Las misas para niños
Ayer domingo equivoqué el horario de misas del templo al que asisto y debí salir corriendo para otro lugar para poder escuchar la misa completa. Cuando llegué, por la música y la concurrencia, caí en la cuenta de que se trataba de una “misa para niños”.

Novedades, novedades, una tras otra, pequeñas novedades.
Hoy desperté pensado, un poco apesadumbrada, en que ya no me gusta tanto el que nos digamos la gente más feliz del mundo porque no es cierto, bueno quizá lo somos, pero esa felicidad -al menos en un 50% es falsa- o no digamos falsa pero debo admitir que es ese tipo de felicidad producto de la inmadurez y superficialidad de personas que nunca se han tomado ni se tomarán la vida en serio.





