La familia: Grandeza de la humanidad

“Quisiera recordar a todos, en especial a los gobernantes que se ocupan en dar un aspecto renovado al orden económico y social del mundo, que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad: «Pues el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social»” Benedicto XVI

La crisis económica ha señalado con claridad las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de nuestro modelo socioeconómico. Y uno de los factores que constituyen nuestra fortaleza, la cohesión entre sus miembros como pilar de salvación para muchos hombres y mujeres, es la familia. Una familia que se relaciona de manera similiar a la intimidad divina como nos recordaba Juan Pablo II: “Nuestro Dios, en su misterio más íntimo Dios no es una soledad sino una familia, puesto que lleva en Sí mismo paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor”.1


Y, hoy más que nunca, se necesita repensar la familia, no solo para “redescubrir con nuevas luces el don de ser seres estructuralmente familiares, de formar parte de una genealogía y de poder construir nuestras propias relaciones”2 , sino para mantenerse unida, ya que es el ámbito humano donde se vive con mayor intensidad la solidaridad y la estabilidad dentro de la sociedad. “Dios, que cuida de todos con paterna solicitud, ha querido que los hombres constituyan una sola familia y se traten entre sí con espíritu de hermanos”.3

La persona es un don , único e irrepetible, para sí misma, “el único ser en el Universo al que Dios ha amado por sí mismo”4 , capaz de brindarse a los demás, de ser para el otro, pues “sólo alcanza su plenitud en el don sincero de sí a los demás”.5

Nadie duda de que la institución familiar es, en estos momentos de urgencia económica, la que está soportando las consecuencias de la coyuntura económica. El lastre insostenible del desempleo que se agrava día a día en las familias, las deudas de luz, teléfono, gastos médicos,…; las hipotecas de los hijos casados, y con niños pequeños, llevan a que se movilicen todos sus recursos familiares para responder a las necesidades y evitar las imparables y arriesgadas consecuencias. “En estos momentos la familia hace una especie de colchón alrededor del que lo está pasando mal, no solo desde el punto de vista económico sino también desde el punto de vista afectivo. Si en casa se encuentra acogido y querido, lo pasa menos mal. ¿Toda la familia en paro? Es un momento muy bueno para que la familia haga piña y diga: «vamos a salir adelante», para vivir el optimismo, aunque hay que poner la definición adecuada. No es decir: «aquí no pasa nada», porque eso es mentira. Es que sabiendo que lo que pasa es muy grave, vamos a luchar con uñas y dientes para salir adelante. Eso es el optimismo. Veo familias que lo están pasando muy mal pero que son optimistas y sé que saldrán, no sé cuándo, pero saldrán, porque no se rinden. Una familia que no se rinde esa sale segurísimo”. 6

Un ejemplo de ello es la cantidad de personas desahuciadas de sus viviendas al no poder hacer frente a los pagos de las hipotecas a causa del paro y de la crisis económica. Hablamos de un incremento del 134,13 por ciento, según fuentes del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial de España (CGPJ), lo que supone no solo un conflicto social y un retroceso del estado del bienestar, sino un grave atentado a “la cohesión social y un crecimiento permanente de las desigualdades” 7

En cualquier caso, la familia no solo soporta, reduce y recompone los daños personales y económicos de sus miembros , sino que tiene el capital humano , la fortaleza estructural y los valores esenciales para poder continuar hacia adelante, para reemprender su actividad, en un corto o largo plazo, para afrontar el futuro con optimismo. Un optimismo, que ante la crisis económica que padecemos, vamos a necesitar en grandes dosis.

Valores esenciales, debilitados durante los años de opulencia, como son la solidaridad, la templanza, la justicia, la cooperación intergeneracional, la austeridad, el reforzamiento de lazos afectivos, el apoyo mutuo, la comprensión, o el valor del esfuerzo y el optimismo.

Puesto que “los aspectos de la crisis y sus soluciones, así como la posibilidad de un nuevo desarrollo futuro, están cada vez más interrelacionados, se implican recíprocamente, requieren nuevos esfuerzos de comprensión unitaria y una nueva síntesis humanista. Nos preocupa justamente la complejidad y gravedad de la situación económica actual, pero hemos de asumir con realismo, confianza y esperanza las nuevas responsabilidades que nos reclama la situación de un mundo que necesita una profunda renovación cultural y el redescubrimiento de valores de fondo sobre los cuales construir un futuro mejor. La crisis nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de compromiso, a apoyarnos en las experiencias positivas y a rechazar las negativas. De este modo, la crisis se convierte en ocasión de discernir y proyectar de un modo nuevo. Conviene afrontar las dificultades del presente en esta clave, de manera confiada más que resignada”.8

No obstante la solidaridad familiar no puede cubrir todas las situaciones de emergencia a las que se enfrenta. “Es necesario por ello estimular en todos la voluntad de participar en los esfuerzos comunes” Pero, “para que todos los ciudadanos se sientan impulsados a participar en la vida de los diferentes grupos que integran el cuerpo social, es necesario que encuentren en dichos grupos valores que los atraigan y los dispongan a ponerse al servicio de los demás. Se puede pensar con toda razón que el porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y razones para esperar”.9

Por ello, hay que destacar la presencia de Cáritas Española (Confederación oficial de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia Católica en España), instituida por la Conferencia Episcopal, con más de 65.000 voluntarios , cuya misión es promover el desarrollo integral de las personas y los pueblos, especialmente de los más pobres y excluidos(…) siendo testimonio de la fraternidad de la comunidad cristiana con todas las personas, en especial con las más empobrecidas y excluidas, optando por una sociedad más solidaria, justa y participativa.

Para ello, realizan proyectos de apoyo y promoción social a diversos grupos sociales en situación de precariedad y/o exclusión social, programas de formación, de empleo, proyectos de desarrollo, atención a emergencias y grandes conflictos, sensibilización y codesarrollo en coordinación con las Cáritas nacionales e internacionales.

También el el Banco de los Alimentos, “fundación benéfica privada, independiente y sin ánimo de lucro, que lucha contra la pobreza y el despilfarro por un mundo más justo. La misión del Banco de los Alimentos es recibir productos alimenticios excedentarios y repartirlos entre las entidades receptoras para que les hacen llegar a las personas necesitadas de nuestro entorno más cercano.

El movimiento de los Bancos de Alimentos (Food Bank) que se inició en Estados Unidos (Phoenix, Arizona) tuvo un desarrollo muy rápido, por ser una fórmula de bajo coste y de gran utilidad que da servicio inmediato a la sociedad, tanto a las empresas y distribuidores que derrocha como los necesitados.

Toda la acción del Banco de los Alimentos se basa en la gratuidad de los alimentos que recibimos y en su distribución justa a través de las entidades benéficas que atienden a los beneficiarios finales. Esto se lleva a cabo gracias al trabajo de más de 140 personas, la gran mayoría voluntarias.

La pobreza en Cataluña actualmente afecta al 20,4% de la población (según últimos datos del Instituto de Estadística de Cataluña), es decir, uno de cada cinco catalanes, casi un millón y medio de ciudadanos, se encuentran por debajo del umbral de la pobreza (viven con menos de 460 euros al mes). Estas personas sufren carencias alimenticias, es decir, que no tienen suficientes recursos para asegurarse una alimentación suficiente, equilibrada y adecuada.

Otro dato relevante es la tasa de paro, que se incrementó en un 300% entre diciembre de 2007 y diciembre de 2011. Barcelona atendió 114.836 beneficiarios a través de la red de entidades benéficas receptoras”.10

“No vaciles en hacer el bien a quien lo merece, cuando está en el poder de tu mano hacerlo.”11

En esta situación tan adversa y dramática en la que está inmersa la sociedad española, hay que destacar también las iniciativas particulares que la sociedad civil realiza. Su respuesta es extraordinaria y su compromiso es de gran magnitud. Muchos de ellos son conscientes de que son un pequeño parche necesario en este océano de desconsuelo, de dolor, de injusticias, de pobreza, de hambre, de soledad, de sufrimiento.

Pero la presencia activa de los ciudadanos tiene una fuerza insospechada cuando se agrupan en colectivos, plataformas, asociaciones, u otras modalidades con el objetivo de crear un mundo más justo y más libre, donde los hombres y mujeres de cualquier raza, lengua y condición social puedan vivir en paz.

Unos héroes anónimos, permitidme la licencia de llamarlos así, que se entregan al servicio de los demás, ahorrando sufrimientos y trabajando con valentía para paliar, en la medida de vuestras posibilidades, la escasez de alimentos, ropa, o cualquier otra necesidad, impregnando todos los rincones de la sociedad con alegría, optimismo y esperanza. En definitiva, en dar gratis lo que habéis recibido gratis recomponiendo corazones y paliando situaciones de miseria material, sanitaria y educativa allí donde sois más necesarios.

Las muestras de solidaridad del sector privado y de la sociedad civil, aun desbordados por la realidad, se multiplican cada día:

-Hoteles que reparten diariamente a los más necesitados los excedentes de comida que sus clientes no consumen
-Familias que regalan bolsas de comida a los más golpeados por la crisis,
-Grupos de vecinos que sustituyen el gasto de la cabalgata de Reyes de su barrio por 8.000 Kg. de lotes de comida para repartir
-Grupos de madres que preparan desayunos para niños que llegan al colegio sin haber comido nada desde la noche anterior
-Particulares que aportan comida y ropa a organizaciones como Caritas, Banco de Alimentos,…
-Voluntarios que aportan su tiempo en las distintas iniciativas sociales
-familias que prestan sus viviendas como alojamiento para los que se han quedado sin techo
-inmobiliaria que alquila viviendas a familias desahuciadas por un precio simbólico de 50 euros

Y, gracias a Dios, cada día que pasa la grandeza humana nos sorprende con muchas iniciativas más.

Iniciativas, todas ellas, que nos recuerdan que los seres humanos están creados para vivir en comunidad, para compartir, para generar a su alrededor un clima de solidaridad y confianza, y que son capaces de dar lo mejor de sí mismos en beneficio de los demás. Nuestra común necesidad de vivir en grupo- norma universal e inmutable inscrita en el corazón del hombre como base de los deberes y derechos fundamentales de la persona y, por tanto, de la sociedad -, nos posibilita a cuidarnos, protegernos y auxiliarnos. Para ello, debemos desarrollar nuestra inteligencia natural, nuestra voluntad y nuestros sentimientos, como seres sociales que somos y trabajar en común: en beneficio individual, en beneficio de la comunidad y en beneficio de la humanidad.

En fin, podríamos seguir repasando ejemplos de iniciativas solidarias. Gracias a Dios, las hay muchas y muy variadas. Y sin salir de nuestra ciudad.

Como decía la Madre Teresa de Calcuta, hay veces que sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar. Pero el mar sería menos si le faltara una gota.

El colibrí y la paloma
─Dime cuánto pesa un copo de nieve -preguntó un colibrí a una paloma.
─Nada -fue la respuesta.
─Si es así, he de contarte una historia -dijo el colibrí.
“Me posé en la rama de un pino, cerca de su tronco. Empezaba a nevar, no era nieve de una gran tempestad, era como un sueño sin ninguna herida ni violencia. Como no tenía nada que hacer empecé a contar los copos mientras caían sobre las ramas de mi tronco. El número exacto fue 1.141.952. Cuando cayó el siguiente copo (sin peso, como tú dices) la rama se rompió.”
Dicho esto, el colibrí levantó el vuelo.
La paloma, una autoridad en la materia desde los tiempos de Noé, se paró a reflexionar y, pasados unos minutos, se dijo:
─Quizá sea sólo necesaria la colaboración de una persona más para que la solidaridad se abra camino en el mundo.12

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1.JUAN PABLO II, Homilía, 28 de Enero de 1979 - México
2.Blanca Castilla de Cortázar, La familia y la fiesta, entre antropología y fe, 1 de Junio 2012, Milan
3.GS, 24
4.GS, 24
5.GS, 24
6.Entrevista a Leopoldo Abadía, Diario Sur, 13.11.11
7.Sebastián Mora, secretario general de Cáritas española, 22/02/2012
8.Benedicto XVI, Caritas in veritate n.21
9.GS, 31
10.Fundació Banc dels Aliments de Barcelona, Memoria anual 2011
11.Proverbios 3:57
12.Kurt Kaufer,Revista Jatun Sunqu, UNICEF

2 comentarios

  
Remedios Falaguera
Os deseo de todo corazón Paz y Felicidad. Que el 2013 sea un año mejor con el esfuerzo de todos.
22/12/12 6:48 AM
  
CRISTINA
Feliz Navidad también Reme para tí y toda tu familia.

Un abrazo
22/12/12 5:08 PM

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