[DE] Capítulo 14: Las iglesias del Barroco
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Hacia la segunda mitad del siglo XVI empieza a desarrollarse en Roma un nuevo tipo de iglesia, cuya esencia planimétrica reside en la forma de aula a nave única, luminosísima, casi siempre cubierta de bóvedas, flanqueada por pequeñas capillas, casi escondidas tras enormes pilares divisorios y que concluye a la altura del presbiterio con una cúpula que deja de ser el motivo central como en las iglesias del Renacimiento, hacia la cual convergían todas las líneas del edificio, para pasar a ser casi la continuación de la bóveda de la nave.
En lugar de los juegos de perspectivas formados por las múltiples naves de la iglesia gótica o renacentista, el largo espacio de la única nave principal se abre como la gran aula central de las antiguas basílicas. Planimetría sugerida por razones tan prácticas como que todos y cada uno de los fieles pudiesen cómodamente ver el altar y participar de las funciones litúrgicas, así como satisfacer la necesidad de un gran espacio único para la predicación que después del concilio de Trento recibió un enorme impulso. Y si además se tiene en cuenta la progresiva tendencia de aquellos tiempos a la grandiosidad y a la riqueza en todo aquello relativo a funciones, pompas, ceremonias como reacción al protestantismo, se comprenderá como se popularizó el nuevo estilo artístico de manera que casi no se abandonó hasta las puertas del siglo XX.

Fachada de la iglesia del Gesù en Roma
(A) Los muñidores 
       
Siempre he pensado que el periodista Jordi Llisterri (foto de la izquierda) es un chico de pocas luces pero cada día que pasa me reafirmo más en mi opinión. Una de sus últimas hazañas es publicar una noticia en
Cuando en mi artículo de la semana pasada les hablaba del epíteto desdeñoso con que el obispo emérito Godayol había calificado a los sacerdotes jóvenes ("jovenets encarcarats") me olvidé de incluir en el elenco al obispo Novell. Ciertamente el prelado de Solsona tiene todos los números -no solo el factor edad- para incorporarse al pelotón de los encorsetados. Y como la inmensa mayoría de estos curas post-conciliares (estos lo son impepinablemente) cumple con creces los parámetros contrarios a la definición de Godayol: es audaz, dinámico, creativo y eficaz pastoral y socialmente. El aire fresco de Monseñor Novell en Solsona se está haciendo notar sin necesidad de forzar la máquina. No solo en su equipo de gobierno (véase la parte inferior de la foto en contraste con los tres de arriba del Forum Ondara de los que hablaré luego) sino en toda su actividad pastoral. En especial son tremendamente motivadoras las glosas semanales que publica en la Hoja dominical diocesana. Voy a traer a colación las dos últimas. 




