Desde un agnóstico y un protestante a un ateo confeso
Vamos para abajo a marchas forzadas. Teniamos un agnóstico y un protestante. Ahora nos cuelan un ateo confeso. Los anteriores no daban la talla para una Iglesia de España, es decir los obispos de este país, que fueron llevados a Roma, desde donde vino el Secretario de Estado para dialogar con un gobierno y una monarquía enfadada con el agnóstico y el protestante.
Las fuerzas políticas centrales y las períféricas, unidas a los obispos respectivos no renovaron el contrato al agóstico y al protestante. Todos estaban tan contentos, tanto la derecha como la izquierza, como los nacionalistas: hemos quitado las moscas coperas.
Ahora cuelan un ateo confeso y todos a aplaudir la decisión. !Menuda decisión empresarial para una entidad que es católica y tiene un ideario integrado en el humanismo cristiano¡.
Ahora ningún obispo sale a cortar la colaboración de este señor ateo confeso.
¿Dónde está el sentido de la responsabilidad empresarial del director general de la empresa radiofónica?, ¿dónde están las promesas de ser la Cope de siempre porque es mucha Cope?.
Me da lástima la derivación que ha tomado la Cope. Siento pena como cristiano y sacerdote. Desde aquí reclamo una decisión de quien corresponda: Conferencia Episcopal, Comité Ejecutivo, Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social….
La Iglesia de España no se merece un ateo confeso esté en un micrófono de Cope.
Desde ahora, al lunes muchos oyentes se irán a otras tierras de más libertad, menos fariseísmo y habitadas por gente más sensata y mejores empresas.
Tomás de la Torre Lendínez