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20.11.19

De cuando rezo el rosario (VII) Una pregunta

Al padre espiritual «fiadle con mucha seguridad vuestro corazón, y no escondáis cosa de él, buena ni mala» (S. Juan de Ávila, AF 55,5672).

Aunque lo he buscado, no he sido regalada con un director espiritual por lo que, de vez en vez, me comunico con un santo sacerdote que, muy sensatamente me responde lo que puede ya que a la distancia y sin conocer lo suficiente, sería irresponsable decir algo más.

El caso es que sin director espiritual mucho debo fiarme de la gracia y del discernimiento que me procura el Espíritu Santo.

Así es como escribo al sacerdote pidiendo orientación, aunque casi nunca le envío el correo ya que al terminar de escribir, he obtenido la respuesta.

Padre, haré una pregunta al final de lo siguiente:

Resulta que (solo a veces) sucede que cuando estoy en la parte en que encomiendo a personas y situaciones en el rosario, solo mencionar el nombre de, por ejemplo, el papa o de los enfermos o así, se me viene una angustia y dolor inmensos como si las acciones o situación de aquella persona me laceraran física y moralmente. Me pasa también que, de la nada, me viene un dolor grande por mis pecados aunque estén confesados.

Veo mi alma tan o más herida que la de aquellos que veo o me hacen sufrir y advierto que gran obra ha hecho Dios en mí y el mucho bien que ha sido consagrarme a María ya que en muchos aspectos, en muy poco tiempo, soy como otra persona. Me viene gratitud y paz. Una gran certeza de saberme moldeada con sumo amor y delicadeza. Una gran necesidad de amar a Jesús muchísimo aunque, con dolor, sepa que por mí misma no podré jamás.

El caso es que ayer la angustia fue grande al punto que, por un momento, me faltó el aire.

Me preocupa sea solo histerismo pero como de inmediato pido al Espíritu Santo que aquello no me enferme, me viene tranquilidad y sufro sin síntomas físicos, solo morales. 

Pero es raro, y me pasa los martes y viernes, antes de que advierta que corresponden los misterios dolorosos.

Así es como me digo que, si aquél dolor no fuera nada más mi locura sino un medio que me procuran para unirme voluntariamente al de Jesús, pues, que mejor los recibo y ofrezco al Padre a quien, de todas formas, tengo confiada mi alma. 

Hago bien tomándolo así?

Gracias.

El padre Iraburu ha escrito respecto del director espiritual.
Les dejo un par de ejemplos que he descubierto justo hoy. 

La dirección espiritual o acompañamiento espiritual 1

La dirección espiritual o acompañamiento espiritual 2

San Benito enseña que el hombre justo, el que vive en la Tienda del Señor y descansa en su Monte Santo, es «aquél que, cuando el Malo, que es el diablo, le sugiere alguna cosa, inmediatamente rechaza lejos de su corazón a él y a su sugerencia, los reduce a la nada y, agarrando sus pensamientos, los estrella contra Cristo» (Prólogo Regla 28). Pues bien, muchas veces, manifestar con humildad el propio corazón al superior o al director es precisamente eso: agarrar nuestros pensamientos y estrellarlos contra Cristo. Basta con eso frecuentemente para que la tentación sea vencida, para que se suelten los nudos de la angustia o de la tentación, para que se disipen los logismoi obsesivos. Y sólo entonces se hace en el alma ese silencio interior necesario para que en ella resuene con poderosa dulzura la voz del Verbo encarnado

J. M. Iraburu.

18.11.19

Pacto Educativo Mundial | No parece correcto entrar en complicidad

Durante mucho tiempo pensé que se malinterpretaba al papa Francisco. Perdí amigos por esa razón. Sin embargo, tuve que enfrentarme a los hechos porque ya no podía justificarlo ni un minuto más.

Me explico con el ejemplo que proporciona el audio del video:

Para ser entendido por todos, parecer acogedor y preocupado por el ser humano, era necesario excluir de su discurso a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo? Necesitaba ni siquiera mencionar a María Santísima o la obra de Redención? O, ni por asomo mencionar que la raíz de todo mal es el pecado y que solo la gracia puede ejercer un cambio?
No mencionar nada de lo anterior acaso no es, a la vez, un mensaje engañoso a los invitados?. No es un mensaje ambiguo también para los católicos ya que nos deja sin entender para qué pretende convertirse en líder educativo mundial junto a un montón de líderes que no les interesa, poco o nada entienden lo que Cristo predica? Es que, acaso pretende convencerlos solo con la fuerza de sus palabras? Y qué de la fuerza de la Palabra de Dios?

Al papa no lo malinterpretamos ya que, como una y otra vez sucede, los hechos quedan ante nuestras narices y, si fuera que lo hacemos (no somos perfectos), no sería por causa de no hablar con claridad y mostrar abiertamente sus intenciones? O es que, acaso, apenas ahora nos venimos a enterar que Cristo se hizo uno de nosotros para fomentar un “nuevo humanismo” que ha de ser promovido por el papa mediante un Pacto Mundial en la Educación? 
Es un hecho que, en asuntos de fe y moral, este papado se caracteriza por su ambiguedad por lo que, muy a mi pesar, hace varios años tuve que admitir que no me sirve para conocer el camino al cielo.
Hace mucho tiempo no sigo al papa, prefiero seguir a María Santísima, a los santos, a otros papas, a los Padres de la Iglesia, la Sagrada Escritura, el Catecismo a otras santas personas y enseñanzas que muestran a Cristo de forma diáfana. 
No parece razonable seguir a un papa que se muestra agradable al mundo y que a la vez provoca confusión y división entre sus ovejas sin nunca dejarles nada en claro.
Salir junto al pastor a la periferia? Por supuesto! Pero guiados por uno que ofrezca muestras claras de conocer el camino de regreso a casa. 
Nunca diré que papa Francisco no es el papa legítimo y el único que tenemos, nunca recomendaré nada que no sea serle fiel a Cristo en su Iglesia. Diré que amo al papa (porque es verdad), también que oro a diario por el y, además, que defendería su vida si corriera peligro pero no diré nada más a su favor ya que, sencillamente, no parece correcto entrar en complicidad.  

Es como me sucedió con la política: tuve que abandonarla porque la fundadora y lider el partido nunca quiso responderme directa y claramente si está o no a favor del aborto. Actuar con integridad, me dicen que se llama. Dicen, además, que es algo poco común. 

“Mirad siempre al fin de todo, y podréis poner en vuestra vida presente los medios más verdaderos y útiles, más buenos y bellos, para llegar a ese fin. Cuanto más miréis al cielo, más lucidez y fuerza tendréis para transformar el mundo presente” Santo Cura de Ars

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Recomiendo decir diariamente la Oración por el Papa Francisco de Fray Nelson Medina 

12.11.19

De cuando rezo el rosario (VI) La hora de la siesta

«No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí” Juan 14, 1

A veces, me sorprende la hora del rosario siendo que no he terminado mis deberes o apenas los voy terminando por lo que, la primera reacción es no rezarlo hasta que termine o no hacerlo del todo; sin embargo, gracias al Espíritu Santo (estoy convencida que es su impulso y no el mío), rapidamente termino o dejo de hacer para rezarlo.

Cuando me llega la hora tan a la carrera, a veces, me resulta violento tranquilizarme para rezarlo bien; sin embargo, muchas otras sucede que –casi de inmediato- con solo fijar mi atención en María, el Espíritu Santo me coloca en el “modo madre e hija”.

Es cuando me digo que, realmente, es grandioso el amor de Dios Padre por nosotros. La manera tan elegante, firme, viril y también sutil con que nos arrebata del diario trajín para que nos encontremos es como la de un enamorado que un día cualquiera se llega ante su amada con un ramo de sus flores preferidas.

Uno podría pensar que llegar a la hora al rosario es cosa nuestra pero no, es cosa del Espíritu de Dios que nos conduce hasta María, ramillete en mano, con deseos de conversar de tanta cosa que nos ocupa el alma. Sí, rezar el rosario es también cuidar del alma, tan excepcional, bella y grande como la hizo Dios.

Pues, les decía que la hora del rosario, a veces, me toma por sorpresa que siempre termina en un momento de gracia el que, por cierto, mucho me recuerda la hora de la siesta.

Saben? Si ha existido un lugar seguro, fácil y rápido para mi para saberme amada ha sido echada junto a la abuela a la hora de la siesta.

A veces, me llamaba o yo me iba; según fuera, igual era el momento de echarnos en brazos, una de la otra.  

De pequeña, ya que trabajaba, las siestas del fin de semana de mamá eran intocables; sin embargo, cuando abuela se fue y mamá dejó de trabajar retomó conmigo la dicha de tan bella costumbre que de niña tenía con su madre: hacer juntas la siesta. 

Supongo que conmigo la costumbre morirá pero no así el recuerdo que ahora me sirve para comparar el bien que hace al alma dejarse llevar por el Espíritu de Dios hasta María a la hora del rosario; un bien que no se queda en nosotros sino que es administrado por la Madre a favor de quien más lo necesita. 

Mucha confusión, mentira y muerte ha existido siempre, mucha las hay en nuestros días pero, desde hace ya tiempo dijo Jesús: «No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí [ ] Ya conocen el camino del lugar adonde voy: Yo soy el Camino [ ] Soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”

No existe lugar más seguro, rápido y fácil para llegar a Jesús que con María a la hora de la siesta; que es como decir, a la hora del rosario.

9.11.19

De cuando rezo el rosario (V) Cara de cireneo...

Ayer,  antes de rezar el rosario recibí por whatsapp una tarjetita preciosa invitándome a una jornada de oración por una exitosa joven que está con leucemia.

Aunque no lo crean, sentí envidia; la sentí por unos segundos y, de seguido, pasé a sentirme profundamente avergonzada porque no fue por la enfermedad sino por la atención que recibía la joven de familiares, amigos y conocidos.  

El ego se me partió en dos. Tremendo, fue como que le pasaran cuchillo de arriba abajo.

No quise darle ni un minuto de mi tiempo por lo que me senté en mi sillita a rezar y, de paso, pedir perdón a Dios por los miserables pensamientos de que soy capaz.  

“La conmiseración –pensé- es una tremenda desgracia. Hay que huir de ella de inmediato".

He venido pensando que esto de verse sumamente saludable pero estar hecha un alfiletero por dentro no ayuda para nada a edificar el ego; al contrario, es fuente permanente de humillación.

Viene a ser como la que sufrió el cireneo cuando fue elegido de entre la multitud para cargar la cruz.

Puedo imaginar al hombre pensado: - “Caray! Por qué yo? Solo iba pasando por aquí y, ni siquiera conozco a este hombre! Por qué me ponen a cargar con culpas que no me corresponden?. A mí, con lo que me ha costado construir una reputación! Yo, compartir la vergüenza y el dolor de un sentenciado a muerte? Qué clase de legado dejaré a mis hijos? Cómo me recordarán mis amigos y conocidos? Pues, nada, me recordarán como el que cargó la cruz de un condenado! Eso es todo. Ese seré yo cuando muera”.

Y, no es cuento que así fue, al día de hoy casi nadie recuerda cómo se llamaba el hombre (se llamaba Simón) solo recordamos que era de Cirene y que fue arrebatado fuera de la multitud para cargar la cruz.

Pues, si, al igual que el cireneo yo solo pasaba por aquí muy segura de que, ante Dios, cumplía con mi deber pero no, resulta que, sin preguntar siquiera, me ponen a los hombros esta cruz que no solo pesa y duele sino que muchas veces me hace tropezar, caer rostro en tierra gimiendo de dolor y, encima, debo hacerlo sin una multitud que atestiguará el hecho sino en silencio y sola. Humillada, adolorida y sola.

Sí, ayer, por ser viernes, cargaba yo con los pesados misteriosos dolorosos de esta manera; sin darme cuenta qué gran cosa para mí ha sido que me vieran cara de cireneo.  

Simón, tras poco de haber andado con Jesús, ha de haber obtenido la certeza de que no podría existir mejor momento y lugar para estar presente.  

1.11.19

De cuando rezo el rosario (IV) Tanta cosa nueva...

De cuando rezo el rosario voy notando, no solo que cada vez tengo mayor sed de rezarlo sino de rezarlo bien; para empezar, sin quedarme dormida al segundo misterio, cosa que me ha venido pasando durante los primeros dos años de mi consagración a María. Por eso lo estoy rezando más temprano, un par de horas antes de caer la tarde. Antes de caer rendida por el ajetreo. 
No quedarnos dormidos es un pequeño ejemplo del cambio que Nuestra Señora nos alcanza con la gracia de Dios.
Algunos cambios llegan a ser perceptibles a largo plazo y otros, casi de inmediato, como la necesidad imperiosa de rezarlo y, además, de hacerlo como un servicio a las almas que están al cuidado de María quien las ama mucho más y mejor que yo.
El caso es que, termina uno amando a esas almas, doliéndose (con dolor de muerte), alegrándose y consolándose por lo que son, llegan, pueden o se niegan llegar a ser.  
Es como si, por ese rato en el que rezas, el corazón no te perteneciera, como si los sentimientos y pensamientos que produce, te los estuvieran prestando; lo notas porque son intensos, verdaderos, profundos; como que brotan de una fuente inagotable, que se  prolonga, alcanzando más allá del tiempo, a todas las almas y, además, se queda contigo en la medida en que cabe en tu corazón. 
Supongo que son como los sentimientos y pensamientos que llega a tener un servidor que comprende que el sentido de su existencia, su vocación, es colaborar en lo poco para que los deseos y necesidades de su rey, su reinado, sea haga realidad y perdure para el bienestar de todos. Los sentimientos y pensamientos de un servidor que ama y confía en su rey.
De meditar en estas cosas es que, a la vez, vengo a darme cuenta que, como consecuencia de rezar el rosario y de pedir al Señor humildad y docilidad como las suyas, observo que, al final de cuentas, lo que pido es semejarme a María y lo va logrando porque, apenas sin notarlo, me veo diciendo mi propio Fiat a diario, en cualquier lugar, por cualquier motivo, todo lo que sucede se transforma en el momento de la Anunciación. 

Sí, sí, si… una y otra vez a lo largo del día:-  “Sí!. Hágase tu voluntad! Hágase la tuya y no la mía!”
Tal como María en la Anunciación.
Un “Si” con tal poder que, al ser dicho, cambia a quien lo dice y afecta a por quien se ofrece.
Un “Sí” que, por haber sido dicho por la Llena de Gracia, contiene el poder que reinicia la Historia de Salvación. 

Como les digo, de cuando rezo el rosario, vengo a notar tanta cosa nueva en mí…  

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Como hoy es la Fiesta de Todos los Santos aprovecho para decir que no temamos ser santos ya que el mérito nunca será nuestro sino de la gracia de Dios. Y mucho menos hemos de temer siendo que nos ponen la santidad en bandeja de plata con tanto sufrimiento al que nos venimos enfrentando con total y absoluta impotencia.

Deo omnis gloria!