Mauricio, el Pequeño Número de los que se Salvan
[En el Antiguo y Nuevo Testamento] encontrarás una multitud de figuras, símbolos y palabras que señalan claramente esta verdad: muy pocos son salvos. En la época de Noé, toda la raza humana fue sumergida por el diluvio, y sólo ocho personas se salvaron en el Arca. San Pedro dice, "Esta arca era la figura de la Iglesia", mientras que San Agustín añade: "Y estas ocho personas que fueron salvadas significa que muy pocos cristianos son salvos, porque hay muy pocos que renuncian sinceramente al mundo, y aquellos que renuncian a él sólo con palabras no pertenecen al misterio representando por esa arca." La Biblia también nos dice que sólo dos hebreos de dos millones que salieron de Egipto entraron en la Tierra Prometida, y que sólo cuatro escaparon del fuego de Sodoma y las otras ciudades ardientes que perecieron con ella. Todo esto significa que el número de los condenados que serán arrojados al fuego como paja es mucho mayor que el de los salvados, a quienes el Padre celestial algún día reunirá en Sus graneros como trigo precioso.
San Alfonso María de Ligorio, Sermón para el domingo noveno después de Pentecostés
¡Desdichado del que difiere la conversión hasta el día postrero! La penitencia que se pide a un enfermo, enferma es, dice San Agustín. Y San Jerónimo decía que de cien mil pecadores que vivan en pecado hasta que les llegue la muerte, apenas si uno se salvará.
1 San Pedro 4,18
Si el justo se salva a duras penas ¿en qué pararán el impío y el pecador?
Las siguientes citas son atribuidas, no he podido verificarlas todas o hallar su origen:
Sor Lucía de Fatima
Teniendo en cuenta el comportamiento de la humanidad, sólo una pequeña parte de la raza humana se salvará.
El Santo Cura de Ars
El número de los salvados es tan reducido como el de las uvas que quedan tras el paso de los vendimiadores.
San Justino Martir
La mayoría de los hombres no verán a Dios
Ana Maria Taigi
La mayoría de los cristianos de hoy están condenados. El destino de los que mueren un día es que muy pocos -no más de diez- van directamente al Cielo; muchos permanecen en el Purgatorio; y los que son arrojados al Infierno son tan numerosos como copos de nieve en pleno invierno...
San Felipe Neri
Un número tan grande de almas miserables perecen, y tan pocas se salvan...
Santa Verónica Giulani
El número de los condenados es incalculable
Respecto a la interpretación de Rubén (de Argentina), estoy de acuerdo, son pocos los salvados en comparación con los condenados, pero en realidad son muchos en términos absolutos. (aunque no defiendo que Royo haya querido decir tal cosa)
Tal es la aclaración que hace San Agustín a Cresconio:
San Agustín, Réplica al Gramático Cresconio Donatista, Libro 3,63
No comprendes en qué sentido dijo el Señor que son pocos los que entran por la puerta estrecha, puesto que dijo que muchos de Oriente y Occidente se habían de recostar en el festín con Abrahán, Isaac y Jacob, y en el Apocalipsis aparecen miles vestidos de blanco de todo pueblo, tribu y lengua que nadie puede contar. Estos ciertamente son muchos en sí mismos, pero son pocos comparados con los muchos más que han de ser castigados con el diablo.
Jesús no da estadísticas del cielo ni del infierno. Lo que hace es advertir con seriedad que el camino al Reino de Dios requiere lucha interior, conversión y perseverancia, no simple religiosidad superficial. Las frases como:
“Muchos querrán entrar y no podrán” (Lc 13,24)
“Velad, porque no sabéis el día ni la hora” (Mt 25,13)
...no son frías declaraciones de condenación masiva, sino llamadas urgentes al despertar espiritual. Jesús no se deleita en la condenación, sino que llama constantemente a todos:
“No he venido a condenar al mundo, sino a salvarlo.” (Jn 12,47)
+ El Magisterio
La Iglesia Católica nunca ha definido oficialmente cuántas personas se salvan o se condenan. Pero sí enseña con claridad tres cosas:
Dios quiere que todos se salven.
“Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.” (1 Tim 2,4)
La salvación requiere cooperación libre con la gracia.
El cielo no se da por inercia; requiere fe, caridad y fidelidad.
Nadie puede afirmar con certeza que una persona concreta se ha condenado.
Ni siquiera Judas ha sido declarado oficialmente “condenado” por la Iglesia.
+ Perspectiva de teólogos y santos
En siglos recientes, santos y teólogos como santa Faustina, san Juan Pablo II o Hans Urs von Balthasar han matizado que aunque la advertencia de Jesús es seria, no podemos afirmar con certeza que “la mayoría” se condena.
Von Balthasar planteó la posibilidad (no certeza) de que “podemos esperar razonablemente que todos se salven”, sin caer en el error del universalismo (que afirma que todos se salvarán inevitablemente).
Santa Faustina, en sus revelaciones sobre la Divina Misericordia, transmite una visión más esperanzadora, donde la misericordia de Dios siempre está disponible, incluso en el último instante de vida.
Padre Jose Luis, Qué entiende usted cuando dice que Jesús es Juez ??
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Exactamente lo que significa esa palabra, "juez": el que juzga y dicta sentencia. En San Mateo 25 está perfectamente explicado, y por Jesucristo en Persona.
La Palabra de Dios nunca es "especulación", ni el "pocos" tiene nada que ver con "estadísticas".
Por cierto, las "advertencias" se cumplen cuando los advertidos no se reforman. Porque el Señor no advierte por deporte o "a humo de pajas".
Leo con mucho interés sus artículos, tanto la exposición del tema como las respuestas.
Me surge la pregunta que le hicieron a San Pedro: ¿”qué hemos de hacer , hermanos ?” Preguntas parecidas que le hicieron a San Juan Bautista. Y el Evangelio es claro en las respuestas.
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El Santo Evangelio, es decir, el Señor, es neto, tanto en las preguntas que estamos obligados a hacernos, como en las respuestas que nos da Jesucristo. No es posible perderse, salvo que queramos perdernos.
1. Cuando un hombre viejo recreado y regenerado por Gracia, por Misericordia antes de la Iglesia y en última Misericordia en tiempo de Iglesia, tras la muerte natural del cuerpo y en pecado mortal, el perverso y el necio como dice el Libro de la Sabiduría, es juzgado por Justicia en Juicio Particular por Cristo Rey y enviado al Infierno de los condenados, ¿es evidente y terrible fracaso de Cristo? ¿Ganó Satanás a Cristo? No y no, porque hay en el hombre el don de la libertad que le hace responsable de sus actos, y si su última voluntad fue la de rechazar la Gracia de Dios, es porque no ama en la Caridad de Dios, y acabada la ruta y tiempo concedido para su salvación por Su Providencia sabe que merece la condenación eterna sin la Caridad de Dios, porque es el lugar adecuado de los que no aman en la caridad cristiana, no tienen ni un 0,01% de la santa humanidad de Cristo. Recordemos que los diablos son los que no aman.
2. Ojo, el ladrón ama a sus hijos y a su esposa, y a sus familiares, pero al robar como norma de vida en la ciudad del mundo, no entra ese amor en la Caridad de Dios, no es verdadero amor en la Ciudad de Dios.
3. El hombre como vive en el tiempo puede cambiar su estado de desgracia a Gracia y de Gracia a desgracia hasta su última voluntad antes de morir. Aunque cuando conoce de Verdad el Amor-Caridad de Dios todo es para su bien guardar la Gracia y estar en la virtud de la devoción verdadera a Dios. El residir eternamente en el Infierno es exclusivo fracaso del hombre que ha rechazado la Voluntad de Dios, Su Proyecto sublime de santidad para con él. No es que Satanás gane la partida, pues es prueba de Dios en nosotros para recordarnos nuestras debilidades y flaquezas, que por necedad queremos vivirlas en el mundo desde la mentira de una "vida de felicidad" ficticia por caer en la tentación.
4. La Gracia es sobreabundante, pero quien la rechaza es porque no ama en la Caridad de Dios. Quien pacta con el Diablo, quien vive dentro de la tentación es porque rechaza la Voluntad de Dios, es realmente malo y quiere seguir haciendo el mal por su interés mundano. Por ej. un "médico" que trabaja en un matadero de seres humanos nonatos, sabe que está mal lo que hace, pero por su amor al dinero rechaza la Voluntad de Dios. ¿Ama ese médico a su esposa e hijos? Si en el amor del mundo = reino de Satanás; no en la Caridad de Dios que es a Él, a si mismo por Él y al prójimo por Él. Como dice San Pablo: si no tengo Caridad (himno) nada soy.
5. ¿Señor, son pocos los que se salvan? San Pablo nos dice que ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Nadie vió, ni oído oyó de lo que Dios nos tiene reservado en el Cielo, pero tenemos prueba 100% del Cielo por el Hijo de Dios Encarnado no en Marte, sino aquí en la Tierra, Su Paso histórico como verdadero Dios y hombre.
6. La Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven, todo el género humano. Pero, en el diluvio universal sólo se salvan 8 de "todos". En la destrucción de Sodoma y Gomorra no hay ni 10 justos = santos, se salvan 3, pues la mujer de Lot desobedece a Dios y muere también. El Faraón desobedeció a Dios y tras las 10 plagas ¿cuántos murieron rebeldes a Dios? Moisés ordenó pasar a espada a los israelitas rebeldes adoradores del Becerro de oro. Y así un etcétera largo. La peste negra en la Edad Media por el pecado homosex. En Fátima la revelación de la Virgen del Infierno a los pastorcillos caen como gotas de nieve. En el presente se espera que las 2/3 partes reciban la muerte por la maldad humana en el mundo.
7. La regla parece clara cuando Dios castiga y envía la muerte, porque la Gracia de Agua de Vida no da fruto en la higuera regada sobreabundantemente. Y Si Dios hecho Hombre con milagros y exorcismos delante de todos es rechazado por Su propio pueblo -crucifícalo- y por Gerasa, es que son muchos más los que no aman que los que aman en la Caridad de Dios como se verá en el Juicio Final. Los 10 leprosos tuvieron la Misericordia de Dios, con milagro y todo, de Fe y Razón, pero en Justicia sólo regresó uno. Se puede extrapolar que de 1500 millones de católicos en el presente unos 150 millones por el camino con la lámpara encendida hacia la Puerta estrecha. Y santos, santos 100% en santa humanidad de Cristo algunos, el resto Purgatorio. Pero, en la Providencia y Juicio de Dios está. Lo seguro es que los que el Padre ha dado a salvar a Su Hijo encarnado se salvan. Por eso lo seguimos a Él hacia el Calvario cargando nuestra cruz con alegría, porque esperamos Su Promesa de Resurrección de Vida en felicidad eterna con amor en Su Caridad. Piensen si seguir a Buda, Lutero, un comerciante camellero nestoriano, Marx, Freud, Nietzsche, ... en sus ideologías que acaban borrachos, drogadictos, locos y sucidándose merece las penas del Infierno.
Apartaos de mí, malditos (Mt 25,41). Todos éstos sufrirán el castigo de una perdición eterna lejos de la presencia del Señor y de su gloria esplendorosa (2 Tes 1,9).
santorosario.net/espanol/infierno.htm
Apocalipsis 7, 9: “Después de esto, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas y con palmas en las manos; …”.
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"Pocos" NO son "poquillos", que yo sepa.
Por otro lado: qué culpa tenemos los demás que veas o entiendas así las cosas? Las pillas así, y las escribes, porque te da la gana; la otra opción es porque no das más de sí. En ambos casos es "tu" problema, oyes... Y si quieres aprender de los que no son testigos más que de sus barbaridades, también es tu problema.
Jesucristo vino a rescatar a los que quieran ser rescatados. Su sangre alcanza para salvarnos a todos, pero debe haber correspondencia de nuestra parte. No nos obligará a entrar al cielo. Para salvarse es necesario, ante todo, quererlo.
Nada de lo que hagamos por nuestra parte nos alcanza la salvación. La salvación es por gracia.
Solo se nos pide un mínimo: ser bautizados, creer en Él y cumplir los mandamientos y las obras de misericordia, lo demás corre por cuenta de Dios, Él completa lo que nos haga falta.
Para auxiliarnos nos ha dado a la Iglesia y en la Iglesia los Sacramentos y por los Sacramentos la Gracia.
A muy poca gente le interesa salvarse y hacer lo necesario para recibir la gracia de la salvación, la mayoría prefiere recompensas fáciles e inmediatas que se desvanecen, a futuras y arduas pero permanentes. Por eso son muy pocos los que se salvan.
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En los Dictados, el Señor es durísimo con los miembros de la Jerarquía: usa un lenguaje de hoy, pero con reminiscencias del Antiguo Testamento. Y, respecto al tema, no se sale de lo que dice en los Evangelios.
Solo se salvan los elegidos y solo ellos reciben la gracia del "querer salvarse" qué conduce al arrepentimiento y el perdón de los pecados. Los que no son elegidos no pueden realmente querer salvarse porque no reciben ese "querer" de Dios y por ende mueren réprobos.
Si Dios realmente hubiese querido que todos se salven entonces todos habrían sido predestinados a la gloria.
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Y cómo compaginas tú afirmación con que la Redención es Universal??? "Universal", para tí, son sólo "los elegidos"?
El querer de Dios es "que TODOS se salven". Pero ese querer de Dios respeta siempre nuestra libertad: se salva quien se deja salvar por Dios y busca salvarse como su opción más determinante. Y se condena el que desprecia esa Salvación y se queda con sus pecados y sus tonterías.
Así es, estimado Padre.
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NO hay otro camino. Por cierto y por señalar: la "puerta angosta" es únicamente Jesucristo: Él es "el" Camino. Y no hay otro.
La voluntad libre de acoger la Salvación en el momento de la muerte es producto de una gracia eficaz que es exclusiva de los predestinados y antecede a la previsión de los méritos propios.
Es cierto que los que se condenan lo hacen libremente, pero también es cierto que no era realmente posible que ellos quisieran salvarse ya que ese "querer" viene de Dios. Si yo por ejemplo no soy un elegido y Dios me lo hiciese saber, yo no podría querer salvarme en el momento de la muerte ya que esa voluntad depende de la gracia por lo que necesariamente algo tendría que ocurrir para que yo rechace salvarme.
En cierto modo la mayor parte de la humanidad ya está pre-condenada desde el momento en que no fue predestinada a la gloria pues en la práctica la salvación nunca fue realmente posible para ellos.
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Lo de los "elegidos" y los "predestinados" hay que cogerlo con muchísimo cuidado y con muchísimos matices, para no caer en lo protestante; que NO es católico con total evidencia.
Y, tal como lo dices o escenificas, estás más allá que pa' ca'. Ya lo siento.
Por decirlo todo: tal como lo expresas es "mero protestantismo". Así son las cosas.
Es verdad que desde el Concilio se habla menos del infierno y de los novísimo. Totalmente cierto.
Tambien es verdad que, aunque viene de antes, la moral está muy relajada, de nanera progresiva y que las personas pasan de la disciplina y "las buenas cistumbres" y hasta humanamente psrece que vamos a la perdicion.
Satanás hace su labor y no hemos tenido en cuenta las advertencias de León XIII.
También es cierto que debemos entrar por la puerta estrecha pues la ancha nos lleva a nada bueno.
Pero creo que tenemos que tener cuidado en no caer en el pelagianismo, que tampoco es dificil cuando se insiste mucho, cuando casi solo se insiste, en obrar el bien para salbarse. Se puede llegar a actuar y estar excesivamente centrado en conseguir mi salvación.
Esto lo sufriamos mucho los jóvenes de mi jeneracion, teníamos y obravamos por y con mucho miedo que nos retiraba de la Eucaristía.
Teniamos muy limitada la idea de un Padre amoroso, muy supeditada a un juez.
En realidad mis amigos, mis compañeros de estudio y despues los compañeros de trabajo, no tenían un comportamiento moral acorde con la aparente religiosidad. Como que ello era imposible y mejor no tener en cuenta la que senos venía encima. No era fácil tampoco, vivir la virtud enbaquel ambiente poco sincero.
Creo que esto lo vio Juan XXIII y pensó que el Concilio acercaría la Iglesia al pueblo y volvería una religiosidad más auténtica, más basada en el amor y en corresponder a la entrega del Señor. Con menos desconfianza, más confiados en la gracia
No puedo hablar desde grandes conocimientos, ni mucho menos, es lo que yo creo haber visto en mi vida.
Usted sabrá analizar lo que yo creo que fue.
pelagianismo
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El pelagianismo está masacrado por San Agustín, sin ir más lejos, que podríamos: "Dios que te creó sin tí NO te salvará sin tí". Salirse de ésto, cargando las tintas o en Cristo o en uno, NO es Católico.
Lo que describes del ambiente que te encontraste, es tu vivencia; pero creo que hay otras muchas muy distintas.
Juan XXIII se equivocó de arriba abajo con el tema del Concilio que montó; sabiendo además que estaba enfermo de gravedad...
Y las consecuencias, directas, no han sido otras que la Descristianización.
Que hay gente que no lo admite? Y yo, qué culpa tengo? Pero por qué no explican entonces las causas que han llevado a todo ésto? Porque "no hay efecto sin causa"; o "todo efecto tiene una causa": en singular o en plural.
Seria absurdo que con mi poca preparación tratará de debatir con usted. No es esa mi intención.
Es evidente que no hay efecto sin causa. Y nadie puede discutir que la asistencia a Misa y a los demás sacramentos e incluyo los que se confiesan católicos han disminuyendo de manera progresiva y muy fuerte.
Yo no había leído la enciclica de León XIII, Humanun Genum. Lo he hecho ahora por la eleccion del nombre del nuevo Papa. Él advertía ya entonces, de una fuerza potente que ya estaba mirnando la moral y las buenas costumbres y que pretendía destruir la Igkesia.
Por otro lado los efectos de la Ilustración, con una lamentable ausencia del pensamiento cristianó, tambien origino circunstancias muy desfavorables para el catolicismo .
Y todo ello muy anterior al Concilio..
Le agradezco de verdad sus opiniones que tengo muy en cuenta en mi búsqueda de la verdad.
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Las Denuncias contra "lo que podía acaecer en la Iglesia" si Ésta dejaba de aferrarse a su Fundador y dejase de ser fiel a su Misión, otorgada por Aquél, estaban encima de la mesa. Entonces, por qué no han surtido efecto? Pues porque, en la cabeza de la Jerarquía Católica a todos los niveles, se ha abandonado la tarea de advertir y de corregir a tiempo lo que se torcía, y se ha entregado al mundo y sus máximas: su peor Enemigo.
Y ésto fue el CV II; que inauguró la entrega incondicional de la Iglesia Católica, a base de sembrar en su interior, y como medida "pastoral", la Confusión más absoluta; renunciando para ello a la Verdad de Dios.
Ahí tenemos a Mons. Argüello clamando por la regularización de los sin papeles, y pidiendo elecciones en España. Vamos: lo más "Eclesial" que, a día de hoy, se lleva en la cúspide de la CEE. Digo yo...
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El Arte de Bien Morir, el Gran Arte de la Vida.
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