En la Iglesia (no) escuchamos
“Saber escuchar, o escucha activa, es la habilidad de prestar atención a lo que dice otra persona, comprendiendo no solo las palabras, sino también las emociones y perspectivas subyacentes. Implica un interés genuino por lo que se comunica, y va más allá de oír; es un proceso activo de interpretación y respuesta”. (Resultado búsqueda en Google)
Si bien lo anterior es el resultado de una búsqueda en Google, podemos confiar que –al menos- aparentemente y en lo fundamental, es una respuesta confiable.
Google, además, describe los beneficios de la escucha activa y cómo desarrollarla.
Esta descripción general de la escucha activa carece del aspecto de antropología cristiana como sería, para empezar, que a todos nos ha creado Dios con dignidad humana. A partir de lo fundamental, es que cualquier bautizado tendría que proponerse escuchar, pero no sucede y es por la soberbia.
Y digo que es por soberbia porque la humildad hace lo contrario, para empezar, la humildad, escucha. No sería humildad si no lo hiciera.
Ahora bien, me fui a investigar este asunto de “la escucha” porque, tras la muerte de papa Francisco, sigo “escuchando” sobre el asunto de la sinodalidad o lo que es lo mismo: el “saber escuchar” que, sin duda, necesitamos aprender en la Iglesia.
Durante esos años de preparación para el sínodo sobre sinodalidad estuve esforzándome en escuchar, lo que más esfuerzo requirió fue en “el interés” que el tema despertaba ya que era nulo. Puse mucha atención durante las sesiones on line previas entre laicos y consagrados latinoamericanos, mucha, pero debo decir que no entendí nada, parecían estar hablando en idioma extraño. Lo que más llamaba mi atención es que los participantes parecían entender lo que se decía y alababan las presentaciones que para mí fueron excesivamente largas, ininteligibles y aburridas. Podría ser que no entendía porque no me interesaba, eso también, pero lo dudo ya que, en verdad quería conocer la iniciativa del papa Francisco. No lo logré.
Mi deseo de comprensión fue sincero ya que me doy cuenta que éLo he padecido siempre. Si, se sufre por la falta de escucha al punto que uno termina adaptándose a la impositiva soberbia de algunos fieles y consagrados, presbíteros u obispos.
La jerarquía tendría que marcar alguna diferencia? Si, pero no es la norma.
No estoy diciendo que no hay humildad en los obispos, la hay pero, lo que no encuentro son destrezas comunicativas que involucren un auténtico interés sobre lo que se está diciendo, que hagan preguntas (a mi, que he sido lo revuelca albóndigas que he sido, nunca, ningún obispo nada me preguntó), eviten juzgar y procuren validar lo expresado.
Es posible darse cuenta que “escuchan” con sincero corazón pero no hay forma de saber qué sucede en su interior con lo que se dice. Cada palabra parece caer como cuerpo inerte en un agujero negro.
Uno sabe, por personas como el padre Pío, que a las autoridades se les dificulta escuchar y, con ello el santo aprendió a vivir. No veo por qué no habríamos de hacerlo nosotros con ayuda de Dios? Aprender a sobrellevar la cruz que son algunos obispos a los que se ama muchísimo.
Puede uno, por gracia y con humildad amarlos, sobrellevar sus personas como una cruz, pero también, por gracia, puede uno ejercitar con ellos las obras de misericordia. Yo, por ejemplo, las ejercito por medio de este blog y, ocasionalmente, en persona.
Sobre este tema tendré que hablar un poco más en futuros articulitos, con ayuda de Dios.
Dedicado a los obispos de mi país a los que tanto quiero y, particularmente, aquellos con los que he cruzado palabra. Ellos saben de quienes hablo.
El Señor los conserve en su gracia.
8 comentarios
Los Clérigos NUNCA quieren que se les diga, señale, corrija o sugiera NADA.
Y otra cosa a la que también le pongo un NUNCA, es que NUNCA he escuchado a NINGUN clérigo, pedir disculpas a nadie, por haberlo maltratado o por haberse equivocado.
Afirmo lo anterior con conocimiento de causa: durante muchos años serví de cerca en diversas parroquias y a diferentes sacerdotes.
2 de Julio: Solemnidad de Santa María, SIEMPRE VIRGEN.
"Una Virgen creyó,
una Virgen concibió,
una Virgen dio a luz
y Virgen permaneció"
( San Agustín)
Tal como hay muchos ritos orientales...
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Estimado comentarista
Quizá usted disfrute de elección en su diócesis pero no es conducta generalizada
Es la razón por la que se sigue mencionando el tema.
Estaré muy agradecida si para la próxima vez no hace trampa dejando comentarios donde no corresponde.
Ciertamente la batalla litúrgica Novus Ordo contra Vetus Ordo, es batalla gratuita, que produce más regodeo en el infierno que frutos edificantes en la Jerarquía y en los fieles, por la "hemiplejia" moral de oponer dos formas de celebración, que destacando cada una algunos aspectos del Misterio, se enriquecen mutuamente.
Personalmente tuve la fortuna de asistir y acolitar desde niño muy frecuentemente en los años 60, 70, 80, 90, 00, 10, 20, a Misas Vetus Ordo, enriqueciéndome en ellas de expresiones rituales que resaltan "el Sacrificio de Cristo", el sentido de "pueblo que peregrina" hacia "nuestro Oriente, Jesús", etc. que, ciertamente son aspectos que el Novus Ordo mantiene (siempre que se celebra como la Iglesia manda) aunque resalte más los aspectos de "Cena Pascual" y "Asamblea" que curiosamente quiere decir "Ecclesia",
¿Porqué hacer oposición entre ambas formas? Mi experiencia es de "Complementariedad entre ambas", y que la batalla litúrgica esta, me parece de lo más gratuito, innecesario y "hemipléjico" y gili...puertesco.
Personalmente me gusta más el Vetus Ordo.
Pero ni siquiera el Vetus Ordo es capaz de expresar todo el Misterio.
Ni siquiera la "suma" de los Veinticuatro Ritos litúrgicos válidos en la Iglesia lo llegan a aprehender.
Pero lo que menos expresa el Misterio, es "hacerse guerra" entre Vetus y Novus Ordines.
Lo que sí merece "guerra" es el "des-orden" conque muchos liturgüelos, se creen con derecho a imponer su "creatividad", a la Norma establecida por la Iglesia asistida por el Espíritu Santo, lo cual muestra su "creatividad" a-normal y siempre sub-normal.
He tenido oportunidad de asistir a Misa en otros ritos que destacan detalles enriquecedores, p.e. el Rito Mozárabe, mantiene una palabra griega más que el Rito Romano: «Hagios»: «Santo», y el Paternoster lo recita sólo el sacerdote, haciendo una pausa en cada una de las siete peticiones, para que el pueblo conteste un «Amen» en cada una de ellas.
He asistido también a Misas de Rito Ucraniano, sin enterarme apenas de nada, salvo las continuas signaciones trinitarias con los dedos pulgar, índice y corazón unidos (sentido trinitario) y el anular y meñique unidos pero separados de los otros significando las dos naturalezas de Cristo.
Misas impresionantes las celebradas en ritos grecocatólicos con un impresionnante iconostasio entre el altar y el pueblo, en que destaca el sentido de Misterio...
En fin, que si son 24 los ritos autorizados por la Iglesia, cada quincena de cada mes, me encantaría asistir a Misa a cada uno de esos ritos... si posible fuera.
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Estimado comentarista
Me parece una muy grande falta de respeto hacer trampa.
Vigile esa necesidad tan grande de dejar dicho lo que piensa.
Que yo, teniendo un blog, ni siquiera la tengo.
Lo que usted ha dicho es digno de escuchar si alguien le hubiera preguntado.
No es el caso.
Gracias
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Giancarlo
El artículo lo escribí para darme oportunidad de ser escuchada.Ya habrá oportunidad de ceder a los comentaristas la palabra.
Tiene toda la razón. Fui, he sido indiscreto.
Gracias por su corrección, me vigilaré en adelante.
Cordialmente.
Javier. (javidaba)
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