25 años de renovación episcopal en Cataluña

Este lunes se cumplieron los 25 años del documento "Arrels cristianes de Catalunya", un escrito claramente nacionalista, muy comprensible con la línea de los obispos que entonces había por estas tierras, liderados por los arzobispos Narcis Jubany y Ramon Torrella. Todos formaban un bloque homogéneo excepto el entonces obispo de Tortosa, Don Ricardo Carles, que era el único no nacido en Cataluña, y que había mantenido su diócesis alejada del progresismo, entre otras cosas no enviando a sus seminaristas a estudiar a Barcelona. Es comprensible que no tuvo otro remedio que firmar para no quedar en evidencia con el resto de sus compañeros.

Ayer Artur Mas no superó la primera votación para ser investido presidente de la Generalitat, pero esto no es más que un trámite porque el convergente será el próximo mandatario catalán en muy pocos días. Finaliza así un periodo funesto de gobierno tripartito, donde además de la mala gestión gubernamental (castigada duramente por el electorado) ha sido un tiempo muy negativo para los valores cristianos en Cataluña. A pesar de ello n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach ha hecho verdaderos equilibrios malabarísticos para defender tímidamente la doctrina de la Iglesia sin molestar ni disgustar a nuestros hasta ahora gobernantes. Incluso nuestro arzobispo, sabiendo que ha sido "respetuoso" con el gobierno se ha permitido el lujo de pedir ayuda al tripartito en momentos delicados como cuando vino Su Santidad a Barcelona y por una horrenda planificación tuvo que pedir voluntarios al consejero comunista Joan Saura.
El domingo muchos sacerdotes y seglares vivimos en Solsona una gran jornada eclesial llena de alegría y esperanza. Vimos en Don Xavier Novell un claro representante de una nueva generación de obispos para Cataluña, con todas las cualidades para dar el salto generacional y pastoral que la Iglesia en nuestra tierra necesita, después de décadas de prelados dedicados mayoritariamente a complacer al clero progresista y al nacionalismo catalán dominante. Pienso que ya no hay marcha atrás, y como ya ha sucedido en las Vascongadas, ya no se pueden hacer más experimentos ni concesiones, hay que apostar fuerte por el cambio y por la ruptura definitiva con todo lo que nos ha llevado a la desolación eclesial en tierras vascas y catalanas.
La semana pasada dediqué mi artículo a Sor Caram y Sor Forcades, estas dos mediáticas religiosas catalanas, que no paran de aparecer en todos los medios e ir a todas partes (¿son de clausura?). Pues el circo sigue porque Sor Lucía Caram
Sor Teresa Forcades vuelve a la carga, le importa un pimiento el toque de atención que le dio S.E.R. el cardenal Frank Rodé por sus posturas contrarias a la fe católica, y se despacha a gusto en Alicante (ésta no para de viajar y eso que es monja de clausura) defendiendo públicamente que los homosexuales puedan adoptar hijos.