Catequesis para discapacitados en Jaén
La catequesis en el proceso de la Iniciación Cristiana la retomamos al inicio de un nuevo curso pastoral, en el que es preciso ilusionarse, redescubrir la vocación, afianzar nuestra espiritualidad y saber que es el Señor quien nos invita al ejercicio catequético en nuestra comunidad parroquial.
Es la hora de la programación, de delimitar objetivos, medios y actividades a realizar. Es el momento de organizar los encuentros de catequistas con el sacerdote, la vivencia espiritual, la revisión de la vida de fe y de la tarea que realizamos. El equipo de catequistas, con el sacerdote a la cabeza, debe ser el motor que lleve adelante las tareas de la catequesis: conocimiento de la fe, iniciación a la celebración cristiana, a la vida moral y a la oración, y la educación sobre el valor comunitario y la inquietud misionera. Para ello es preciso utilizar los instrumentos necesarios para alcanzar los objetivos propuestos, entre ellos el catecismo como estructura orgánica, íntegra y sistemática que señala el camino a seguir para iniciar en la fe.
Pero no nos olvidemos que el mejor “instrumento” es el catequista, pues desde el conocimiento de la vida de los catequizandos, los acompaña en la fe con el testimonio de su vida, para hacer de ellos unos cristianos maduros que conozcan lo que creen, lo celebren, lo vivan y lo oren. Todo esto con la paciencia del maestro.
Este curso pastoral lleva parejo el ser un año dedicado a los sacerdotes, por ello hay que crear espacios para la reflexión, la celebración y la oración entorno al mismo. Debe ser una oportunidad para querer más a nuestros sacerdotes, rezar por ellos y hacer posible que la catequesis pueda ayudar a sembrar la inquietud vocacional en los niños y en los jóvenes.
Una de las ofertas novedosas este curso es que quieren se consolide un grupo de trabajo orientado a niños con discapacidad psíquica, que comienzan la catequesis de iniciación cristiana, es decir, que cursan primero y segundo de primaria.
El abanico de disparidades psíquicas es muy amplio, por esto en la delegación de catequesis creen que es necesario tratar a cada caso de manera personalizada. Con esta premisa se ha constituido un equipo diocesano de apoyo que tendrá la tarea de adaptar los contenidos y los procesos catequéticos a cada niño con su discapacidad, orientar y formar a los catequistas de estos niños, e iluminar a los párrocos en cada caso.
Se están dando pasos en este sentido con reuniones del equipo con sacerdotes y padres de niños discapacitados, que entra en acción en estos días de comienzo del curso de la catequesis en toda la diócesis.
Tomás de la Torre Lendínez
