18.02.16

Por favor, rezad por Yolanda

Ayer abrí la puerta del Colegio, como todos los días, a las nueve menos cinco de la mañana, cuando entran los pequeños. Es uno de los mejores momentos de cada día. Disfruto viendo a esa tropa desordenada entrando en tropel en el colegio: unos sonriendo, otros llorando por tener que separarse de sus madres y otros somnolientos o envueltos en sus abrigos y sus bufandas con caritas de frío. De repente, inesperadamente, una madre me echa los brazos al cuello y se abraza a mí llorando. Era Yolanda.

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7.02.16

Carta de un Director de un Colegio Católico

Hace unos meses le pedí ayuda y consejo a un entrañable amigo, a mi venerado amigo don Santiago Valle, que lleva muchos años dirigiendo colegios y, además, es un verdadero hombre de Dios. Le pedí que me diera algún consejo para poder llegar a ser un buen director de colegio. Los principiantes como yo tenemos mucho que aprender de los que saben algo de esto. Y esta es la contestación que don Santiago me envió. Por su interés la comparto con todos ustedes. A los profesores de los colegios católicos les vendría bien leer la carta del señor Valle. Tal vez a alguien le abra los ojos. Creo que a cualquiera que le interese el tema de la educación católica le puede resultar interesante.


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6.01.16

Los Reyes Magos nos enseñan el camino

Hay quien piensa - con buena intención, sin duda - que con leyes contra la violencia de género, manifestaciones, pancartas y minutos de silencio se puede acabar con la violencia contra las mujeres o contra los niños. El Cantar de Mio Cid, en el siglo XII - el texto literario más antiguo que conservamos en español -,  ya condenaba como ruin y cobarde el maltrato contra las mujeres. Y seguimos igual o peor.

Hay quien piensa - con buna voluntad, sin duda - que las ideologías o las revoluciones pueden acabar con la corrupción política, con la explotación de seres humanos, con el paro, con las desigualdades…

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26.11.15

Sí a la Guerra (contra Satanás)

“Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… Elegisteis el deshonor y tendréis la guerra”. Winston Churchill.

Tenemos la obligación de declararle al guerra la mal. Hay guerras que son justas y necesarias. Con quien quiere aniquilarte no se puede dialogar ni firmar acuerdos. El pacifismo mentiroso nada tiene que ver con la fe católica. Nosotros tenemos el derecho y el deber de defendernos frente a quienes nos atacan. El uso proporcional de la fuerza es absolutamente legítimo para defender la vida y la dignidad de las personas. Si nadie se hubiera levantado en armas contra la Alemania de Hitler, ¿qué habría sido del mundo? Si en España no nos hubiéramos levantado en armas contra el Islam invasor, ahora nuestro país se parecería más a Marruecos que a Francia. Si España no se hubiera levantado en armas contra el invasor francés en el siglo XIX, ahora nuestra patria sería una provincia gala.

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14.11.15

¡No matarás!

Toda mi repulsa ante los atentados terroristas que ahora mismo están sufriendo en París. Los yihadistas están provocando una verdadera masacre en el corazón de Europa. Yo no tengo más arma que la palabra. Y yo no me callo: matar, asesinar es un pecado mortal, una verdadera barbaridad. Matar en nombre de Dios, además, es una blasfemia intolerable. Dios no manda matar a nadie. Dios es Amor y Misericordia. Utilizar el nombre de Dios para acabar con la vida de personas inocentes resulta inadmisible e indignante. La vida, la libertad y la dignidad de todo ser humano son sagradas. Malditos seáis los que derramáis la sangre de hermanos nuestros. Maldito odio, malditas ideologías, malditas doctrinas que incitan al asesinato y a la destrucción. Toda ideología, toda religión que atente contra la dignidad inalienable del ser humano debe ser combatida. Toda ideología, toda doctrina, toda religión que predica el odio y el asesinato del prójimo no puede provenir sino de Satanás.

Señor, ten piedad y dales el descanso eterno a las víctimas de estos atentados terroristas de París; consuela a sus familias y danos fuerzas para mantenernos firmes en la fe en medio de la tribulación. Te ofrezco mi vida: todo lo que soy y lo que tengo te lo debo a ti. Yo no soy más que polvo. Nada tengo. Escucha mi súplica y acepta mi ofrenda. Consuela a tu pueblo y líbranos del Maligno que busca la destrucción del hombre. Tú lo puedes todo: apiádate de nosotros. Tuerce los planes de los malvados y protege a los inocentes.

Madre Santísima, intercede por nosotros ante tu Hijo y protégenos bajo tu manto. Pisa la cabeza de la Serpiente y líbranos de todo mal.

Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestra ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dales, Señor, el descanso eteno a quienes han muerto, víctimas de la barbarie terrorista. Que brille para ellos la luz eterna. Descansen en paz. Amén.