Taltavull, un obispo sin báculo
El pasado día 8 de septiembre, fiesta de la natividad de Nuestra Señora (conocida popularmente en Cataluña, como “la festa de les marededeus trobades”) asistí a la misa que se celebraba en la parroquia barcelonesa de la Virgen de Núria, por la que siento especial devoción. Presidía la eucaristía nuestro obispo auxiliar. Pero -¡oh, sorpresa!- al iniciarse la procesión hacia el altar, observé que Taltavull iba sin báculo, ni mitra. Sus únicos símbolos episcopales eran el solideo y el pectoral, por fuera de la casulla. Raro, raro, raro. Ingenuo de mí, pensé que el auxiliar habría tenido algún despiste o algún problema de última hora y había comparecido con sus ornamentos a medias. ¡Qué va! He preguntado en alguna de las parroquias a las que ha asistido y todos me confirman que acude siempre sin báculo. Iluso que soy.
Dicen que Taltavull alega que se lo están arreglando en Menorca. Cierto es que es conocida como la isla de la calma, pero, realmente, me parece que desde el 21 de marzo en que fue consagrado obispo (obviamente con su báculo) hasta ahora, ha habido plazo más que suficiente para el ajuste del cayado.

El que no descubramos en la antigua liturgia romana ningún rito especial para la comunión de los fieles, no quiere decir que no encontremos huella alguna de ella en la liturgia de la misa. Aún en la actualidad se canta un versículo o antífona llamada “de comunión”. Es una pervivencia del canto estilado en la liturgia romana durante la comunión de los fieles.
El Sr. Cardenal, a través de una comunicación oficial, convoca a toda la Diócesis a un homenaje diocesano al obispo Carrera que tendrá lugar en el edificio del Seminario Diocesano el sábado 17 de octubre, bajo la ponencia del Vicario Episcopal Mn. Salvador Bacardit.
El zoológico jardín de Luisito de Hamelín
Mi segunda anécdota corresponde a otra parroquia en la que fui a hacer una suplencia en este verano en una misa diaria. En esta ocasión tuve la agradable sorpresa de encontrarme con una sacristana andaluza muy simpática y resalada. Rápidamente conectamos y nos echamos unas risas antes de iniciarse la celebración.




