“Cataluña será cristiana o no será"
Rutas nuevas, un caminar audaz entre dificultades, con un único horizonte. |
Es posible que muchos piensen que este lema del gran obispo Torras y Bages, esculpido en la fachada de la abadía de Montserrat, y que condensa las ideas contenidas en su gran obra La tradició catalana, sea algo del pasado y meta utópica de nostálgicos de un orden sobrepasado.
La inmensa mayoría del nacionalprogresismo eclesial ha corregido al prelado vicense, pervirtiendo su intuición y al mismo tiempo tratando de adecuarla a sus tesis. Y así, donde Torras i Bages afirmó la subordinación de Cataluña al cristianismo, ellos afirman la subordinación del cristianismo a Cataluña, proclamando que La Iglesia en Cataluña será catalana, o no será.

Rutas nuevas, un caminar audaz entre dificultades, con un único horizonte.
Píxide de Pésaro s. IV

Este pasado domingo vi a n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach emocionarse en la basílica de la Sagrada Familia, algo que sinceramente me sorprendió, siempre he visto a nuestro pastor como un buen "botiguer" (tendero), con esa sonrisa del que quiere vender su producto desde la simpatía hacia el cliente, también como un verdadero burócrata de despacho alguien que rige una porción del pueblo de Dios como quien lo hace de una fábrica textil o de embutidos, pero esa faceta más humana hasta ahora la desconocía. Sus palabras al final de la celebración algo entrecortadas denotaban emoción interior, lo cual significa que el auto-homenaje que se montó le llegó al fondo del alma o que realmente nuestro arzobispo se está volviendo mayor (a sus ya cercanos 75 años) y todos hemos sido testigos de que personas inconmovibles y frías de carácter se emocionan y hasta lloran en su vejez. De hecho la fotografía que ilustra este artículo, tomada este domingo, bien refleja la imagen entrañable de "abuelito con niño".
Entre los fastos que ha preparado la diócesis desde la dedicación de la basílica de la Sagrada Familia, Sistach se organizó este domingo un homenaje pro domo sua con motivo de sus bodas de oro sacerdotales. Como el egocentrismo de nuestro cardenal no tiene parangón, enmascaró su propia celebración con el aniversario de la visita del papa Benedicto XVI. ¡Qué mas da que los cincuenta años se cumpliesen el 17 de septiembre! Nuestro arzobispo quería conmemorar su ordenación sacerdotal al mismo tiempo que se recordaba la consagración del templo por el Santo Padre, justo hace un año. En tal caso, el éxito de convocatoria estaba asegurado. ¡Pues, ni con esas! No llegaron a repartirse las 4.500 entradas gratuitas que puso la diócesis a disposición de sus feligreses. Los bancos posteriores de las naves laterales permanecieron ostensiblemente vacíos. Es la novena ocasión, en este 2011, que se celebra culto en el templo de Gaudí y es la primera en que no se llena. Todos los actos han sido presididos por Sistach, que ya se considera tan artífice de su creación como el genial arquitecto. Hasta se atreve a vaticinar que la obra se hallará totalmente finalizada en el año 2026, siendo su mayor ilusión que Dios le conceda vida para poder asistir a su inauguración, aunque sea como arzobispo emérito. 89 años no son un reto exagerado para tan magno acontecimiento.