¡Ha salido el Sol!
Jesús mío, querido Jesús, mi amado.
Te quiero mucho, lo sabes? Ahorita mismo, que es de madrugada y que, aunque dormí suficiente, no he dormido bien y me he levantado cansada, me pongo a pensar en ti y, no se si es el corazón o es el alma, pero algo en mi pecho se hace un colocho y me estruja el corazón. Mira nada más, estoy llorando.