Lo que va de la Constitución a la Inmaculada Concepción

En España disfrutamos desde hace más de cuarenta años del puente de la Constitución o de la Inmaculada. Y no deja de ser curioso y hasta paradójico.

La Fiesta de la Constitución celebra la aprobación en referéndum de la Constitución del 78: una constitución que dicen los liberales que nos ha permitido disfrutar de más de cuarenta años de paz y libertad. Y los obispos y los católicos liberales (hijos de Maritain) celebran y aplauden la Constitución…

Pero, ¿qué paz y qué libertad?

¿La paz de abortar a más cien mil niños al año? ¿La paz de considerar el asesinato de fetos como un derecho de la mujer? ¿La paz de la epidemia de divorcios, que destruye la familia y destroza la vida de los niños? ¿La paz de miles de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas? ¿La paz de las violaciones y los abusos sexuales? 

¿Qué mierda de paz es esa?

¿Y la libertad? Libertad para corromper las almas de los niños en las escuelas con programas de educación afectivo-sexual que claman al cielo; la libertad para la pornografía, para la depravación, para rebelarse contra la propia naturaleza. La libertad para blasfemar. La libertad para la prostitución. La libertad para toda clase de corrupción. La libertad del orgullo y la soberbia del hombre que se rebela contra Dios.

La Constitución del 78 es liberalismo en estado puro. Representa la soberanía del hombre que niega la obediencia debida a Dios, declarándose a sí mismo independiente y autónomo. El hombre se convierte a sí mismo en sumo principio, fuente exclusiva y juez único de la verdad. 

Y sigue León XIII en la Libertas:

Esta es la pretensión de los referidos seguidores del liberalismo; según ellos no hay en la vida práctica autoridad divina alguna a la que haya que obedecer; cada ciudadano es ley de sí mismo. De aquí nace esa denominada moral independiente, que, apartando a la voluntad, bajo pretexto de libertad, de la observancia de los mandamientos divinos, concede al hombre una licencia ilimitada. Las consecuencias últimas de estas afirmaciones, sobre todo en el orden social, son fáciles de ver. Porque, cuando el hombre se persuade que no tiene sobre si superior alguno, la conclusión inmediata es colocar la causa eficiente de la comunidad civil y política no en un principio exterior o superior al hombre, sino en la libre voluntad de cada uno; derivar el poder político de la multitud como de fuente primera. Y así como la razón individual es para el individuo en su vida privada la única norma reguladora de su conducta, de la misma manera la razón colectiva debe ser para todos la única regla normativa en la esfera de la vida pública. De aquí el número como fuerza decisiva y la mayoría como creadora exclusiva del derecho y del deber.

No hay que obedecer a Dios. Cada ciudadano se autolegisla y determina lo que está bien y lo que está mal. Por lo tanto, no hay que obedecer los mandamientos y el hombre puede hacer lo que quiera, lo que le dé la gana.

Y en la esfera pública, la única norma es la estadística: el número es la fuerza decisiva del derecho y del deber. Por eso, de una constitución liberal como la nuestra, lo lógico es que las mayorías establezcan sus leyes sin tomar en cuenta para nada la Ley de Dios. Las mayorías votan contra Dios y aplauden las leyes inicuas. Y los católicos liberales y la mayoría de los prelados se escandalizan de las leyes inicuas mientras aplauden la Constitución y los cuarenta años de paz y libertad.

Los liberales ponen al hombre en el lugar que le corresponde solo a Dios. El liberal se adora a la persona humana y pretende hacer realidad las palabras de la Serpiente: «seréis como Dios». 

Y así llegamos a la legalización del divorcio, que destrozó y sigue destrozando miles de familias y que tanto daño ha hecho y hace a los hijos de esas familias rotas. Esa ley de las mayorías ha convertido el aborto en derecho de la mujer; y ha legalizado la eutanasia para asesinar legalmente a ancianos y enfermos. La Constitución liberal está aprobando leyes aberrantes que promueven la fornicación y el pecado nefando. La Constitución liberal ha construido una verdadera estructura donde todo pecado tiene cabida y toda virtud es perseguida. La Constitución Liberal promueve la blasfemia, los sacrilegios, el indiferentismo religioso, la corrupción y el latrocinio; la Constitución permite la pornografía y la prostitución. Nunca ha habido tantos suicidios y tanto consumo de antidepresivos y drogas como en el Estado del Bienestar y el hedonismo. Y los obispos y los democristianos devotos de Maritain siguen aplaudiendo la Constitución a la vez que se rasgan las vestiduras ante las leyes inicuas. Ponen tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias. Riegan y abonan el árbol y deploran sus frutos. Pues por sus frutos conoceréis las bondades de la Constitución. 

¿Y saben por qué? Porque una sociedad sin Dios solo tiene un nombre: Infierno. Nuestra patria se ha convertido en un pudridero moral, en un estercolero donde toda corrupción tiene cabida. La constitución liberal ha invertido los valores y ahora todo vicio es aplaudido; y toda virtud, perseguida. Una sociedad que vive mayoritariamente en pecado mortal es una sociedad de almas muertas: de desalmados.

Solo queda volver a Cristo: volver a los mandamientos, volver a la obediencia a la voluntad de Dios. Frente al orgullo y la soberbia, hay que volver a la humildad y a la caridad. Y ahí está María para enseñarnos el camino de la salvación.


Si el 6 de diciembre se celebra en España la fiesta del non serviam, de la rebelión contra la Ley de Dios, el 8 de diciembre es el día de la Inmaculada Concepción. Y ahí celebramos la esperanza de nuestra liberación. María es el camino más corto y seguro para llegar a Cristo y por Él, al Padre.

Dios ha hecho lo que ha querido y ha querido asociar de tal modo a María a la empresa divina de la redención y santificación del género humano, que, en la actual economía, sin ella no sería posible lograrlas. No se trata, pues, de una devoción más, sino de algo básico y fundamental en nuestra vida cristiana.

María es la madre de Dios, la humilde sierva del Altísimo, la obediente, la que cumple la voluntad de Dios; la Llena de Gracia, la Purísima Concepción. Ella nos enseña el camino: vivir llenos de gracia, servir con humildad, amar, sufrir y esperar. Silencio, ternura, caridad y lágrimas ante la Cruz. Si por Eva entró el pecado en el mundo, ahora, por medio de la fe, la obediencia y el amor de María, nos ha llegado Cristo, nuestra salvación.

Somos hijos de María. Vivamos en gracia de Dios. Adoremos al Santísimo. Amemos a todos. Vivamos la caridad como la vivió María: la caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta,  no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal,  no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

La soberbia del hombre que se rebela contra Dios y se deja seducir por el Príncipe de este mundo se celebra el día de la Constitución. La humildad y la caridad, la grandeza de Dios y la obediencia a su santa voluntad, el día de la Inmaculada Concepción. Esa es la distancia abismal que va del día 6 al 8 de diciembre

El liberal dice «no serviré ni obedeceré a Dios». «Yo soy el dueño de mi propia vida y haré mi propia voluntad. Yo me autoposeo, me autodetermino y soy libre para buscar mi propio fin, mi propia felicidad. Yo soy mi principio y mi fin». 

El siervo de Cristo responde con el Padre Nuestro:

Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu Voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del Maligno.

María pisa la cabeza de la serpiente y derrota a Satanás. 

Proclamemos la grandeza del Señor, alegrémonos en Dios.

Hoy sigue la batalla entre la bandera de Cristo y la de Satanás. Siguen las Dos ciudades de San Agustín:

Dos amores han dado origen a dos ciudades:

  • el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena: esa es la sociedad liberal, democrática, relativista.
  • y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial: esa es la Iglesia. El Reino de Dios en la tierra.
  • La primera se gloría en sí misma;
  • la segunda se gloría en el Señor.
  • La primera está dominada por la ambición de dominio en sus príncipes o en las naciones que somete;
  • en la segunda se sirven mutuamente en la caridad los superiores, mandando y los súbditos, obedeciendo.
  • Aquélla ama su propia fuerza en los potentados;
  • ésta le dice a su Dios: Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza (Salmo 17,2).

Rebelión frente a obediencia; soberbia frente a humildad. Odio y muerte frente a la caridad y a la vida.

Los que desprecian a Dios celebran la Constitución. Los que amamos a Dios queremos vivir con humildad y con caridad, buscando la gloria de Dios. Nuestra única constitución es el Credo, el Padre Nuestro y la Ley de Dios: la ley de la Caridad. 

Yo te amo, Señor. Tú eres mi fortaleza.

 

43 comentarios

  
DJ L
Y seguiremos oyendo el rebuzno pontificio de "sana laicidad" para que nos lo creamos.
Sana, sana culito de rana, monseñores.
07/12/22 10:17 AM
  
araceli
Amén
07/12/22 10:18 AM
  
Iñaki Gonzalo
Exactamente, muchas gracias, de acuerdo en todo. Me ha gustado hasta el Padre Nuestro que ha escrito, yo también sigo con las deudas, y la última frase siempre en latín: "Et ne nos inducas in tentationem sed libera nos a malo": no me pongas a prueba que soy débil y voy a caer, y líbranos del demonio. Estamos hoy en guerra total contra la serpiente y con tantos en la Iglesia sin enterarse o directamente pensando que no existe. No es extraño que los exorcistas comenten que ha aumentado el tiempo de liberación de los posesos, la Iglesia se ha debilitado mucho en esta crisis modernista, se han quitado oraciones exorcísticas, y así nos va, que se tiene lo que (no) se pide.
07/12/22 10:31 AM
  
Trieste
Pertenezco al exiguo ocho por ciento que votó NO a esta Constitución, pese a la propaganda del sí, a Juan Carlos, Adolfo , Tarancón, los obispos en general , salvo don Marcelo, ...
Pese a mis 24 años, supe que las autonomías, nos llevarían al desastre.
07/12/22 10:49 AM
  
Luisfer
No estoy de acuerdo en el tema de los divorcios y en la supuesta infelicidad de los hijos. Más bien , al contrario, lo que la experiencia demuestra es que donde verdaderamente sufren los hijos en es hogares donde la convivencia está quebrantada y el ambiente es un infierno y dónde lo mejor para todos es que cada cual vaya por su lado y haga su vida.
Sr. Llera, las leyes son para los hombres, no para Dios. Imponer las propias a los demás es conseguir que la gente se aleje todavía más de la Iglesia. Si a alguien el divorcio le parece mal, que no se lo plantee, pero hay que respetar las opciones que cada cual tenga y que, por otra parte, puede que no comparta la fe católica.
La Constitución es una herramienta de convivencia y las leyes posteriores que hayan aprobado gobiernos de diverso signo, a ellos deben demandarse no al texto constitucional.
Y si su argumento es que la Constitución permiite esto, la respuesta será: Faltaría más! Si no nos gustan las leyes, se lucha desde la política para cambiarlas. Ya pasaron los tiempos en los que se imponían normas para todos según los valores de unos cuantos.
______________________________________
Pedro L. Llera
Felicidades. Es usted un liberal ejemplar.
07/12/22 11:59 AM
  
Federico
Coincido 100% con el contenido del artículo, pero me permito añadir que el problema es más prufundo que la constitución de 1978. Hay constituciones, como la polaca y la húngara, que protegen abiertamente la familia, pero no dejan de ser el fruto de un consenso entre diputados que puede cambiar en cualquier momento. Lamentablemente, las democracias son eso: es verdad lo que en ese momento los políticos y la opinión pública perciben como verdad. Es el relativismo por excelencia.
La solución tampoco es mejor si miramos lo que había antes. En la época de las monarquías absolutas, la verdad era la voluntad del rey, sin más. Y esa voluntad podía cambiar con la misma facilidad con la que hoy cambia el parecer de unos cuantos diputados.
Por ello, creo que es hora de mirar al mundo católico tradicional, donde la Iglesia era un poder fáctico y el Estado no monopolizaba todo. Gracias a esa influencia social, la Iglesia podía denunciar los excesos en la conquista de América y velar porque se cumpliera el testamento de Isabel la Católica, por ejemplo. O exigir a Carlos V que se detuvieran las conquistas hasta que hubiera más claridad sobre la legitimidad de las mismas. Al final, era un mundo donde un rey no podía gobernar contra la Iglesia. Con todos sus defectos, en muchos aspectos era un orden social bastante más humano que el nuestro, al que con tanto entusiasmo aplaude nuestra jerarquía eclesial.
07/12/22 12:22 PM
  
Luis López
Aun estando de acuerdo en el fondo de este artículo -la necesidad de Estados en donde los principios cristianos innegociables sean el cimiento de toda la legislación-, me gustaría señalar algunas cosas:

1º.- La Constitución del 78 es un esfuerzo mayúsculo por lograr una paz política en España, y fue consensuada por todas las formaciones políticas libremente elegidas por los ciudadanos. Eso, al menos, es positivo. No es la basura unilateral que nos colaron en el año 1931 y que nos acabó llevando a una horrible guerra civil.

2º. El escoramiento de la Constitución hacia la izquierda y hacia el disparate legislativo ha sido provocado más por la desidia de los buenos que por la acción de los malos. Por ejemplo, el aborto NO se contempla ni como derecho ni aún como posibilidad en la Constitución, puesto que ésta señala que "TODOS tienen derecho a la vida". Y el matrimonio, según la Constitución, es entre "hombre y mujer puesto que ambos tienen derecho a contraerlo con plena igualdad jurídica" Si hoy estamos a punto de considerar el aborto como un derecho o el matrimonio ya es unisexual, es debido a que los políticos que han tenido posibilidad de eliminar esta barbarie no lo han hecho.

Los políticos del PP -la única derecha que ha gobernado en España-. que tuvieron mayoría absoluta, han permitido esas aberraciones. A ellos las culpas, no a la Constitución.

2º.- La descristianización del país no ha sido causada por esta constitución, sino por la errática senda de la Iglesia Católica desde el Concilio Vaticano II. Si hoy no existen Estados católicos es porque así se quiso desde Roma a parir de los años 60. Y si por no haber Estados católicos el laicismo y el indiferentismo religioso se ha impuesto -en España y en todas partes-, qué culpa tiene un texto legal que ante todo fija unos principios básicos para que no nos volvamos a matar por cuestiones políticas. Que cada palo aguante su vela.

3º, No es cierto que esta Constitución "promueve la blasfemia, los sacrilegios, el indiferentismo religioso, la corrupción y el latrocinio (...) la pornografía y la prostitución". Más bien lo contrario pues establece expresamente como principio básico la "protección de la infancia" y el derecho de los padres a "educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas", en incluso cita y establece a la Iglesia Católica como interlocutor destacado.

Vuelvo a lo anterior. Si hoy se han impuesto tantas maldades ha sido por la desidia de los buenos más que por la acción de los malos. Hay cosas de esta Constitución que sí se han revelado como nefastas -por ejemplo, el Título VIII por ejemplo-, y la prueba de ese error la tenemos en los sucesos de Cataluña del 2017.

Pero por lo demás, la Constitución no merece ese rapapolvo. Sinceramente lo pienso.
07/12/22 12:59 PM
  
José Díaz
El liberalismo es la expresión filosófica moderna del 'eritis sicut Deus", y como doctrina política consiste en la arrogación por el Estado-Leviatán de la condición de dispensador de una pretendida libertad. El liberalismo es totalitario porque su objeto es la totalidad del hombre y porque no permite nada fuera de sí mismo. De ahí el carácter diabólico de la democracia liberal.
Hala, católicos liberales tercergradistas maritinianos peperos-voxeros, ya tenéis carnaza.
07/12/22 1:12 PM
  
Ami Go
Luisfer: "Ya pasaron los tiempos en los que se imponían normas para todos según los valores de unos cuantos".
Con todo respeto, ¿en qué país vive usted? ¿es que hoy en día no? Por poner algún ejemplo, ¿no son "normas" las que está "imponiendo" a toda la sociedad, el Ministerio de Igualdad?; ¿o no hay imposición (con represión) del catalán, por parte del Gobierno de esa Comunidad, etc., etc., etc. Saludos
07/12/22 1:31 PM
  
Roberto
Yo no me considero ni liberal, ni progre, ni tradicionalista, ni neocon, ni.........vamos, que estas etiquetas y clasificaciones me dan bastante "yuyu", ya de por sí.
¿Que la constitución no nos gusta? Pues cada uno es muy libre de pensar lo que quiera, claro está, faltaría más, pero sí querría decir algo; la sociedad en que vivimos es PLURALISTA, diferentes formas de pensar, de sentir, diferentes ideologías y religiones, etc, ¿que esto tampoco gusta? ¿queremos una sociedad de "cristiandad" donde los gobernantes (aunque no sean creyentes) estén sometidos a una Religión confesional? Es que ese modelo ya ha desaparecido. Lo que los católicos tenemos que hacer es intentar evangelizar, en medio de una sociedad pluricultural, a ver si los convencemos; pero olvidémonos de modelos pasados donde trono y altar están unidos.
Es lo que hay y con estos mimbres hay que tejer.
________________________________________
Pedro L. Llera
Yo me conformo conque todos nos sometamos a la Ley Natural. Pero como la ley natural no la admiten y solo admiten las leyes positivas que salen del parlamento, pues así estamos...
07/12/22 1:40 PM
  
hornero (Argentina)
Todas las diferencias entre liberales y no liberales, racionalistas-nihilistas-ateos y ortodoxos católicos, capitalistas y marxistas, democráticos y totalitarios, populistas y aristocráticos, revolucionarios y tradicionalistas, liturgistas y villanos blasfemos, seglares y eclesiásticos, monseñores y monseñores, y demás opciones que surgen de una Iglesia y una sociedad en plena descomposición y hecatombe, no pasan de trifulcas menores, de sombras chinescas, de un teatro de marionetas cuyos hilos invisibles mueve el demonio.

Hay una única y gran batalla: la de La Señora Vestida de Sol, esto es, María, contra el dragón infernal, esto es, el demonio, satanás o diablo. En este combate supremo, decisivo y final, quedan contenidas todas las escaramuzas posibles.

Tan grande es esta batalla, que entre los principales y más feroces enemigos de la Virgen ocupan las primeras líneas los católicos que niegan a María su actual eminente Misión de Conductora de las fuerzas angélicas y de bienaventurados y de las terrestres de sus fieles hijos empeñados en combate contra los secuaces del anti-cristo.

No lo dicen abiertamente, sino solapadamente; la silencian, no mencionan sus intervenciones desde La Salette, Lourdes, Fátima hasta las que hoy lleva de modo público y notable.

Los teólogos y predicadores, desde el Papa para abajo, pretenden reducir la Misión trascendente de la Madre de Dios, sin cuyo SÍ el Verbo del Padre no hubiera podido Encarnarse como Dios-Hombre. Toda la Redención de Cristo descansa en el SÍ dado por María. No valen las argucias de que Dios podría haber prescindido de María y de la Encarnación del Verbo, es decir, de Cristo, para redimirnos. Dios es Omnipotente y en su Sabiduría decidió como decidió. No osemos nosotros crear hipótesis sobre el Acto Infinito del Padre.

La sustancia de la estrategia del demonio es una obra de astucia: separar a Cristo de Su Madre. Nadie concibió plan de tanta perversión, era necesario que una mente como la del anti-cristo alcanzara simultáneamente dos objetivos: destituir a María y falsificar fraudulentamente a Cristo, presentando un remedo de Cristo sin Su Madre, es decir, un falso Cristo.

Porque no hay Cristo sin María, ni Iglesia sin María, ni Trono y Santuario de la Santísima Trinidad sin María.

Entonces, ¿cómo calificar los intentos de separar al Hijo de la Madre?

En su homilía de la Asunción, un sacerdote, de los llamados de María, calumnió de blasfemia a los fieles seguidores de Nuestra Madre, diciendo que algunos la consideraban diosa, que no había que exagerar, ni hacer de María algo en extremo grande, ni en extremo reducida. Ya S. L. de Montfort advirtió contra estos guardianes del equilibrio de la devoción mariana.

De esto se trata. De ganar la batalla contra el anti-cristo de las Manos de María.

No hay otra batalla.

07/12/22 1:45 PM
  
Pedro de Torrejón
Hay muy pocas personas que se atrevan a decir y escribir lo que todo el mundo piensa !!!

Enhorabuena señor de don Pedro. Y qué él Señor le de la Fuerza y lo Bendiga !!!
07/12/22 2:19 PM
  
Masivo
Bueno, hay más gente en contra de la Constitución: los separatistas y los comunistas, entre otros.
07/12/22 2:30 PM
  
Juan Mariner
Totalmente de acuerdo con Usted. Pero debemos profundizar un poco más. La Constitución de 1978 es el final de un camino seguido muy complejo.

Alfonso XIII tuvo que marcharse de España estratégicamente al no tener el éxito esperado con el intento desesperado de salvarlo con la Dictadura de Primo de Rivera: el sistema borbónico imperante en España desde los últimos Austrias había perdido la batalla en la calle y se instauraba la II República española, igualmente llevada por un hatajo de corruptos y criminales que tenían como nota predominante su anticatolicismo (no sólo su anticlericalismo, como los liberales).

Hubo un levantamiento militar para restaurar la monarquía borbónica que tuvo un largo proceso; a través, primero, de la Guerra Civil, garantizándose el apoyo de la derecha sociológica en torno a los cedistas, de los carlistas, de los falangistas y de la Iglesia perseguida (no había más). Después, con el franquismo, con la depuración de los antimonárquicos, la aceptación general del nuevo rey joven (a partir de 1947) y ponerle una España puntera en el mundo en la mediad que cabía para que tuviera un reinado cómodo. Franco puso a España entre las 10 economías mundiales; mandó a su casa a falangistas, carlistas y excombatientes (ya no le servía y eran más problema que solución); negoció en el contubernio de Munich con la oposición civilizada a través de dos representantes; mandó a un militar emisario a Rumanía para pactar con Carrillo y la Pasionaria (eurocomunistas ya); se dialogó con Líster y Federica Montseny; se tomaron acuerdos con nacionalistas vascos (regresó Leizaola), gallegos, catalanes (regresó Tarradellas); se dialogó con los incipientes sindicalistas y con la patronal, con el exilio moderado... y tuvo el compromiso de que la Iglesia bendeciría a la monarquía, como no podía ser de otra manera. Todo ello con el permiso de EEUU, que nos quitó el Sahara Occidental a cambio.

Al nuevo rey joven se le dejó una España saneada y sin rivales significativos político-sociales de ningún tipo, con un pacto en el que limitaba su poder a través de una Constitución de 1978 que permitiría su perdurabilidad dinástica cayera quien cayera, y a fe que cayeron muchas cosas durante estos años, pero no cayó la monarquía, cada vez más afianzada a pesar de los miedos infundados como arma electoral de la derecha junto con los falsos secesionismos.

Franco lo dejó atado y bien atado. Aquel rey joven se fue y ya tiene sucesor en el trono.
07/12/22 3:05 PM
  
Argia
Estoy con Luis Lopez.
Aparte el Señor nos quiere libres, hasta el punto de que sabiendo que nos jugabamos el vivir en el paraiso o expulsados, cargando con las malas tendencias del pecado original, con todas las ofensas que iba a recibir y con la elección de muchos equivocada que les conduciria al infierno, y sabiendo también lo que ibamos a elegir no cambio de opinión.
Sabiendo que para salvarnos Jesucristo iba a aguantar semejante pasión, y que a pesar de ello muchos no le amarian, no cambió de opinión.
Por dejarnos con nuestra libre elección de amarle o no, El ha sido humillado, vejado, crucificado etc.
La constitución española no es como el comunismo que tiene leyes inicuas obligatorias, nos deja la libertad de elegir el bién o el mal.
Por lo menos por el momento en casi todo, otra cosa es que no se cumpla, y dejen de respetar la libertad proclamada.
____________________________________________
Pedro L. Llera
Dios nos quiere libres, claro que sí. Pero la libertad siempre es libertad para el bien. El fin de la libertad es el cielo. Cuando usas la libertad para el mal, ya no es libertad, sino licencia, libertinaje y esclavitud. Porque el pecado nos hace esclavos de Satanás: no libres. La pasión de Cristo no es fruto de la libertad del hombre, sino del pecado.
El pecado no es un acto de libertad: de ser así, Dios no sería libre, porque Él es infinitamente bueno y libre. Y por sus atributos, Dios no puede pecar nunca.
Un repaso a la Encíclica Libertas de León XIII no estaría de más. Es imprescindible.
07/12/22 3:14 PM
  
Sancho
En realidad, en el liberalismo, no es la mayoría la creadora exclusiva del derecho y del deber, sino las élites de turno, a menudo ocultas tras "muñecos de paja", que crean la llamada opinión pública, y aquí la jerarquía eclesiástica se ha dejado comer la merienda, cuando no la ha regalado por gusto o para que no le peguen, por lo que ahora la Iglesia se encuentra tan marginada de la vida pública que se está empezando a impedir a los ciudadanos católicos incluso eso de autolegislarse y determinar lo que está bien y lo que está mal; pues los liberales pueden ser tan opresivos y represivos como el que más.

Por otra parte, si hasta Moisés permitió el divorcio por la dureza del corazón de los israelitas, el poder civil, que no sólo gobierna a los católicos, no puede prohibirlo; más aún cuando, por ejemplo, ese mismo poder no permite castigar con la muerte a los adulteros, ni incluso castigarlos de ninguna manera (no olvidar que el mismo Jesucristo no abolió eso, ni nada de la Ley, sino que se limitó a decir que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra).
07/12/22 3:44 PM
  
Josep
La batalla es entre la luz y las tinieblas.
Finalmente el amor de Dios triunfará si nos convertimos al. Señor
07/12/22 3:50 PM
  
Pere
A los cristianos nos toca evangelizar con las obras
07/12/22 3:53 PM
  
Tamayo
¿También tiene la constitución la culpa de que los hombres maten a sus parejas?
¿En qué artículo dice que eso es un derecho?
No se pase que entonces sus argumentos pierden fuerza.
Exagerar es una forma de mentir. Y la mentira es pecado ¿no?
07/12/22 5:50 PM
  
jandro
D. Pedro,

"¿La paz de miles de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas?

Me parece que se le ha ido a vd. un poco la mano, quizás llevado por tanta publicidad de la viogen como excretan los vomitorios mediáticos.

A fecha de 7 / nov / 2022 el número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a 37 en 2022

Por lo cual no veo motivos para hablar usando la contundencia del apelativo "miles"
07/12/22 5:57 PM
  
Argia
Si no le quiere llamar libertad llámele libre albedrío.
Dios quiso que eligieramos entre amarle o no.
Y Dios no necesita elegir entre una cosa u otra, El decide una cosa u otra.
Lo que El decide siempre está bien, lo que nosotros tenemos capacidad de elegir, no siempre está bién, pero nos ha concedido el libre albredio, es porque El lo quiere asi. Y además para El es muy importante, nuestra decisión, porque sino nos hubiera dejado en el paraiso, y nos hubiera puesto pruebas pequeñas, no una en la que nos jugamos no solo la expulsión del paraiso, sino también la vida eterna junto a El.
07/12/22 6:01 PM
  
hornero (Argentina)
El entendimiento del “hombre viejo” no basta para comprender las realidades que han sobrevenido con “el inicio de los tiempos nuevos de María”, de su Aurora que irradia la Luz de la Gloria de Cristo.

No podemos medir nuestras realidades escatológicas con los patrones de la inteligencia reducida por el pecado original. Necesitamos de la Sabiduría que la Virgen irradia desde su Aurora. Luz que transfigura a los hombres y a las cosas. Que nos permite trabajar en la Causa de su Misión: preparar el Camino a la Venida del Señor.

Edad nueva que orienta de modo decisivo y absoluto su acontecer a este Acontecimiento culmen de la Redención. De modo tal que si nuestras preocupaciones y esfuerzos no se alimentan en la Aurora de María, esto es, en la Luz de la Gloria de Cristo, permanecen dentro de los límites del “hombre viejo”, radicalmente insuficientes para afrontar una tarea de orden escatológico, trans-histórica, que entra en los ámbitos de la eternidad.

Edad de sustancial transfiguración de la Iglesia, y de los hombres que respondan al llamado a la Conversión que nos hace Cristo por Mediación de Su Madre.

Sin esta nueva sabiduría, la Iglesia no podría responder a un eventual pedido de Bautismo por parte de cien millones de hombres que, bajo la acción de María Primera Evangelizadora, fueran movidos por el Espíritu Santo. Ni hablar si fueran más.

Es un pequeño ejemplo de la necesidad que tiene la Iglesia de Convertirse a María de modo pleno. Sólo así podrá responder a “la urgencia de los tiempos nuevos ya iniciados”.


07/12/22 8:15 PM
  
Cos
Luisfer
Ya pasaron los tiempos en los que se imponían normas para todos según los valores de unos cuantos.
-------------------------

¿Ya pasaron? Nunca antes se habían hecho tantas leyes según el capricho de la casta. Nunca antes se habían aprobado leyes con este grado de totalitarismo y absurdez.
07/12/22 8:57 PM
  
Cos
Federico
En la época de las monarquías absolutas, la verdad era la voluntad del rey, sin más. Y esa voluntad podía cambiar con la misma facilidad con la que hoy cambia el parecer de unos cuantos diputados.
----------------------

No exageremos. No es cierto que el rey pudiese hacer cualquier cosa y antes no. Antes también había despotismo y después el rey también tenía en cuenta a la sociedad y a la Iglesia.
07/12/22 9:02 PM
  
Cos
Luis López. Sí pero la Constitución consagra el poder de los partidos políticos, que son organizaciones privadas que defienden sus intereses. Toda la podredumbre llegó a través de ellos
07/12/22 9:06 PM
  
Cos
Juan Mariner
Hubo un levantamiento militar para restaurar la monarquía borbónica
------------------
El levantamiento militar fue para restaurar la monarquía borbónica ...

-----------------
... y ponerle una España puntera en el mundo en la mediad que cabía para que tuviera un reinado cómodo.
----------------
Franco le puso a los borbones una España puntera para que no tuvieran problemas...

---------------------
... la monarquía, cada vez más afianzada a pesar de los miedos infundados como arma electoral de la derecha junto con los falsos secesionismos.
--------------------
Falsos secesionismos. ... (Después de asistir a un golpe de Estado)

--------------------
Franco lo dejó atado y bien atado. Aquel rey joven se fue y ya tiene sucesor en el trono.
------------------
Franco lo dejó todo bien atado ¡Su plan ha funcionado! Jojojajejojaja (risa de malo de película)

¿Pero qué disparates dice usted?
07/12/22 9:17 PM
  
hornero (Argentina)
Hoy debemos empuñar las armas que San Pablo nos enseña como propias del cristiano. Pero, con la maestría y poder que les otorga la Aurora de María.

Valiéndose de ellas, el “hombre viejo” abrió el camino a la Cristiandad. Sin embargo, ante el “ataque furibundo del demonio, porque sabe que le queda poco tiempo” (Apoc), se requiere una destreza específica superior.

Esto debe ser tenido particularmente en cuenta por quienes son llamados a combatir. Las decisiones deben ser sopesadas a la Luz del Plan de Cristo confiado a Su Madre.

Son momentos solemnes que excluyen improvisaciones. Nos medimos con un enemigo que derrocha su astucia.

Los santos obraron siempre con santa prudencia; mesurados, silenciosos, medían cada paso. Su cayado era su vida interior que los alimentaba, guiaba y sostenía en el arduo camino de la Cruz de Redención y Gloria; añado de Victoria aún a costa de sus vidas.

S. L. de Montfort refiere a los “Apóstoles de los últimos tiempos”, mencionados por la Virgen en La Salette, así como en sus Mensajes al Mov. Sac. Mariano (P. E. Gobbi), una acción extraordinaria bajo la Conducción de María y del Espíritu Santo.

Lo cual lleva a reflexionar sobre la misión encomendada por Dios a los intelectuales católicos de este nuestro tiempo.

Es la gran cuestión del “hombre nuevo” que “ha de manifestarse cuando Cristo se manifieste” (Col 3, 4). Condición indispensable para que nuestro obrar responda a las exigencias del momento.

"Cruzar el umbral de la Esperanza" (S. J. P. II).





08/12/22 12:25 AM
  
Federico
Cos
No exageremos. No es cierto que el rey pudiese hacer cualquier cosa y antes no. Antes también había despotismo y después el rey también tenía en cuenta a la sociedad y a la Iglesia.

---------------

Vamos por partes. Primero, no he dicho que en el absolutismo el rey pudiese hacer, literalmente, cualquier cosa. Pero tenía tanto poder que en la práctica podía hacer casi cualquier cosa. Mire si no cómo los reyes de Francia, Austria y España legislaban sobre asuntos de administración de la Iglesia (galicanismo, josefismo, etc.) en el siglo XVIII, algo que hubiera sido impensable en otras épocas. Que en ocasiones tuvieran en cuenta a la sociedad y a la Iglesia, normalmente para mantener el orden público, es muy distinto a que los reyes se vieran obligados a contar con ellas, como sí ocurría en las monarquías feudales.

Segundo: antes del absolutismo podía haber más o menos arbitrariedad, ya que el feudalismo no fue igual en toda Europa. Pero normalmente la discrecionalidad del rey estaba muy acotada por infinidad de fueros, pactos y contrapoderes que limitaban mucho su margen de acción. En Castilla, por ejemplo, los reyes juraban los fueros, y en muchos casos incluso se los obligaba a comprometerse a no envilecer la moneda durante sus primeros años de reinado. Si en asuntos económicos sus competencias quedaban muy reducidas, mucho más en temas religiosos, que quedaban fuera de la autoridad civil.

En resumen, creo que el Estado moderno que legisla sobre todo es, de alguna manera, heredero de las monarquías absolutas donde el rey podía legislar sobre casi todo. Una vez desaparecidos los contrapoderes como la nobleza y la Iglesia, ya no había nada que pudiera frenar la arbitrariedad del que gobierna. A partir de ahí fue sustituir un rey ilustrado por un presidente elegido por el pueblo, pero en el fondo, el positivismo jurídico de ambos es muy similar.
08/12/22 2:28 AM
  
Marta de Jesús
No hay sistema perfecto. Pero que en la cristiandad se intentó, de buena fe, con aciertos y errores, el llamado #reinado social de Cristo# y que ahora se está imponiendo el reinaducho del anticristo, pues está bastante claro.
Protección de la infancia. Precisamente los que mandan ahora mismo al amenazar con quitarnos la patria potestad, dicen estar #protegiendo a la infancia# de la perversidad de los padres cristianos, para que puedan tener sexo pansexual desde la cuna y que no sean una panda de reprimidos heterosexuales conyugales procreativos. Lo piensan ellos, no yo.
Derecho a la vida de todos. De todos los que sean catalogados de dignos por el poder de turno, no así los nonatos ni los down o los #productos celulares# fruto de noches de sexo desenfrenado. Por supuesto extensible al final de la vida donde el coste social y la huella de carbono marcarán si podemos seguir viviendo.
Así con todo...

El divorcio es tal lacra social que pocos ven ya el matrimonio como una vocación, como un camino de purificación. De tal calibre es el desastre que hasta pediatras NO cristianos como Carlos González recuerdan con nostalgia cuando marido y mujer se dejaban la piel por mantener a flote su matrimonio y el bienestar de los hijos, de la familia en general. Los hijos, están peor ahora, no por separaciones concretas puntuales que puedan entenderse, sino por la degradación familiar general y la vida de fe. Vidas con falta de sentido que solo Cristo podrá colmar.
La muerte de tantas mujeres no. Pero el desencuentro entre hombres y mujeres es bastante notorio. La abolición del hombre tiene, como todo, sus etapas. Ahora están destrozando el concepto mismo de hombre y mujer. Como el Maligno no puede crear, se dedica a destrozar. Ahora está intentando destrozar la obra de Dios. Hombres y mujeres diluidos en un mar de indiferentismo sexual, frente a la complementariedad biológica creada desde el cielo.

El liberalismo nos ha traído la persecución, no la libertad. Ésa solo la da Dios. Tal vez no la hayan percibido tan amenazante como algunos, pero está ahí asomando. Será lo que toca. Pero es así. Que Dios nos halle preparados.
08/12/22 2:37 AM
  
JSP
1. El Liberalismo de Iglesia y de Estado tiene su fuente en el Protestantismo luterano.
2. La Gracia la merece el que es obediente a la voluntad divina. Por ello, en María, la Llena de Gracia, tenemos como católicos nuestro modelo de obediencia para llegar a su Hijo, la Obediencia que nos santifica.
3. El hombre creado perfecto a imagen y semejanza de Dios, con libertad e inteligencia, a diferencia de los Ángeles, no le fue propuesta e intimada a todos la voluntad de su Creador por el tiempo de obediencia.
4. En la bondad de Dios, la primera pareja humana creada por Él fue provista con Gracia y dones, en santidad y justicia original.
5. El corazón humano fue impreso de ley natural y moral en el precepto de obrar, reconociendo a su Creador por supremo Señor, y para que cumpliese con el fin para que los había creado.
6. Pero, el hombre no perseveró en Gracia por la Caída en el engaño de la tentación y vino el non serviam, el tiempo de la desobediencia, por lo que perdía la Gracia. El hombre viejo quedó vacío de Gracia por el pecado original.
7. El hombre viejo no merece la felicidad eterna por rechazar a Dios, por inobediente a su Padre y Creador merece su castigo. Pero, Dios ve la injusticia del ladrón de ovejas por arrebatarLe a los muchos que perdieron su condición de hijos Suyos, por lo que nos dona a Su Hijo para que seamos hombres nuevos. Cristo, Gracia inmerecida por media de Madre de Gracia y Misericordia, la Inmaculada Virgen María, que por su fiat Dios es Redentor del género humano y sólo aquellos que perseveran en su inobediencia a su Padre, Creador y Redentor mueren como hombres viejos y merecen el castigo de Satanás y sus demonios.

Feliz día de la Inmaculada Concepción. ¡Viva la Inmaculada Concepción refugio de pecadores arrepentidos!
08/12/22 9:24 AM
  
Gonzalo J. Cabrera
Luisfer:

Dice Ud. que no está de acuerdo con el juicio que el Sr. Llera hace del divorcio. De lo cual se deduce que sí lo está con el juicio sobre, por ejemplo, la eutanasia. Ergo:

Si la premisa común de las leyes inicuas es la auto-determinación del hombre; si en el caso del divorcio el hombre se auto-determina creyéndose dueño de un vínculo que indisoluble por voluntad divina; si en el caso de la eutanasia, el hombre se auto-determina haciéndose dueño de la elección del momento de la muerte.

Entonces: ¿por qué divorcio sí, y eutanasia no?
08/12/22 10:07 AM
  
Miguel García Cinto
Pedro Luis Llera Vázquez:
Yo voté la Constitución como mal menor, a pesar de que no me gustaron no pocos de sus artículos.
Destaco de tu post el amor que le tienes a la Madre de Dios. Estoy contigo en que la Santísima Virgen María, es el camino más corto y seguro para llegar a Cristo y por Él al Padre.
08/12/22 11:00 AM
  
Nova
Impresionante artículo, D. Pedro Luis. Probablemente, el que más me ha gustado de todos los suyos (y eso que ya antes ha escrito otros artículos muy buenos, también). Dios no nos abandona y nos sigue enviando profetas, con valentía y talento para decir la verdad, tal y como es. Siga escribiendo, sin duda ayuda usted a mucha gente. Muchas gracias por su labor y testimonio. ¡No se rinda nunca...! Dios le bendiga.
___________________________
Pedro L. Llera
Muchas gracias, Mariana. Dios te bendiga.
08/12/22 11:39 AM
  
Luis Fernando
Don Pelayo tiene un fiel vasallo en este asturiano que usa el arma de la palabra como pocos, por no decir como nadie.

Peor que la invasión mahometana ha sido la invasión liberal, la invasión de apóstatas, la invasión de los nuevos Oppas con báculo al servicio del Baal de la modernidad.

Artículo imprescindible.
08/12/22 12:53 PM
  
Marcelo Bs As
Excelente Don Pedro, la Sociedad Civil está bastante lejos del Señor, es un tema muy arduo pero la Gracia de Él nos basta para el buen combate.
08/12/22 2:48 PM
  
De Soto
Excelente artículo. Abundando en ello, sólo quisiera añadir que estoy seguro de que el Señor pedirá cuentas a los militares y policías (o guardias civiles) que hayan servido a gobiernos tan enemigos de Dios como los que hay ahora. De nada vale celebrar la Inmaculada o la Virgen del Pilar si al día siguiente se sigue sirviendo fielmente a sus enemigos. Las excusas de la necesidad de la obediencia a un gobierno democrático de nada valdrán.
08/12/22 7:41 PM
  
Cos
Federico. Ciertamente el Estado moderno es heredero de la monarquía absoluta, pero el Estado moderno no es enemigo de la Iglesia per se. Prueba de ello es que la Iglesia ha tenido en cuenta al Estado moderno como vehículo de gobierno sin problema ninguno.
Todo tiene su parte buena y su parte mala. Podemos pensar que la monarquía absoluta fue un rival de la Iglesia o podemos pensar que fue su defensora. El Estado se comienza a crear en el Renacimiento, fue ese Estado el que creó la legislación indiana y la que detuvo la conquista de América en un momento dado. También fue el Estado el que continuamente revisaba esa legislación. Por ejemplo, fue quien se opuso a que se exterminase a los indígenas durante las duras guerras con los apaches y comanches en pleno siglo XVIII y siguió imponiendo su política misionera.
La baja Edad Media fue una época convulsa marcada por las guerras feudales. Los condotieros italianos, los clanes escoceses o las guerras de banderías en España, el mismo fenómeno afectó a toda Europa. Hay quien interpreta que fue el fruto de la unión matrimonial entre la emergente burguesía y los poderes feudales. Sea como sea la historia siempre es un proceso en evolución, nos equivocamos, en mi opinión, si pensamos que el cierto equilibrio que hubiese podido haber en un momento dado puede seguir dándose siempre.
Además, ese equilibrio nacido de la debilidad de distintos poderes tampoco garantiza librarse del despotismo porque el despotismo puede ejercerlo cada uno dentro del ámbito de sus competencias. Así fue, por ejemplo, como la monarquía, invadiendo áreas que no eran de su competencia, impuso el tribunal de la Remensa en Cataluña. O como ese mismo Estado fue el instrumento que se quiso emplear durante el siglo XVIII para llevar a cavo una reforma agraria tan necesaria en ese momento, dado el alto numero de campesinos pobres que solo podían dedicarse a la aparcería. Desgraciadamente no se pudo hacer todo lo que se hubiese debido, precisamente por la oposición de los poderes señoriales.
Si bien el hecho de que el poder esté repartido creo que es bueno, llevar el argumento hasta el extremo no me suele gustar porque elimina cualquier principio de comprensión teológica del poder, y así es utilizado por el liberalismo. Mas importante que el equilibrio, que parece remitir a la idea liberal del orden espontáneo, es la correcta jerarquía. Para que el Estado moderno no se convierta en un instrumento del despotismo es suficiente con cumplir con la Doctrina Social de la Iglesia, que de hecho nació al socaire del Estado moderno porque el orden que había en el antiguo régimen no había hecho necesaria explicitarla.

Y, en cualquier caso, ya digo que el Estado moderno es fruto de una evolución histórica que era inevitable. Lo que diferencia el Antiguo Régimen del Estado moderno es el concepto de igualdad jurídica. Y si bien, fue la monarquía absoluta la que eliminó la diferencia entre las artes nobles y las artes liberales, por ejemplo, en algún momento había que dar el paso de eliminar los estamentos y las calidades, que eran calidades de sangre, no de mérito -lo que tampoco quiere decir que todo mérito estuviese excluido, por supuesto, que también hay quien exagera en ese sentido-. ¿Tenía algún sentido que un eclesiástico que cometiese un crimen fuese juzgado por un tribunal y se sometiese a unas leyes mucho mas benignas que las que se aplicaban a una persona del pueblo?
Por lo demás, diría que en el siglo XVIII se firmaron dos concordatos con Roma, que eran los que regían las relaciones entre el Estado y la Iglesia, y que incluso Carlos IV en pleno secuestro por parte de Napoleón siguió alzándose como defensor de "nuestra Santa religión". Y que la política se orientó mas que nunca hacia la idea del desarrollo y la "felicidad" de la nación. O sea, que no tiene sentido pensar que solo se tenía en cuenta al pueblo para que se mantuviese la paz social.
08/12/22 7:54 PM
  
hornero (Argentina)
María del Rosario de San Nicolás (Argentina) nos dice que no nos dejemos desalentar por el enemigo: “El cree que ha conquistado el mundo, pero el sólo conquista a los que se han rebelado contra Dios” (18-nov-1996). Indica leer Malaquías 3, 19-21:

19 “Porque llega el Día, abrasador como un horno. Todos los arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el Día que llega los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama.

20 Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia que trae la salud en sus rayos, y saldrán brincando como terneros bien alimentados.

21 Ustedes pisotearán a los impíos, que serán ceniza bajo la planta de sus pies, en el Día que yo preparo, dice el Señor de los ejércitos.

Por lo tanto, es tiempo nos pongamos de pie. No dilapidemos esfuerzos en recoger los escombros que el enemigo arroja a nuestro paso a cada hora del día. Intenta fatigarnos, neutralizar nuestros ataques, retardar los trabajos por el Reino. “A la maldad, pisadla y la destruiréis; eso debéis hacer, pisarla” (Mens. de Jesús en S. Nicolás).

Estamos en el fragor de la batalla, no es momento para actitudes diletantes. Debemos obrar en función de este tiempo decisivo.

Advirtamos al enemigo, lo intimemos a la Conversión en nombre de Cristo.

“Los que no obedezcan, cargarán con su culpa” (Mens. de María en S. Nicolás).
08/12/22 11:05 PM
  
Federico
Cos
No estoy de acuerdo con la mayoría de sus conclusiones, pero comentar una por una es inviable y además sería desviarnos del tema. En cualquier caso, me parecen argumentos válidos, más allá de que yo pueda tener objeciones sobre ellos (en general, más centradas en las conclusiones que usted saca de sus premisas que sobre ellas propiamente).

En cualquier caso, sí quisiera comentar a nivel general que la idea de fondo de su argumentación, donde presenta la aparición del Estado moderno como "una evolución histórica que era inevitable", es discutible. Entiendo que pueda ser aceptada bajo una perspectiva dialéctica aplicada a la Historia, pero no es mi caso. La Historia está determinada por el libre albedrío de los hombres, y por la acción de Dios (y lamentablemente, también del Maligno) sobre ellos. Y el hecho de que Dios tenga planes para nosotros no significa que los tengamos que seguir, ni que la humanidad tenga etapas obligadas por donde debe pasar, donde cada una supera a la anterior. Lo único "inevitable", creo, es la segunda venida del Señor, y la muerte corporal de cada uno de nosotros.

Creo además que va a ser difícil que nos pongamos de acuerdo sobre la compatibilidad del Estado moderno con un orden social cristiano, porque me parece que no estamos de acuerdo en qué es el Estado moderno. Por sus palabras entiendo que usted sostiene que ambas realidades son compatibles si eliminamos toda la legislación contra la ley natural y dejamos otros elementos como la igualdad ante la ley. En mi opinión, esa legislación antinatural es una parte integral del Estado moderno, empezando por el hecho de someter absolutamente todo a votación. Si no existiera ese principio derivado de una supuesta autodeterminación del hombre, sencillamente no sería un Estado moderno, sería otro modelo político. El hecho de que la doctrina social de la Iglesia haya hecho un esfuerzo por dirigir los esfuerzos de gobernantes y gobernados en ese contexto, en mi opinión, no significa necesariamente que lo valide, pero sí que busque el bien posible dentro de un orden social que ya no es cristiano.

Veo que disentimos en muchos puntos, pero me alegra comprobar que estamos de acuerdo en buscar la Verdad y lo mejor para la Iglesia. Tenga usted un buen día y que Dios lo bendiga.
09/12/22 3:13 PM
  
hornero (Argentina)
La cuestión no consiste en que haya filósofos, teólogos, científicos y artistas equivocados. La crisis se debe a que los intelectuales católicos los tratan como a talentos. Los irracionales-nihilistas-ateos no son inteligencias erradas, son mentes de imbéciles.

Europa ha cosechado lo que su apostasía mereció: la oscuridad de su inteligencia.


09/12/22 5:40 PM
  
Juan Mariner
Cos: "La fiesta de la Inmaculada, tan española, nos invita a pedir a Dios por lo que ha supuesto la actual Constitución española de excepcionalmente valioso para la paz, la libertad, la justicia y la solidaridad entre los españoles y para que lo continúe siendo en el presente, en el próximo y en el lejano futuro."

Escrito el 8 de diciembre de 2018 en el periódico ABC por el Card. Antonio Mª Rouco Varela. No es extraño que muchos lo echen en falta. Así nos luce el pelo.
09/12/22 7:50 PM
  
Cos
Federico, si entendemos que el principio sobre el que se sustenta el Estado moderno es el de la soberanía popular yo también estoy de acuerdo con que estaríamos antes un modelo político no cristiano. Pero yo creo que lo que define al Estado moderno es el principio de igualdad jurídica. Esto hace necesariamente que las fórmulas según las cuales la política se hacía a través de las relaciones personales -por ejemplo, entre los grandes de España y el rey, siguiendo por la nobleza etc.- queden obsoletas y a partir de entonces tengan que hacerse entre las personas individuales o jurídicas y las instituciones del Estado. Esto es lo que yo creo que es el Estado moderno. Por eso el franquismo se puede entender como modelo de Estado moderno cristiano. No lo pongo como "el modelo" de Estado cristiano, sino como un posible modelo

Cuando decía que la aparición del Estado era inevitable, no lo decía en un sentido fuerte, claro. No hay un determinismo histórico. Quería decir que el proceso de modernización se va dando en relación a las realidades históricas; incluyendo, ciertamente, formas de dialéctica entre Estados o dentro del Estado. Pongo un ejemplo que a mi me gusta mucho: La Armada del siglo XVIII.
En el siglo XVIII la Armada consume una gran parte de los recursos del Estado, moviliza una gran esfuerzo político y favorece el desarrollo del cuadro social que se va pintando en la época: una élite intelectual, desarrollo de expediciones -descubrimientos, colonización- e instituciones técnico-científicas -cirugía, ingeniería, etc.-. Pero la Armada no es un capricho, es un imperativo que surge de la necesidad de defender el comercio y los territorios de ultramar. Todo el pragmatismo político que vemos desplegarse a lo largo del siglo lo vemos representado aquí.
Podemos pensar en términos similares acerca del siglo de Oro. La importancia de la escolástica radica en las soluciones que ofrece para los principales problemas de su tiempo: La reflexión teológica y jurídica relacionada con la nueva realidad americana, los cambios económicos, el gran reto de la herejía protestante, etc. Muchas de las reformas que llevan a cabo esos grandes reyes reformistas que fueron los Reyes Católicos, incluyendo la reforma de la Iglesia, tienen que ver con la complejidad y las necesidades que está adquiriendo la política.

En mi opinión, hay dos modelos históricos de desarrollo de la modernidad: la protestante y la católica. O la modernista y la cristiana. Lo que sucede es que el modelo católico, que fundamentalmente era el español, sale derrotado a principios del siglo XIX. Y por derrotado me refiero a derrotado "materialmente", económica y militarmente. Esto corta el proceso modernizador y termina subordinando intelectualmente el mundo católico al modernismo. Cosa que no sucedía, por supuesto, durante el siglo de Oro. No estamos ante un fenómeno casual.
Un proceso modernizador que en España no respondía a algún tipo de dogmatismo político. En el caso de la Armada se puede observar a través de los distintos sistemas de producción que se llevaron a cabo: auto abastecimiento, subcontratación, concursos públicos, etc. Siempre buscando la eficiencia y la adaptación a las necesidades concretas. Y conseguidos los objetivos en gran medida. Esto indica que no estábamos ante un modelo cerrado, sino dentro de un proceso modernizador propio. Y sobre lo de las contaminaciones modernistas que se achacan, sobre todo hacia finales del siglo, podríamos decir que siempre ha habido contaminaciones. En el siglo de Oro también. No tenemos por que pensar que esas contaminaciones estén indicando una mala deriva irreversible. Un saludo en Cristo.
09/12/22 8:53 PM
  
hornero (Argentina)
El irracionalismo-nihilista-ateo ha privado a Europa y a la cristiandad en general del don primero por el que nos reconocemos hombres: la evidencia de nuestra existencia, su realidad.

De forma solapada esta insuficiencia ontológica subyace en los espíritus de hoy.

De esta trágica y suicida privación deriva todo lo demás que conocemos y padecemos.

La inercia frente al mundo, a la misión de evangelizar a ocho mil millones de hermanos, lo que exige talento y fortaleza.

La incapacidad de corregir la concepción deshilachada de la ciencia acerca del cosmos, nuestra morada.

La indiferencia hacia la necesidad de sustituir la medrosa modernidad por el esplendor del universo guardado oculto e inexplorado en su última realidad ontológica como participación del Verbo Creador.

De lo que deriva una nueva relación hombre-universo, elevada al discurso sacro e inefable que pronuncian las cosas y al discurso que éstas escuchan del hombre.

Relación que funda “es posible y se debe restablecer la armonía primitiva” (Pío XII); investigación que urge llevar adelante ante la falencia de la modernidad en caos.

La cerrazón producida por obra del no-pensamiento moderno puede revertirse por una única vía: la aceptación de la Misión escatológica que cumple María por pedido de Su Hijo.

Misión eminente, porque está destinada, lo revela la Virgen, a preparar el Camino a la Venida de Cristo. Lo cual implica ordenar la Tierra y el universo a la entrada del Rey y la instauración de su Trono de Gloria.

No importa que no sepamos el día ni la hora, María afirma que “es inminente” (Mens. en San Nicolás, Argentina). Es inminente, aún desde el punto de vista humano, dada la magnitud de la tarea a realizar. Cristo permanece "sentado a la diestra del Padre, a la espera de que sus enemigos hayan sido puestos bajo sus pies".

La Iglesia y la humanidad toda deben responder a tal responsabilidad. Por eso la Virgen nos llama a despertar y a ponernos de pie.

A leer, meditar y reflexionar sobre sus Mensajes, a orar y santificar nuestra vida por la conversión.

A acudir a su Aurora a fin de recibir de ella la Luz de la Gloria de Cristo que se manifiesta. Luz transfigurante que hace manifiesto nuestro “hombre nuevo”: “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, vosotros os manifestaréis también en gloria con Él”
(Col 3, 4).

Es necesario la participación de la Sabiduría que nos ofrece María para salir de la ciénaga que nos paraliza, de la oscuridad que cierra el camino, de la anemia del “hombre viejo” presa de desaliento y extravío.

La inoperancia de la Iglesia, de la cristiandad y de la humanidad es tan evidente, antigua y experimentada, que no requiere mayor demostración. Sí requiere humilde racionalidad, objetividad, y un profundo sacudón de nuestro irresponsable conformismo de derrotados y escépticos, deslumbrados por los “prodigios” de la astucia del demonio.

El rechazo a la Misión de la Virgen, el menoscabo de su lugar eminente en la Iglesia, el silencio de sus Palabras, debe concluir por una conversión a María.

Condición de la conversión a Cristo que es rechazado juntamente con Su Madre. No hay Cristo sin María, ni Iglesia sin María, ni Trono y Santuario de la Santísima Trinidad sin María, la Madre de Dios.

El Reino espera de nosotros una decisión. Los recursos nos los ofrece María, ésa es su Misión.



10/12/22 1:17 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.