Dedicación de la Basílica de Letrán
Rito extraodinario.
Las palabras de Jacob, ante la visión de Betel, proporcionan a la misa un canto de entrada de majestuosa belleza.
Introito
Gen 28,17 ; Salm 83, 2-3
Terribilis est locus iste: hic domus Dei est et porta cæli: et vocábitur aula Dei. (T.P. Allelúia, allelúia.) Ps. 83, 2-3. Quam dilécta tabernácula tua, Dómine virtútum! concupíscit et déficit ánima mea in átria Dómini. Glória Patri…
¡Cuán temible es este sitio! Ésta es la casa de Dios y la puerta del cielo; se la llamará la morada de Dios. (T.P. Aleluya, aleluya) S. ¡Cuán amables son tus moradas, Dios de los ejércitos! Mi alma, desfallecida, languidece por los atrios del Señor. Gloria al Padre.