Exégesis Simple para el Domingo III de Pascua, ciclo C

Siguiendo sugerencia de varios amigos sacerdotes, estas “exégesis simples” se están publicando varios días antes de cada domingo.

* Un estudio sencillo del vocabulario, las características principales y el mensaje del Evangelio del Domingo III de Pascua, ciclo C: Juan 21, 1-19.

¡Y el próximo Martes, no te pierdas El Repaso: música para el texto griego, tomando de nuevo una parte del Evangelio de este Domingo!

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1 comentario

  
Virginia
Fray Nelson, soy profesora de griego bíblico. Disfruto mucho la exégesis que escucho cada domingo. Le agradezco su generosidad al compartir todos sus conocimientos.
Quisiera preguntarle si considera significativo en este pasaje el cambio de verbos que se utilizan para expresar la acción de amar, αγαπάω y φιλέω.

Nota de fray Nelson: Yo mismo pensé que había un cambio significativo en los verbos; algo así como una "progresión" en la escogencia de uno u otro. Hoy pienso que la diferencia es menor de lo que parece al principio. Podemos partir de lo que nos informan los diccionarios y etimologías: phileo suele referirse al afecto propio de la amistad, la cercanía que incluye identificación con los valores y gustos de otra persona; agapáo, por su parte, de mucho menor uso en el griego extrabíblico, alude al acto de preferir: tomar una opción voluntaria por alguien delante de otras personas. En este sentido, agapáo se aproxima mucho más al sentido del hebreo aheb, que contiene la idea de agradar, o más bien de sentirse agradado, con la preferencia que esto conlleva.

¿Cuál de esos verbos es más perfecto o más cercano? Bien vistas las cosas, no es fácil dar una respuesta única, sobre todo si nos centramos en el amor que viene de Dios y que va hacia Dios. Por una parte, somos llamados a la comunión íntima con su ser, su voluntad, y eso concuerda bien con el phileo; por otra parte, la escogencia de su gracia hace que cada uno se sienta preferido, inmerecidamente elegido, en la línea del agapáo; de modo que considero difícil excluir un sentido para quedarnos con el otro; o también decir que uno queda completamente incluido en el otro.

Tampoco es obvio ver una especie de "progresión" en las preguntas de Cristo y las respuestas de Pedro. Las dos primeras veces Cristo pregunta a Pedro si lo ama (agapáo), y la tercera, si lo quiere (philéo); y las respuestas de Pedro no tienen cambio: en los tres casos su expresión es: "sabes que te quiero (philó sé)". ¿Se concluiría de esto que philéo es superior o que incluye lo propio de agapáo? Considero que no hay elementos que claramente así lo indiquen.

Por otra parte, es de notar que el discípulo amado, cuya importancia es indiscutible en el Cuarto Evangelio, a veces aparece descrito como discípulo a quien Jesus "quería" (Juan 20, 2; en la Neovulgata: "amabat"), y otras veces como discípulo "amado" (Juan 21, 7; en la Neovulgata: "diligebat"). Como se trata evidentemente de la misma persona, este es un argumento que apunta en el sentido de que no hay una "progresión" o "inclusión" completa entre estos dos verbos.

Parece más sensato, en resumen, decir que tanto philéo como agapáo nos dicen, de modo complementario, algo sobre el amor de Dios y que ambos verbos los podemos aplicar a nuestra propia historia en cuanto creyentes.
01/05/22 3:45 PM

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