Liderazgo en Cristiano

Llévalos al cielo

Ser dirigente de una empresa, de un colegio, de una organización o ser político y además, ser católico, no es lo mismo que no serlo. No da igual ser católico que no serlo. Con Cristo, todo es distinto.


Las cosas de este mundo son pura vanidad: el prestigio, los cargos, los puestos, el dinero, el «ordeno y mando»… Todo es vanidad de vanidades. Todo vanidad. Nada de todo eso tiene consistencia. Todo tiene fecha de caducidad, como los yogures. Todo pasa rápido. Y lo importante, lo único importante, es alcanzar la meta de la salvación.

Si eres directivo, ¿crees que ese puesto va a ser para siempre? Considérate interino. Estás de paso y dentro de unos años, nadie se acordará de ti, salvo que seas santo. Entonces, tal vez alguien te recuerde. Pero no te creas más que la señora que limpia las clases o que el señor que repara los desperfectos, porque a los ojos de Dios no eres más que ellos. Solo que a ti se te va a exigir más. ¿Más qué? Más frutos de caridad. Porque se te ha dado más, más caridad has de dar; más amor, más servicio, más entrega de ti mismo. Cuanto más se te da, más se te va a pedir.

El liderazgo en cristiano se llama santidad. Y la santidad se mide en términos de amor. ¿Amas más que nadie? Serás un buen líder. ¿Se te sube a la cabeza el puesto y eres un director de «aquí estoy yo y ordeno y mando»? Pues mal vas por ese camino. Vas a tu perdición. Liderar sin caridad es lo propio de los jefes de este mundo. Hay una cita que los presidentes, directores o directivos de cualquier institución católica deberíamos tener grabada a fuego. Se trata de Mateo 20, 21-28:

Díjole Él: ¿Qué quieres? Ella contestó: Di que estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu reino.

Respondiendo Jesús, le dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo que beber? Dijéronle: Podemos.

Él les respondió: Beberéis mi cáliz, pero sentarse a mi diestra o a mi siniestra no me toca a mí otorgarlo; es para aquellos para quienes está dispuesto por mi Padre.

Oyéndolo, los diez se enojaron contra los dos hermanos.

Pero Jesús, llamándolos a sí, les dijo: sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos y los grandes las oprimen con su poder.

No ha de ser así entre vosotros; al contrario, el que entre vosotros quiera llegar a ser grande, sea vuestro servidor y el que entre vosotros quiera ser el primero, sea vuestro esclavo, así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redención de muchos.

El liderazgo en cristiano significa beber el cáliz de Cristo; es decir, dejarse la vida por amor a los tuyos (tus subordinados, tus profesores, tu personal) en el desempeño del cargo que tengas. No puedes ser líder al estilo de Cristo y tiranizar a los que tienes a tu cargo o explotarlos; sino servirles, amarles, preocuparte por ellos, hacer tuyos sus problemas y preocupaciones: ser literalmente su esclavo por amor. El liderazgo cristiano es santidad, es querer a todos por igual (a los que te caen bien como a los que te caigan mal), sin hacer acepciones; querer a los buenos y a los caraduras; a los colaboradores y a los sinvergüenzas. Porque la caridad es y tiene que ser siempre tu ley de vida. Nuestro estilo no es el del mundo. Los jefes de este mundo mandan como señores absolutos: son tiranos que oprimen a sus súbditos, a sus siervos, a sus empleados. Pero entre nosotros, los seguidores del Señor, se han de invertir los términos: el primero es el último, el siervo. Un líder cristiano que oprima a sus subordinados no tiene nada que ver con Cristo. Porque el jefe cristiano ha de ser otro Cristo para cuantos le rodeen. Y por lo tanto debe hacer milagros.

A los que creyeren les acompañarán estas señales: en mi nombre echarán los demonios, hablarán lenguas nuevas, tomarán en sus manos serpientes y, si bebieren ponzoña, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos y estos recobrarán la salud.

¿Echamos demonios, hablas lenguas nuevas, te enfrentas al demonio y a doctrinas y filosofías ajenas a Dios sin que te hagan daño, curas a los enfermos para que recobren la salud?

Hoy hay muchas doctrinas venenosas que matan el alma. Y al demonio solo se le echa con el signo de la cruz: con la caridad que implica estar dispuesto incluso a entregar la vida por Cristo. Ese es un lenguaje nuevo que ya apenas se escucha: el amor a Dios y al prójimo: aunque parezcas tonto a los ojos del mundo. Los ojos del mundo no importan: importa la mirada de Dios. Sólo Dios importa. Nada más que Dios.

Y para vivir unido a Dios y hacer milagros tenemos que vivir en gracia de Dios. Si no vives en gracia de Dios, no hay caridad. Y vivir en gracia de Dios consiste en cumplir su Voluntad: cumplir sus Mandamientos. Y para eso necesitamos el auxilio de la gracia de Dios, que recibimos a través de los sacramentos. Tenemos que confesarnos a menudo, asistir a la Santa Misa siempre que podamos, rezar el rosario o la liturgia de las horas… Sin todo eso, estamos perdidos.

Pero si vivimos unidos a Cristo, el fuego del Espíritu te hará arder de amor hasta las lágrimas. Porque el amor de Dios es desbordante, es un tsunami que te arrasa y te empuja hacia tus prójimos. Y tu vida será un consumirse de amor por todos. Y cuando te consumas de amor por Cristo, serás feliz. Yo no conozco otra felicidad más que esa.

Entonces harás milagros. Pero no los harás tú: los hace Cristo que vive en ti. Quien se arrodilla ante Cristo lava los pies de sus hermanos: se humilla, se abaja, se da. Y se da sin límites: no un poco, sino entero. Quien comulga en la Santa Misa lo hace para convertirse en hostia que se parte y se reparte para procurar la salvación de todos, para bendecir a todos, para ser misericordia de Dios para todos, para ser buena noticia para todos.

¿Tu vida es buena noticia? ¿Se alegran los tuyos cuando te ven? ¿Se alegran tus empleados cuando se encuentran contigo por las mañanas? ¿O salen corriendo porque no te pueden ver ni en pintura?

El liderazgo en cristiano significa ser santo por la gracia de Dios. El liderazgo cristiano consiste en llevar de la mano a todos los tuyos hacia cielo. Ayudar a todos a alcanzar el fin para el que han sido creados, siendo amables con todos, por si Dios les otorga el don de la conversión. Y no digáis que eso es imposible o muy difícil, poque todo lo hace Cristo. Todo lo bueno que hagas será siempre gracias a Dios; y lo malo, culpa de tus pecados.

Tú, pues, hijo mío, mantente fuerte en la gracia de Cristo Jesús. Entiende lo que quiero decirte, pues el Señor te dará la inteligencia de todo. Esto has de enseñar; y conjura en presencia de Dios que se eviten las discusiones de palabras que no sirven para nada, si no es para perdición de los que las oyen.

Procura cuidadosamente presentarte ante Dios como hombre probado, como obrero que no tiene por qué avergonzarse, como fiel distribuidor de la Palabra de la verdad.

Evita las palabrerías profanas, pues los que a ellas se dan crecerán cada vez más en impiedad.

Busca la justicia, la fe, la caridad, la paz, con todos los que invocan al Señor con puro corazón.

Evita las discusiones necias y estúpidas; tú sabes bien que engendran altercados. Y a un siervo del Señor no le conviene altercar, sino ser amable con todos, pronto a enseñar, sufrido y que corrija con mansedumbre a los adversarios, por si Dios les otorga la conversión que les haga conocer plenamente la verdad y volver al buen sentido, librándose de los lazos del Diablo que los tiene cautivos, rendidos a su voluntad.

2 Tim, 2

Alguno me dirá: aplícate el cuento, «cúrate a ti mismo». Cumple lo que predicas.

¿Para quién creen ustedes que escribo, sino para mí? De vez en cuando, conviene recordarse a uno mismo lo importante para no perder el Norte. 

40 comentarios

  
Mateos gago
Muchas gracias por sus artículos.Sigo cada uno de ellos con gran interés y agradeciendo.Muy certeros tanto en sus aspectos más doctrinales como espirituales.
24/01/23 5:36 PM
  
Federico
Don Pedro, lo felicito por su artículo. No sé si será el mejor que haya escrito, pero sin duda es el mejor de los que he leído. No solo coincido sino que concuerda totalmente con mi experiencia.
Quizás sea una excepción, pero en los sectores donde me ha tocado trabajar abundan los católicos, especialmente de un movimiento religioso. Y más allá de que cada uno es de su padre y de su madre, encuentro dos perfiles muy diferenciados, entre quienes llevan la moral cristiana al trabajo diario y quienes viven el cristianismo como una esfera más de su vida, separada de las demás como el club donde van a jugar al golf.
Me he dado cuenta de que la mejor manera de diferenciarlos es la prueba de los símbolos religiosos: si esta persona no tuviera una estampita de la Virgen en su escritorio, ¿se notaría en él algo diferente a los demás? ¿Hay algo en su modo de vivir y trabajar que sea católico?
He conocido a muchas personas que me han parecido ateos con un crucifijo al cuello: mucho movimiento, mucha misa los domingos, pero después cuando toca ser un sinvergüenza con sus compañeros, ahí están ellos los primeros. Quizás tenga algo que ver lo que ha comentado usted en otros artículos, sobre cómo la sociedad moderna nos empuja a meter la religión en una caja, en una esfera privada que no se mezcla con el resto de nuestra vida.
Por el contrario, también me he encontrado personas que sin hablar a voces de su movimiento, por su forma de actuar se podía ver claramente que son católicos. Lo que no quita el testimonio público de la fe cuando toca, pero entiendo que hay que empezar predicando con el ejemplo.
Con esto no pretendo ir contra las manifestaciones externas de la fe, son muy valiosas y hay que defenderlas. Pero no pueden ser lo único cristiano en nuestro lugar de trabajo. Una vez más, felicitaciones por su gran artículo y que Dios lo bendiga.
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Pedro L. Llera
Muchísimas gracias a usted.

«He conocido a muchas personas que me han parecido ateos con un crucifijo al cuello: mucho movimiento, mucha misa los domingos, pero después cuando toca ser un sinvergüenza con sus compañeros, ahí están ellos los primeros. Quizás tenga algo que ver lo que ha comentado usted en otros artículos, sobre cómo la sociedad moderna nos empuja a meter la religión en una caja, en una esfera privada que no se mezcla con el resto de nuestra vida».

Eso que comenta es muy típico de los neocones, que viven en compartimentos estancos. Creen que una cosa es su vida pública (su trabajo o su participación en la política) y otra, que no tiene nada que ver con la anterior, es la vida privada: ir a misa, rezar, creer en Dios. De tal manera que no tiene nada que ver la fe con su vida real. Pueden ser unos tiranos y unos explotadores a unas horas y a otras, gente sumamente piadosa y de fe fervorosa; o votar a favor del aborto y luego ir a comulgar como si nada.
24/01/23 5:37 PM
  
Roberto
Pedro

Enhorabuena y gracias por este articulo.
Es fantástico; evangelio puro y duro, sin más, sin aditamentos. Difícil llevarlo a cabo. No lo digo por adular o peloteo, eso no tendría sentido.
Así como otras veces disiento en otros temas, aquí creo que ha dado en el clavo del todo; por otra parte no dice nada nuevo que no sepamos, pero lo dice todo. Posiblemente lo imprimiré para meditarlo continuamente.
Voy navegando (cuando puedo y el tiempo me deja) por diversos portales de información religiosa y algo política y social, y confieso que cada vez me motiva menos el hacer comentarios, unas veces por pereza, otras porque no me seduce caer en una dinámica de réplicas y contra réplicas con personas con las que no estoy de acuerdo, y otras, sencillamente porque no me veo con información o criterio para opinar sobre ciertas cosas.
He de confesar que el mensaje de este post me ha conmovido, de verdad.


Federico.

Muy interesante y certero su comentario. Con el tiempo y la experiencia, me corrobora lo inapropiado de hacer "etiquetas y clasificaciones" de las personas (ideológicas, religiosas ,o de cualquier otro tipo).
Lo del "ateo con crucifijo", muy real........
24/01/23 6:27 PM
  
JSP
1. "Ser dirigente de una empresa, de un colegio, de una organización o ser político y además, ser católico, no es lo mismo que no serlo. No da igual ser católico que no serlo. Con Cristo, todo es distinto." No podemos olvidar la importancia de los jueces y hay que aclarar que "ser político" no es agradable a Dios (I Sam 8), pues es Israel quien pide un rey, porque nuestro Rey es Cristo, y por ello tenemos que dar al César, por elección nuestra, lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
2. Por ejemplo, por causa del rey mundano en el ejército temporal es la disciplina la que se impone, no la caridad, aunque los mandos sean católicos. Los impuestos no son causados por la caridad sino por el César. Etc.
3. Los católicos no debemos olvidar que la tierra prometida no es la de Jauja, sino la Jerusalén celestial.
4. El demonio se espanta con la obediencia. Y qué difícil se hace obedecer al Sacerdote, al Director del colegio, ... Y por ello es necesaria, a veces, desde la caridad, la corrección y la disciplina.

PD: ¿Qué tiene que ver un católico tibio o ambiguo o light con un neocon? Pues, la palabra neoconservador —a veces abreviada a «neocón»— fue en sus inicios utilizada para describir a los intelectuales comunistas americanos que eran críticos con la ideología soviética.
24/01/23 7:40 PM
  
Juan Mariner
A propósito de los neocones, hay que tener desvergüenza para ceder el Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz a un partido político, el PP, para que haga un mitin defendiendo intereses político-sociales bastardos. Hemos llegado a unos extremos jerárquicos de ceder iglesias a amigos inadmisibles; entre peperos e independentistas de derechas catalanes, sirviéndose de atriles y presbiterios, se me está acabando la paciencia con los desalmados.
24/01/23 10:04 PM
  
Marta de Jesús
Me guardo este artículo para releer de vez en cuando.
10/10
25/01/23 12:15 AM
  
hornero (Argentina)
Suscribo totalmente los elogios.

Es verdad, “Emperador, o mozo de cordel, nadie conoce su fardo o su corona” (León Bloy, El Alma de Napoleón).

¿Con qué compararemos el Reino?

“El Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores” (Mat 18, 23);

«Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo” (Mat 13, 31);

“Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa».(Mat 13, 33);

“ Se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.(Mat 13, 44);

“Se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas, y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró”(Mat 13, 45-46);

“Se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve” (Mat 13, 47-48);

“Les hizo además esta comparación: «Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo.

"Tampoco se pone vino en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más” ¡A vino nuevo, odres nuevos!. Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor». (Luc 5, 36-39).

Jesús respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí» (Jn 18, 36).

“Buscad primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mat 6, 33).

“Anuncio a Cristo, anuncio Su Reino, anuncio Su Amor” (La Virgen en San Nicolás, Argentina).

Desde y donde estemos contemplemos el Reino. Trabajemos por edificarlo allí hasta los confines del universo.

No hay otro.

25/01/23 12:26 AM
  
Jose
Pedro, he tenido la suerte de conocerte en Cádiz y de saber y ver que pones en práctica lo que dices: un cristiano director de colegio. Un abrazo.
25/01/23 9:29 AM
  
José Ángel Antonio
"Eso que comenta es muy típico de los neocones" [...] pueden ser unos tiranos y unos explotadores a unas horas y a otras, gente sumamente piadosa y de fe fervorosa"".

No como los tradis, que por alguna razón misteriosa o mágica están inmunizados a los pecados sociales y personales, cumplen automáticamente los 583 puntos del Compendio de Doctrina Social, desde el sueldo justo hasta los deberes para con la Creación que Dios nos encarga cuidar, y en general nunca pecan.
En los 80 devolvían las cintas de video bien rebobinadas y nunca dejaron el boli bic sin tapar, debido a su ortodoxia tradi.

Estoy en contra del aborto y de la explotación laboral, pero no me consta que los tradis sean especialmente virtuosos en ninguna de estas cosas, no más que otras corrientes de cristianos serios. ¿Tiene algún estudio al respecto o son juicios temerarios?

[Entiendo que usted llama "neocon" a cualquier católico que dice ser conservador o ortodoxo, pero no es un activista tradicionalista. Si llama "neocon" a cualquier cristiano hipócrita, diga "hipócrita" simplemente y así nos entendemos].
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Pedro L. Llera

Por alguna razón misteriosa o mágica, no: por la gracia de Dios. Los "tradis", como usted dice, somos los católicos de toda la vida: los tradicionales, sin infectar por las filosofías modernas. Y los católicos de toda la vida somos pecadores, como todo bicho viviente, por nuestra culpa y por la naturaleza herida por el pecado original. Pero la doctrina es ortodoxa: es la de los santos, los mártires.

Los neocones y los progres son liberales. Y conciliar la fe con el liberalismo es la cuadratura del círculo. No hay manera, por mucho que lo intenten. Kant Y Santo Tomás no son compatibles.
Para los liberales, la libertad es lo primero y después todo lo demás. Para los católicos, en cambio, Dios es lo primero y todo lo demás va en un segundo plano.


25/01/23 11:27 AM
  
Joseph de Ibero
Don Pedro primero agradecerle sus escritos que sirven de ayuda. Mi comentario va más por compartir algo curioso que me ha ocurrido leyendo su artículo. Una de mis manías es combatir el uso del término nación como sinónimo de comunidad política organizada ya que considero que es un término que expresa un concepto jacobino. Por eso cuando he leido en su artículo el texto de Mt. 20,25

"Pero Jesús, llamándolos a sí, les dijo: sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos y los grandes las oprimen con su poder."


Me ha sorprendido la traducción ya que me se hacía muy duro que en Palestina hace 2.000 años se usase el concepto de nación. He acudido al texto de la Neovulgata en la web Vaticana y Mt. 20, 25 dice esto:


"Iesus autem vocavit eos ad se et ait: “ Scitis quia principes gentium dominantur eorum et, qui magni sunt, potestatem exercent in eos."

Principes gentium no es exactamente jefe de las naciones. La traducción que tiene la Conferencia Episcopal Española es esta:

"Y llamándolos, Jesús les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen»"

Y la traducción argentina que figura en la web vaticana es la siguiente:
"Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.»"

Lo que para la traducción de la CEE son jefes de los pueblos para la web vaticana son jefes de las naciones. Lo que para la CEE es tiranía para la web vaticana es dominación. Lo que para la CEE es opresión para web vaticana es autoridad.

Así que lo inicialmente creía (y que he corroborado que en el Evangelio no dice "naciones" sino "principes gentium") se ha transformado en sorpresa por la creatividad de las traducciones.

25/01/23 12:25 PM
  
Argia
¿Y en que grupo están los que piensan que Dios es lo primero, porque El nos hizo libres para elegir que El sea lo primero ?
Creo que hay un tercer grupo de los que solo quieren ser católicos, cristianos por la gracia de Dios.
Católicos de verdad, son de los que Ud. habla, aunque no seamos dirigentes de nada, porque siempre hay prójimos con los que vivir la caridad.

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Pedro L. Llera
Empiezo por el final: respecto a la concesiva "aunque no seamos dirigentes de nada", le hago notar el título del artículo: Liderazgo en católico. El post trata sobre los dirigentes de organizaciones y cómo se deben comportar los líderes católicos.
Los que piensan que Dios es lo primero somos los católicos de toda la vida, por la gracia de Dios. Pero es que hay católicos a jornada partida: en mi tiempo libre voy a misa y soy católico pero a la hora de trabajar, se me olvida y vivo como si Dios no existiera o como si Dios no pintara nada en mi ámbito público.
25/01/23 3:54 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Para los únicos que Dios está primero y en el centro de todos es para los tradicionales/listas ("tradis" para los modernistas), simplemente católicos. El resto: neocones, demócratas, modernistas, en fin liberales, tienen de católico sólo el nombre).
Hay que recordar que se es católico en virtud de tener la Fe Católica (una, objetiva e idéntica para todos, sólo admite variación en la intensidad de adhesión a ella) Obviamente, hay buenos y malos católicos; los primeros practican la Fe, los segundos sólo la mantienen.
25/01/23 6:53 PM
  
Fraileví
No creo que sea posible poner la más mínima pega a su escrito.

Desde luego un directivo que siga al pie de la letra sus normas, terminará la campaña sin una mota de polvo en su chaqueta y desde luego en su alma.

Otra cosa es como se puede ser un Santo dirigente hoy en día en una sociedad tan competitiva.

Sin llegar a tener grandes responsabilidades, desde mi puestecillo de mando intermedio me resultó muy difícil.

Sus normas se tienen presentes, pero llevarlas a la práctica no es difícil por eso del autoritarismo, por la soberbia o el orgullo del que manda, no está en eso la mayor dificultad, en mi opinión.

Sí es difícil poder conseguir los ingresos necesarios para que puedan comer las familias de los empleados, cuando hay que competir con quienes procuran no cumplir con todas las obligaciones fiscales, con quienes no respetan los horarios y los justos salarios de sus trabajadores, con quiene hacen publividad engañosa... con lo que los desleales llaman deslealtad, que ya es rizar el rizo.

Cada vez que veo de rodillas ante El Sagrario, a un joven directivo pido a Dios con todo mi corazón por él, pues lo tienen muy complicado.
Es que se les nota, por su casa de preocupación... no se... se les nota...
Vamos que me olvidó de mis necesidades.

Si Ud ha sido directivo o líder, y ha liderado una empresa que ha dado de comer a varias familias, y lo que aquí dice es la forma en que Ud. Lo ha hecho, usted es un Santo, para mi un Santo heroico, que siempre contará con mi admiración y lo siguiente.
Gracias, D. Pedro, muchas gracias.
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Pedro L. Llera
Santo solo es Dios.
«Non nobis Domine, sed nomine tuo da gloriam».
Todo lo bueno que yo haya podido hacer es por la gracia de Dios. Y lo malo, culpa mía porque soy un pecador.
En mi vida he dirigido algunos colegios; y mis profesores, mi personal, las familias y los niños podrán juzgar lo bueno y lo malo que haya podido hacer. Yo he intentado amar y servir a Dios y a mi gente.
Que el Señor tenga misericordia de mí.
25/01/23 7:03 PM
  
Fraileví
P. D.
Y en el caso del político cristiano, tiene que ser la repera.
O sea lo de que entre un camello por el ojo de una aguja, chupao, con los ojos cerrados.

Cuando recemos por el Papa, los obispos, los sacerdotes y religiosos añadamos a los líderes y políticos, a quienes tienen que llenar las propias despensas y las de sus trabajadores.
25/01/23 7:10 PM
  
Francisco
Ser directivo y ser grato a Dios en estos tiempos que corren es tremendamente difícil. Sin la gracia del Altísimo es totalmente imposible. El mundo con sus asechanzas te rodea por todos lados. Cada decisión que tomas puede ser tuya y entonces "la lías"...o apoyada en la oración, que seguro será más certera. Aún así, ser directivo permite llegar a poder hacer el bien a muchas personas que tienes a tu lado y a ti cargo sin olvidar nunca jamás que somos todos iguales a los ojos de Dios. Es una oportunidad magnífica para darte cuenta de lo poco que valemos si no nos apoyamos en Él y que se haga su voluntad.
Paz y bien
25/01/23 9:50 PM
  
Franco
No, Argia, no existe tal cosa como la libertad de elegir si Dios es lo primero, porque como bien infinito no deja nunca de ser deseado por toda creatura racional. En cambio, somos libres para corresponder o no a esa aspiración, que, en sí misma, es indeleble. Esto último es tan así, que en el Infierno la pena de daño se produce por la contradicción que hay entre la naturaleza del réprobo que desea a Dios de forma irresistible, y su voluntad que queda irremediablemente fijada en su pecado, quedando el condenado eternamente tirado por tales "fuerzas" opuestas.
25/01/23 10:03 PM
  
Maria M.
Muy poquitos directivos hay en el mundo como usted los describe, d. Pedro. Pienso que es una meta humana imposible. Sólo un milagro de Dios puede lograr esto, porque que haya santos entre nosotros ,así en 2023, no es nada frecuente....Aunque nada hay imposible para Dios!!! eso también es verdad....
25/01/23 10:35 PM
  
hornero (Argentina)
Convencido de que el Reino es el Bien eminente que Cristo nos ofrece por Mediación de Su madre, del que nos prescribiera: “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura” (Mat 6, 33), he intentado meditar sobre él.

El mundo del “hombre viejo del pecado” toda a su fin, por lo cual urge-lo afirma la Virgen- trabajar por el Reino.

Así, cabe entender que la Creación fue concebida como Feudo sacro del Reino.

Como Idea primigenia en unidad y simplicidad conforme a la Esencia divina.

Toda la Creación está contenida en esta participación del Logos Creador.

Idea inaudita que resuelve en la unidad la noción inteligible de todo cuanto ha sido creado.

La razón de la Creación la expresa San Pablo: ”todo fue creado por Él, en Él y para Él” (Col 1, 15-17).

Ahora bien. Creo entender que entre el Designio de Dios Creador y los seres creados media una condición existencial previa a la recepción participada del ser, como la idea “ad extra” que contiene el todo a crear. Como un momento que precede al acto creador concreto. Le denomino proto-ontos, o proto-ser.

Allí residiría la unidad del universo, ángeles, hombres y cosmos, así como los fundamentos de las esencias universales e inconmensurables de todo cuanto existe.

En tal caso, los universales metafísicos hallarían allí los fundamentos ontológicos de su presencia en la Creación.

La metafísica incluiría una proto-ontología que se abocara a esta proto-realidad.

La exploración de la Creación requiere trabajos que restablezcan la unidad y trascendencia ausentes en la filosofía y ciencias modernas.

El Reino de Cristo lo requiere.




26/01/23 12:01 AM
  
Argia
Franco, no se lo que habrá hecho Ud. pero en mi caso, si he elegido que Dios sea lo más importante en mi vida.
El que tengamos la idea de Dios dentro, no quiere decir que tengamos que elegirle como lo más importante en nuestras vidas, algunos le eligen como a alguien que les puede ayudar en la vida, otros le ven como un padre bueno etc.. pero creo que se tienen que pasar por varias fases distintas hasta llegar a la decisión de elegirle de verdad como lo primero.
De hecho yo en un momento de mi vida tuve que decidir, y gracias a Dios decidí eso, pero se que otros no lo hicieron.
Hay distintas elecciones, y diferentes grados de correspondencia, y solo los santos llegan al de mi Dios y mi todo.
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Pedro L. Llera

Si me lo permite, su error es poner su elección libre primero.

Primero es Dios. Dios la ha amado desde toda la eternidad y la ha creado y es Causa Primera. Dios la ha elegido a usted: no usted a Dios. Y Dios ha movido su voluntad por la gracia para que libremente lo elija. Todo lo bueno que hacemos (TODO) tiene a Dios como causa primera. Y no es que la mitad del mérito sea de Dios y la mitad tuya: todo el mérito es de Dios y todo el mérito es tuyo. Él mueve nuestra libertad sin forzarla para que tengamos fe o para que hagamos cualquier obra buena que Él pone primero en nuestro corazón. «Sin mí no podéis hacer nada», dice el Señor.
«Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece» (Fil. 2,13).

Nosotros no hemos elegido a Dios: Él nos eligió primero.

«Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. 17Esto os mando: que os améis los unos a los otros» (Jn. 15, 16-17).

26/01/23 10:20 AM
  
Fraileví
Juzgamos con mucha ligereza al líder, al dueño de una empresa porque va a misa y luego no actúa como nosotros creemos que debería actuar.

Tengo un amigo cristiano, que tiene una tienda. Tiene dos empleados a los que paga y trata muy bien.
Le alababa por su comportamiento y salió la comparación con un conocido que tiene una cadena de tiendas y paga mucho peor a sus empleados.

Este amigo me dijo, sí pero no le critiques: Yo doy de comer a dos familias y él da de comer a más de 150; aunque les pague un poco peor creo que hace un bien social mucho mayor, quizás el que yo tenga la conciencia tranquila, haga que no de un trabajo a más personas.

Es necesario que miremos si cada uno de nosotros tenemos que mejorar, más que ser inquisidores de otros.

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Pedro L. Llera
¿Quién ha juzgado a nadie aquí? Creo que el único que lo ha hecho es usted... Aquí no hay inquisidores de nadie.

«A un siervo del Señor no le conviene discutir ni polemizar, sino ser amable con todos, dispuesto a enseñar y a corregir con mansedumbre a los adversarios, por si Dios les otorga la conversión que les haga conocer plenamente la verdad y volver al buen camino, librándose de los lazos del Diablo que los tiene cautivos, rendidos a su voluntad»: de la segunda carta de San Pablo a Timoteo, capítulo 2. Aparece en el artículo.

Dios es el que otorga la conversión del pecador. No nosotros. No se trata de discutir, sino de amar a todos y, en todo caso, corregir con mansedumbre. Pero quien otorga la conversión y nos libera de los pecados es Dios.

Un cosa es corregir con amor y otra juzgar o condenar. Corregir al que yerra es obra de caridad. Juzgar o condenar es soberbia.

Amor y humildad: la caridad es el camino. Pero la conversión corre de la mano de Dios: no está en nuestras manos que nadie se convierta.
26/01/23 11:05 AM
  
Fraileví
No yo no juzgado a nadie, ni tampoco digo que alguien haya juzgado.

Lo que digo, precisamente es que podemos equivocarnos si juzgamos.

Que puede ser un comportamiento más correcto el de alguien que puede parecernos deficiente.
26/01/23 11:29 AM
  
Roberto
Fernando Yáñez Durán

"Para los únicos que Dios está primero y en el centro de todos es para los tradicionales/listas.....etc, etc"

¿Los que no admiten el Magisterio del Concilio Vaticano II son los católicos ejemplares? Pues vaya.
¿Y esa manera de clasificar al personal en diferentes grupos como si fueran "tribus urbanas" (neocones, progres, etc), no es una manera de etiquetar o cosificar a los creyentes?
Gracias a Dios no me identifico con ninguna "tribu urbana".

Y vaya por delante que NO voy a empezar un debate sobre el CVII.
26/01/23 11:40 AM
  
Hugo Z. Hazcquenbush
Pues para saber tanto de liderazgo te has limitado a ejercerlo en colegios de la Señorita Pepis donde adoctrinan a niños incautos.
En tu vida has currado en una empresa de verdad.
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Pedro L. Llera
Marcos 9, 20
Y cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, y este, cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos.

Muchacho, deja de echar espumarajos por esa boca.

Yo no soy nada ni valgo nada ni sé nada: cree en Jesucristo. Yo no me anuncio a mí mismo: anuncio a Jesucristo, muerto en la cruz y resucitado de entre los muertos.
26/01/23 11:52 AM
  
Argia
"Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece»
Fil. 2,13)."
Esta frase hay que saber interpretarla, porque puede parecer que seamos robots, o que nunca podriamos pecar.
El que tengamos la idea de Dios dentro... esta frase mia ya dice que Dios es el primero, aparte de que es El quien nos ha creado, y también el que nos ha dado la Fe, El que nos ha amado y llamado, pero El quiere nuestra voluntad, y somos nosotros los que vamos diciendo si o no en las pruebas de la vida.
Si no fuera asi todos seriamos santos, y el infierno no tendría lugar.
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Pedro L. Llera

"somos nosotros los que vamos diciendo si o no"

Si le decimos que sí es porque la gracia nos impulsa a decirle que sí. Y si le decimos que no, pecamos gravemente. Nuestra libertad no es licencia para decirle a Dios que no. La libertad va unida siempre al bien. Si estás lleno de gracia, no puedes decir no. Si dices no, pecas y dejas de estar en gracia.

La libertad es para el sí. "Hágase tu Voluntad en el cielo como en la tierra". No la mía, sino la Tuya. Entonces soy esclavo del Señor y solo siéndolo, soy verdaderamente libre.

Somos santos si no rechazamos la misericordia de Dios: si le decimos sí. Y somos pecadores cuando en vez de aceptar a Dios, lo rechazamos y preferimos hacer nuestra voluntad a la suya.
26/01/23 12:34 PM
  
Argia
Si no fuera asi, no existiría las tentaciónes, no existiria el demonio, nunca hubiera puesto un arbol del que no podian comer en el paraiso, es tan obio que Dios quiere que le amemos libremente.....otra cosa es que nos ayude todo el tiempo para que le elijamos a El.
Y por supuesto que todo el bien proviene de El, y de nosotros lo malo.
Por eso he puesto que solo de los santos es el : Mi Dios y mi todo, porque le han dado toda su voluntad a Dios: "ya no soy yo quién vive, es Cristo quién vive en mi"
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Pedro L. Llera
Los demonios existen: son ángeles que han decidido no servir a Dios ni a los hombres. Se han rebelado contra Dios y contra sus mandamientos. Y como están fuera del tiempo, han sido condenados para siempre: no se pueden salvar.
Y los demonios nos tientan para que hagamos como ellos: para que nos rebelemos contra Dios y no cumplamos sus mandamientos; para que nos creamos dioses, capaces de decidir por nosotros mismos lo que está bien y lo que está mal, sin contar con Dios para nada. Eso es el aborto, la eutanasia y todas las leyes inicuas que aprueban los impíos.

Dios elige a los que Él quiere y porque Él quiere. Por eso unos se salvan y otros se condenan. A algunos les endurece el corazón para que se condenen por su maldad.

“Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. Y el Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios”.

Dios quiere que todos se salven pero algunos se salvan y otros no. Unos creen y otros no. A todos se les anuncia la salvación pero unos la acogen y otros no.

Por eso tenemos que pedirle a Dios que nos cuente entre sus elegidos y nos dé la gracia de la perseverancia final para que en el momento de la muerte no seamos sorprendidos en pecado, sino en gracia de Dios. La salvación es una gracia de Dios.
26/01/23 12:55 PM
  
hornero (Argentina)
Proclamar el Reino y buscarlo es deber del cristiano.

Frente a los prodigios que confunden y atraen con sus cantos de sirenas, debemos mostrar el Reino que crece en silencio y quietud: "No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia” (Mat 12, 19-20).

Me he permitido ofrecer a la consideración de nuestros Pastores la posibilidad de que el Santísimo Sacramento sea Expuesto en lo más alto del frente exterior de los templos mediante Sagrarios, u Ostensorios y Hostias de grandes dimensiones a fin de que el Señor sea visible en su Sacramento, honrado y proclamado públicamente ante las calles, plazas y tejados, y desde Su Lugar bendiga a las sociedades que así den testimonio de Él por medio de la Iglesia. La lámpara roja litúrgica de dimensión correspondiente completaría la instalación.

El vértice de las cúpulas, los campanarios y los frontispicios son lugares que pueden considerarse adecuados .por la visión y por la seguridad que ofrecen. Ésta podrá completarse con puerta de acceso de seguridad y alarma.

A horas determinadas, un sacerdote podría incensar al Santísimo desde un lugar próximo, presidir la oración de adoración e impartir la bendición.

Un retablo ornamental podría dar relieve y unidad al conjunto, incluyendo un letrero de lectura fácil con la invocación litúrgica de rigor: “Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar… Sea por siempre bendito y alabado”.

La idea es que el Señor permanezca visible en el exterior de los templos ante los fieles de modo perpetuo, si es posible. En tal caso, podrá disponerse de un grupo rotativo de fieles que podría orar desde el atrio y disponer de bancos y techo protector.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar…



26/01/23 2:14 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Roberto,

Efectivamente, no hay tribus católicas, sólo hay católicos. Pero todo católico para serlo, tiene que ser necesariamente tradicional/lista. Eso es lo que escribí.

El CVII es sólo pastoral. O sea, además de no aportar absolutamente nada, salvo confusión, no definió nada.
26/01/23 3:58 PM
  
Cristián Yáñez Durán
El Reino de Dios ES la Iglesia Católica. Eso es parte de la Fe.
26/01/23 3:59 PM
  
hornero (Argentina)
Completo la idea. Podría preverse un templete de proporciones y arquitectura apropiada para la Exposición del Santísimo en el frente de los templos, si su arquitectura lo permitiera.

Tendría por finalidad dar mayor relevancia al Sagrario, u Ostensorio.

Aquí no se trata de una iniciativa de sólo devoción, sino una actitud eclesial de confesar, adorar y honrar al Señor ante el mundo moderno que lo ignora, menosprecia y rechaza. Recurrir a la expresión de los Signos Litúrgicos pertenece al Magisterio de la Iglesia.

Preveo las reacciones en uno y otro sentido, pero así ha sido siempre el camino de la Iglesia para llevar adelante el Reino que Cristo le ha confiado.

Oro por la Iglesia, sus Pastores, sacerdotes y fieles, por su Fe y Fortaleza de no escatimar esfuerzos por ayudar a que el Reino de Cristo crezca en el mundo hasta cubrir toda la tierra y sus pueblos.
26/01/23 5:15 PM
  
Franco
Argia, Dios seguiría siendo lo más importante de tu vida aunque no Lo conocieras para nada. El pecado consiste precisamente en la pretensión de poner a una creatura en lugar de Dios, siendo que sólo Dios es capaz de colmar las aspiraciones de una creatura racional, las que son siempre infinitas. No por nada se dice que cuando el hombre adora algo distinto de Dios va contra su propia naturaleza.
El error del liberalismo, en este caso, es pretender que es legítimo elegir el mal, como si hubiera alguna indiferencia entre seguir a Dios o a una creatura, con tal de que la elección sea libre.
26/01/23 6:06 PM
  
claudio
Respetado Pedro Luis. Tienes toda la razón y haces bien en recordarnos la humildad que requiere un líder.
Ese liderazgo tiene origen en el bautismo y participa del sacerdocio y del apostolado por la Gracia sacramental y requiere el deber de adquirir el conocimiento de la Doctrina para que puedan vivir según la doctrina cristiana, proclamarla, defenderla cuando sea necesario y ejercer la parte que les corresponde en el apostolado.

El Derecho describe "204 § 1. Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se integran en el pueblo de Dios, y hechos partícipes a su modo por esta razón de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cada uno según su propia condición, son llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo.
225 § 1. Puesto que, en virtud del bautismo y de la confirmación, los laicos, como todos los demás fieles, están destinados por Dios al apostolado, tienen la obligación general, y gozan del derecho tanto personal como asociadamente, de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres en todo el mundo; obligación que les apremia todavía más en aquellas circunstancias en las que sólo a través de ellos pueden los hombres oír el Evangelio y conocer a Jesucristo.
§ 2. Tienen también el deber peculiar, cada uno según su propia condición, de impregnar y perfeccionar el orden temporal con el espíritu evangélico, y dar así testimonio de Cristo, especialmente en la realización de esas mismas cosas temporales y en el ejercicio de las tareas seculares.
229 § 1. Para que puedan vivir según la doctrina cristiana, proclamarla, defenderla cuando sea necesario y ejercer la parte que les corresponde en el apostolado, los laicos tienen el deber y el derecho de adquirir conocimiento de esa doctrina, de acuerdo con la capacidad y condición de cada uno.
§ 2. Tienen también el derecho a adquirir el conocimiento más profundo de las ciencias sagradas que se imparte en las universidades o facultades eclesiásticas o en los institutos de ciencias religiosas, asistiendo a sus clases y obteniendo grados académicos.
§ 3. Ateniéndose a las prescripciones establecidas sobre la idoneidad necesaria, también tienen capacidad de recibir de la legítima autoridad eclesiástica mandato de enseñar ciencias sagradas".

26/01/23 6:52 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Hazcquenbush es la prueba viviente de que el odio a la Fe deriva en odio a la razón.
27/01/23 4:02 AM
  
Allende mares
“El liderazgo en cristiano significa ser santo por la gracia de Dios. El liderazgo cristiano consiste en llevar de la mano a todos los tuyos hacia cielo. Ayudar a todos a alcanzar el fin para el que han sido creados, siendo amables con todos, por si Dios les otorga el don de la conversión. Y no digáis que eso es imposible o muy difícil, poque todo lo hace Cristo. Todo lo bueno que hagas será siempre gracias a Dios; y lo malo, culpa de tus pecados.”
Gracias don Pedro !! No sabe el bien que me ha hecho con esas frases. Aunque confieso que a veces disiento de algunas cosas que ha escrito y me ha parecido muy duro, hoy usted me ayuda mucho con esto en lo que ha escrito. La amabilidad y buen trato puede conducir a que Dios nos otorgue la conversión a todos, a que seamos testigos del Amor que transforma, regenera y cambia. El amor de Cristo que se ha entregado hasta el extremo por amarnos. Ser signo de ese amor. Muchas gracias!
28/01/23 3:28 AM
  
Argia
Franco, la elección tiene que ser libre, sino, no hay amor, para amar hay que ser libre y es el primer mandamiento de la ley de Dios.
El liberalismo es política, el Amor a Dios, no tiene nada que ver con eso.
Para un católico no son indiferentes sus elecciones, sabe lo que es pecado, sabe lo que es estar en gracia, sabe que amar a Dios es cumplir sus mandamientos, seguir el evangelio.
Desde que se levanta por las mañanas hasta que se acuesta una persona que quiere amar a Dios está decidiendo hacer, pensar lo que agradará a Dios, y procurará hacerlo con la gracia de Dios.
28/01/23 12:08 PM
  
hornero (Argentina)
Jesús en su Discurso de la Última Cena ratificó de modo solemne la misión que confiaba a los apóstoles:

“He manifestado tu Nombre, y lo volveré a manifestar” (Jn 17, 26);

“Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo (id. 18);

“No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí” (id 20);

“Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”.(Id 21).

La Exposición del Santísimo Sacramento desde lo más elevado del frente de los templos, como he sugerido, responde a esta Misión eminente e irrenunciable que Cristo confió a la Iglesia.

Han llegado los “nuevos tiempos de María” que convocan a la Iglesia para la tarea urgente e inmensa de evangelizar la humanidad de ocho mil millones de hermanos.

Sólo una Iglesia miserable, cobarde, ciega, podría renunciar a tan magna empresa.

Si no se atreve a enfrentarla, ore como Abraham ante el Señor que iba a destruir Sodoma y Gomorra:

“Si no fueran más que cinco mil millones…;permíteme una vez más… si no fueran más que mil millones,,,; No se enoje mi Señor si hablo por última vez: si no fueran más que quinientos millones… En atención a esos quinientos millones, respondió, no la destruiré”. Apenas terminó de hablar con él, el Señor se fue” (cf. Gen 18, 24-33).

No tentemos al Señor. Hagamos algo.

La Iglesia cuenta con magníficos templos; que desde ellos manifieste a Cristo Rey del Universo. Que sus bellas arquitecturas, inspiradas por el Espíritu Santo a través de los siglos, respondan conforme a los “nuevos tiempos” y sean testimonio público no sólo de vida interior, sino fundamentalmente de vida misionera, predicando a Cristo por medio del Santísimo Sacramento.

Que la Iglesia se atreva a iniciar la evangelización marchando tras el Señor que sale a recorrer el mundo desde su Santa Morada:
“ ¡Que callen todos los hombres delante del Señor, porque él surge de su santa Morada!” (Zacarías 2, 17).




28/01/23 2:26 PM
  
Franco
¿Y quién ha negado, Argia, que el amor deba ser libre? Pero esa libertad consiste en que Dios no nos obliga de manera forzosa o anulando la razón y la voluntad, no en que no sea una obligación para la creatura racional el amar a Dios. Moral, sí, pero obligación al fin. No sería un amor más verdadero si no lo fuera, ni tampoco podría no serlo, y ahí está la cuestión. El liberalismo, que no es algo meramente político, pretende que la libertad es separable del fin del hombre, y esto es falso. El hombre puede no adorar a Dios, pero no puede no adorar. Como ser racional que es, es insaciable en lo que respecta a sus deseos de bien, y si no adora a Dios, adorará otra cosa. El dinero, el placer, el poder, el Estado, una ideología, el sol, la luna, a sí mismo, a otra persona, etc., pero no se quedará sin tener algo como un absoluto. El hombre no es libre de ser indiferente al problema de su último fin.
28/01/23 5:03 PM
  
hornero (Argentina)
Los “nuevos tiempos” del Reino iluminan, alientan y transfiguran la Iglesia, la humanidad y el cosmos, bajo la potente Luz de la Gloria de Cristo que se Manifiesta por mediación de la Aurora de María.

Una creciente interacción entre el Cielo y la Tierra; entre los coros angélicos, los hombres y las cosas, debe ser acogida, examinada y dispensada a los hombres por la Sagrada Liturgia, para la edificación de la Nueva Edad del Reino.

Por esto, los templos deben revestirse de Cristo en sus fachadas exteriores, cúpulas, campanarios, frontispicios y atrios.

Deben manifestar y proclamar a Cristo ante el mundo, a fin de que el mundo crea, se convierta y salve.

Que las nuevas estructuras arquitectónicas sean integradas de modo que resplandezca en ellas la Aurora de María, instrumento primero fundamental de la Misión que lleva adelante por mandato de Su Hijo.

Por lo cual, quienes intervengan en este emprendimiento impulsado por los “nuevos tiempos”, deben hacerlo consustanciados con la Misión escatológica de María, ahondando en ella, los eclesiásticos responsables, teólogos, liturgistas, y profesionales arquitectos y artistas, a fin de que sus aportes hagan de cada templo un espacio en el que palpite de modo visible Cristo Rey del Universo desde el Santísimo Sacramento Expuesto en sus frentes.
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Pedro L. Llera
Fíjese usted: yo, con que se vuelvan a poner los sagrarios en el centro del Altar Mayor de las Iglesia, con que se eliminen los ministros extraordinarios y se dé de comulgar en la boca o de rodillas y en la boca y se elimine la comunión en la mano, ya me conformaría...

30/01/23 3:56 PM
  
hornero (Argentina)
De acuerdo, Don Pedro Luis.

Se debe comenzar por ahí.
30/01/23 5:54 PM
  
hornero (Argentina)
Es evidente que la Iglesia padece junto con la cristiandad en general una crisis en su capacidad de llevar adelante el Reino que Cristo nos ha confiado.

Desde Santo Tomás de Aquino, ocho siglos de declive ininterrumpido lo demuestran.

Hoy han entrado en un conformismo con el mundo, en parte desean mejorar el mundo, y en parte consideran deben aceptarlo. En ningún caso arrasar la cizaña, eso no, que Cristo lo haga.

Reconocer la derrota, jamás semejante humillación.

Aceptar la ayuda que nos ofrece María, tampoco. La de Cristo, menos, sólo en palabras hueras.

Oscuridad, inoperancia frente a la Misión de evangelizar la tierra.

Criticar, protestar, son tareas fáciles, cuando no se aportan remedios. Señalar los males, y quedarse de brazos cruzados rezongando, no mejora la situación.

Porque no se atina a ver el horizonte de Luz de Gloria que la Aurora de María nos trae de parte de Su Hijo, a fin de que se manifieste en nosotros el “hombre nuevo”.

El patrimonio cristiano se ha escurrido entre la inteligencia y voluntad mundanas, odres viejos rotos por la polilla.

Por eso será necesario lejía, fuego y demás colirios hasta lograr quitar la ceguera.

01/02/23 8:40 PM
  
hornero (Argentina)
“Ha venido el Día ¿Y no lo ven? Ha venido la Misericordia ¿Y no la aceptan?” (Mens. de Jesús en San Nicolás).

Si no vemos ni aceptamos lo que Cristo nos envía por Mediación de la Aurora de Su Madre, permaneceremos en nuestra ceguera, confusión, e inercia.

La humanidad espera que trabajemos por la evangelización de ocho mil millones de hermanos a fin de alcanzar su conversión, y constituir así la gran familia de los hijos de Dios.

“Los que no acepten, cargarán con su culpa” (Mens. de la Virgen en S.N.).

Sólo entonces podremos llevar a cabo los grandes trabajos por el Reino, que son propios, específicos del todo, y que ninguna de las partes puede realizar por sí misma.

Entre tanto, han llegado los “nuevos tiempos de María”, bajo cuya Conducción nos es permitido dar comienzo poco a poco a la ejecución de los mismos.

El cosmos, hasta sus confines inconmensurables, espera de los hombres su palabra sabia, sacra, de señorío que lo perfeccione según los parámetros del Reino.

Que la Iglesia tome conciencia del designio divino de hacer de la Tierra el Centro físico, biológico, humano y teológico del universo. Aquí Cristo plantó su Reino desde el momento de la Encarnación, lo llevó a su plenitud al asumir en Sí toda la Creación, ángeles, hombres y cosmos (Col 1, 15-17).

Necesitamos de la nueva sabiduría y fortaleza que el Espíritu Santo nos participa por Mediación de María, Su Esposa.

El mundo del “hombre viejo del pecado” se derrumba ante nuestros ojos, sus sostenedores son ciegos y sordos que no advierten el bramido de la tempestad.




02/02/23 1:12 PM

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