La defensa de la educación católica (II)
Hace algunas semanas publiqué la primera parte de las reflexiones al hilo de las palabras del Cardenal Robert Sarah en Madrid sobre la educación en la misión de la Iglesia. Presento ahora la segunda parte, aunque con un poco de retraso.
5. El mundo contra la educación católica

Con la llegada del llamado Siglo de las Luces creció el interés por la extensión de la educación dentro de los poderes seculares pero, simultáneamente, apareció el movimiento que buscaba excluir la fe, especialmente la católica, del ámbito educativo. De todos es sabido que las principales figuras de la Ilustración destacaron por su anticlericalismo, especialmente los llamados enciclopedistas. Sin embargo, los ilustrados, con su concepto reduccionista y exclusivista de cultura, no llegaron a crear una estructura educativa que pudiera competir con la actividad de la Iglesia en este campo.

Hace unos días pude asistir a la
Del tema del
Algunos pueden preguntarse cómo es posible que, ante la decisión de un gobierno de profanar el cadáver de un católico en un acto groseramente totalitario, la postura oficial de la Conferencia Episcopal Española (que no de la Iglesia) sea la de «
William Ralph Inge, un sacerdote anglicano y escritor prolífico, dejó una frase que ha sido utilizada por muchos otros autores: «quien se casa con el espíritu de esta época, se verá viudo en la siguiente». Este vicio de tomar como permanentes cosas que se deben a circunstancias cambiantes siempre ha estado presente, pero resulta especialmente absurdo en la actualidad, cuando los cambios sociales y culturales suceden a la velocidad del rayo, por más que muchos de ellos sigan un camino fácil de ver a posteriori. Creo que hoy en día debería resultar evidente que en la Iglesia hemos caído de lleno en este error, a pesar de que cueste tanto reconocerlo.







