Epíclesis y consagración (Plegaria euc.- V)
Desciende el Espíritu Santo, da fuerza y actualidad a las mismas palabras eucarísticas del Señor: “Tomad y comed…", “tomad y bebed…”
Estamos en el núcleo, en el centro de todo: la acción del Espíritu Santo da realidad y vida a los signos y las palabras y ya no son mero recuerdo, sino sacrificio y presencia real.
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El rito eucarístico no es una simple ceremonia, ni un recuerdo de algo pasado y confinado al ayer, ni un símbolo de fraternidad. Es el presente de Dios aquí para nosotros. No es memoria, sino memorial; no es ayer, sino hoy; no es recuerdo, sino Presencia.
Así lo ha entendido siempre la fe de la Iglesia, como ahora lo expresa el Catecismo de la Iglesia Católica: