Por todas partes se escucha: ¡El Catecismo, el Catecismo!
Traigo el tema a colación ya que muchas veces me pasa que “ando como en Babia": oigo sin escuchar y veo sin mirar, por lo que se me ocurrió que podría estarnos pasando lo mismo con lo que por todas partes el Papa menciona que para este Año de la Fe nos concentraremos en el Catecismo.

Ayer fue un día fenomenal!
He leído la noticia sobre el Cardenal Schönborn y tal parece que lo que propone resulta novedoso y que, por lo mismo, ha provocado en unos regocijo y en otros estupor.
Claro que nuestra Iglesia y sus miembros nos hemos convertido en personas difíciles de comprender. Lo somos ahora más que antes y en gran medida debido a que vivimos nuestra fe pendiendo en el vacío que es la separación que hemos establecido entre lo visible y lo invisible y en la cual se le hace a la fe imposible sobrevivir. Sobrevivirán, quizá y estaría por verse, nuestras ideas, pero no la fe.
Solo por si un acaso, padrecito, resultara que paga usted un estudio sociológico-antropológico que concluye que todos aquellos que deseamos tomar la comunión de rodillas y en la boca, aparte de nuestras particularidades no tan fáciles de sobrellevar, no obstante, resultáramos ser de los “católicos esos” que busca usted llegar a tener “algún día” en su parroquia, es decir, católicos con una magnífica relación con el Señor, fieles, con buena formación catequética, obedientes, colaboradores… Si por un acaso resultara que ese estudio arroja esa conclusión se decidiría usted a colocar finalmente reclinatorios para comulgar?





