Raíces de la pederastia en la Iglesia (1)
Entre el fundador del Opus Dei y el fundador de los Legionarios de Cristo

Tengan la valentía de mirar a la Iglesia cara a cara: empiezo por la cara buena. Hace pocas semanas veía un vídeo del fundador del Opus Dei. “Rezad por los sacerdotes -decía- que lo necesitamos muchísimo. Rezad por mí, porque yo soy capaz de cometer los mismos crímenes que cualquier otro hombre, y necesito vuestras oraciones y la gracia de Dios para ser un buen sacerdote”. Por supuesto que esa afirmación a mí no me pareció nada retórica. Yo también me considero capaz de cualquiera de los crímenes que están cometiendo hoy los sacerdotes. Por eso doy infinitas gracias a Dios porque habiéndome hecho pasar por el seminario, me libró del sacerdocio en esta época tan turbulenta. Yo podía haber sido uno de ellos. Por eso, junto a mi condena sin matices, tienen mi más profunda conmiseración. Miserere mei Dómine, miserere eorum!



Una muestra más del estado catatónico de la Iglesia diocesana de Barcelona es el silencio desconcertado y preocupante de Sistach y del nacional progresismo eclesial sobre las causas de la crisis económica. Mas chocante resulta cuando es el progresismo eclesial quien lleva décadas pretendiendo apropiarse de la imagen que solo eren ellos lo que se preocupan de “lo social”, pues los “carcas” solo hacen beneficencia. ¿Se acuerdan de esta “cantarella” (ritornello)?
Nos comentaba ayer mi buen amigo Oriolt la aparente neutralidad del episcopado catalán sobre el tema del recorte del Estatut y las reivindicaciones nacionalistas, una neutralidad frágil, porque todos sabemos que algunos de nuestros obispos, entre los que se encuentra n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach se sitúan en posturas claramente nacionalistas e incluso nuestro arzobispo se planteó seriamente la posibilidad de asistir a la manifestación.





