El Centre d'Estudis Conciliars y los resortes políticos de Sistach (1ª parte)


Ignasi Garcia Clavel (izquierda) y Josep Maria Carbonell (derecha)

Como conocen ya nuestros lectores, la página web www.catalunyareligio.cat es un tinglado informativo destinado a dar la imagen de normalidad cuando la Iglesia en Catalunya/Barcelona es regida por el “talante catalán” (eufemismo de nacional-progresismo). Una web financiada por la Generalitat de Catalunya con 25.000 euros anuales. La Generalitat jamás da nada a cambio de nada.

El propietario de dicha web es el Centre d’Estudis Conciliars , asociación creada ex profeso en 2009 por Ignasi Garcia Clavel (Barcelona, 1943). Garcia Clavel, junto con Josep Maria Carbonell i Abelló, el ahora presidente de la Fundació Joan Maragall, fueron los promotores de dicho portal web y son los dos presidentes de su Consejo Editorial.

Después de trasladarse desde la Gran Vía , el Cercle d’Estudis Conciliars (número 39090 de la sección primera del Registro de Asociaciones de la Generalitat de Catalunya) está domiciliado en la Avenida Gaudí , 13. 1r. 2ª de Barcelona, exactamente el mismo domicilio que el portal www.tribunacatalana.cat del antiguo fundador de Convergencia y hoy defenestrado Miquel Sellarés i Perelló.

Sellarés fue miembro de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) hasta 1990, año en que fue expulsado. Fue el primer director general de seguridad ciudadana de la Generalitat restaurada, y quien inició el despliegue de los Mossos d’Esquadra.

Ignasi García Clavel, militante de CDC, ha sido un alto cargo de la Generalitat de Jordi Pujol hasta que el Tripartito le envió a casa y se lo quedó Sistach. García Clavel fue gerente del Instituto Catalán de Servicios a la Juventud (1985-1990) y director general de Servicios Penitenciarios y Rehabilitación (Prisiones) (1990-1999) hasta que Núria de Gispert lo depuso por blando. Y es que a García Clavel, el iniciador de la política penitenciaria de la Generalitat (nuevas prisiones de Can Brians y de Quatre Camins…), se le escapaban los presos no por túneles excavados bajo tierra sino por el “arco del triunfo” de ciertos permisos penitenciarios otorgados con demasiada condescendencia.

La más sonada de las fugas fue la de “El Vaquilla”, el célebre delincuente José Moreno Cuenca. El sindicato de funcionarios de prisiones CATAC-Presons en su día acusó a García Clavel de dar "un trato de favor " al Vaquilla, que "no ha sido ni de largo, próximo al que se ofrece a la media del interno tipo de un centro penitenciario de Cataluña ".

Este mismo sindicato criticó la imagen “progresista” que se atribuía a García Clavel: “Este señor no mejoró la situación de los internos y a nosotros nos marginó. Era de CDC, amigo de Pujol y de misa dominical. Protegió a Planasdemunt, Estevill y De la Rosa en la cárcel. ¿Eso es progresismo? ”. Convergencia se pilló los dedos. Había puesto una dulce ovejita progre para vigilar la jaula de las panteras.  

De aquellos polvos vienen estos lodos

García Clavel se forjó en los ambientes de la zona alta de Barcelona que se relacionaban con los capuchinos más cercanos al socialismo catalanista high class . Aunque todos vivían en Sant Gervasi-Galvany, era algo distinto al “moll de l’os” (tuétano) convergente de los Pujol, Manent y compañía, que no estaba para coqueteos con el marxismo.

El mundo juvenil de Clavel era el de los Josep Maria Pinyol, Jaume Lorés, los Comín…, algunos retoños de los cuales acabarían por desembarcar en Ciutadans pel Canvi del PSC de Pasqual Maragall, otro personaje de este hábitat de la parte superior de la Diagonal. García Clavel, que había sido profesor de los hijos de Raimon Obiols, pertenecía a este mundo, como el generacionalmente más joven Josep María Carbonell, miembro de Ciutadans pel Canvi y ahora presidente de la Fundació Joan Maragall en substitución de Matabosch.

En sus años de juventud, García Clavel simultaneó su adscripción al cristianismo progresista con influencia marxista del personalismo de Mounier, con la preocupación siempre loable por los presos y su reinserción y los parados de larga duración y su reincorporación al mercado laboral. Una militancia no exenta de una cierta autoflagelación por gozar de una vida demasiado burguesa. Un trazo típico de la casa Sartre y su propensión patológica al puritanismo.

Josep M. PiñolPero la disquisición de tantos matices era una labor demasiado compleja para la práctica CDC pujoliana. García Clavel era un hombre de misa y de CDC y punto. Esto solo, ya servia. Frecuentaba los capuchinos y eso en la zona alta catalanista y de misa de Barcelona, siempre es un activo. Los más observadores sabían que era director de la revista Franciscalia , fundada por el P. Basili de Rubí, pero que desde que Josep Maria Pinyol i Font (foto de la izquierda) asumió la dirección en 1965, estaba totalmente desbocada hacia el progresismo. García Clavel era un discípulo de Pinyol, miembro de UDC y cofundador en 1961 de Estela , una de las editoriales que más hizo por introducir la teología cristiana progresista en Cataluña. García Clavel seguiría también a Pinyol en Acció Solidària Contra l’Atur , entidad creada en 1981 por el heterodoxo capuchino Joan Botam.

En el patronato de esta última asociación encontramos no sólo a García Clavel, sino también a Pilar Malla i Escofet, de Cristianisme Segle XXI y Ciutadans pel Canvi o a Josep Maria Guasch i Riudor también de Cristianisme Segle XXI , quien ya actuaba de letrado defensor en la manifestación de sacerdotes de 1966 de la Vía Layetana.

Con este currículum no es de extrañar que CDC recolocara a García Clavel como “uno de los nuestros” cerca del ámbito eclesial, así que después de facturado de prisiones y tras un pequeño paréntesis como Director de la Delegación Territorial en Barcelona de la Generalitat de Cataluña (¡que tiene su sede en Barcelona!), fue nombrado Director general d’Afers (Asuntos) Religiosos de la Generalitat (2000-2004). El primer responsable de Afers Religiosos en la Generalitat , la única comunidad autónoma con este negociado.

Eran otros tiempos. CiU vivía aún ensimismada en sí misma, librando batalla contra un humilde cardenal Ricard Maria Carles que se atrevía a ir por su cuenta. Nadie presagiaba la travesía del desierto que vendría con el Tripartito. Se descorchaba cava mientras se hacia política eclesial con visión “nacional” y se alimentaba al progresismo intelectual en todas las plataformas de cultura y en TV3. Tiempos en que García Clavel se rodeaba de personajes como el catedrático y sociólogo Joan Estruch, el autor de El Opus Dei y sus paradojas (1993) , defensores de cultivar la visión de que el catolicismo es una religión como otra cualquiera en Cataluña. Una manera como otra de relativizar el papel de la jerarquía católica como autoridad moral en Cataluña. Los juegos de “superioridad moral” del señor García Clavel se acabaron con la patada en el trasero de unos que aún relativizaban más el papel de los obispos, el Tripartido. Y mientras preparaba las maletas apareció el coche escoba.

Quinto Sertorius Crescens