De cuando rezo el rosario (IX) María con la Iglesia en brazos

De un tiempo acá estoy pintando.

Lo estuve haciendo como pasatiempo durante los años que cuidé de papá pero lo abandoné; luego, cuando me puse a hacer cup cakes para vender, un amigo español llamado Joaquín de profesión chef  que vive en mi país, viendo mis trabajo un día me dijo: “Y, tú, pintando así vas a dedicarte a hacer quequitos?”

De ahí, que hoy en día, estoy pintando. Los quequitos solo para darme un gusto una vez por mes.

De lo último que estoy pintando es una Sagrada Familia; nunca he pintado arte religioso ni tampoco considero que mi estilo de pintura se preste a ello, sin embargo, me atreví y –ciertamente- me está costando mucho en comparación con lo rápido que salen otros cuadros. En este he tardado tanto que un día, riéndome de la frustración, me dije: Bueno, si a los grandes artistas les tomaba años, a mí, bien puede tomarme un mes terminar alguna cosita.   

Ayer en la tarde me puse a rezar el rosario en la salita donde pinto ya que hacía una tarde preciosa. La Sagrada Familia la tenía enfrente y detrás, una hermosísima vista del valle.

Miré con mucho afecto a María con Jesús en brazos y me dio un vuelco el corazón porque ahi mismo entendí que en Jesús, lleva a la Iglesia y que la misma, tiene su origen y culminación en El. La Iglesia existe desde siempre, lo mismo que el Verbo y, no tendrá fin.

María, no solo lleva en brazos a la Iglesia en Jesús sino que, en El, a cada uno que busca con vehemencia ser figura del Hijo por gracia de Dios. A cada uno que le da voto de confianza y se dona como hostia viva al Padre. A todo aquél que, como María, ha dicho “Hágase en mi según tu Palabra ” 

Es un misterio tremendo la distinción que ha otorgado el Señor Dios a María y, ella, como si tal cosa; cumple su deber hacia la Iglesia y hacia cada uno, tal como lo hizo con Jesús. 

San José, a su lado, la mira afectuosamente sobrecogido, como diciendo, tal como digo yo. “Es posible que esté ante de tanta maravilla! En verdad, me está sucediendo?”

Sí, me sucede como a San José, porque en brazos de María estoy, Ella me cuida como verdadera Madre y nunca me deja. Ni a mí ni a ninguno de sus hijos. 

Y puedo ver también que cuida de la Iglesia; que para ello, pide y espera asistencia de San José quien, como siempre, responde solícitamente. 

Viendo tanta cosa que veo en mi pintura, con el salmista digo: “Que es el hombre para que te fijes en el?” Quién el ser humano para darle poder de sostener a la Iglesia e hijos en brazos?

En verdad que somos creados a imagen y semejanza de Dios para, por gracia de Dios, reproducir la figura del Hijo pero además, para que María, otro ser humano, sea capacitada con la plenitud de la gracia para ser Reina y Señora de todo lo creado y para que, desde la autoridad concedida, administre para bien  nuestro y de la Iglesia, lo que de Dios recibe.

Este cuadro que no termino y que, de cierta forma está quedando algo raro, en comparación con los cuadros que pinto regularmente, contiene elementos que deseo tener siempre delante de mí para no olvidarlos. Empezando por el bonito y muy judío rostro de San José. Nunca he visto un San José como el mío y, me encanta.   

8 comentarios

  
Vladimir
Si tu San José, te parece más bonito que otros, es porque te estás enamorando de este Santo. Bendito enamoramiento, porque vueltos hacia José, no tardaremos en ver mejor a Jesús y María.
El próximo 8 de Diciembre se cumple el 150 Aniversario de la proclamación de San José, como PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL.
Celebremos tan grandioso aniversario, de la mejor manera que nos sea posible.
13/11/20 2:36 PM
  
Juan Bautista García
Sin duda, tiene una fe firme en la religión, aunque lo principal es apoyarse de manera exclusiva, en las Sagradas Escrituras, son las únicas Inspiradas por Dios (2Tm.3:16) Hace algún tiempo le mandé una reflexión bíblica, y quizás no la haya recibido, por ello, se la incluyo aquí.
Cita bíblica y reflexión (I)
En estos días de coronavirus que, sin lugar a dudas, Dios utiliza en su soberanía para avisarnos de lo falible que es el ser humano, y creo que también para dar oportunidad al arrepentimiento y a la búsqueda de Dios. Y otras señales vendrán, según las profecías bíblicas, que están en la Biblia. ¿Hay para el creyente en Jesús esperanza? ¡Claro que sí! Muchos textos bíblicos lo corroboran, y entre ellos el que señalo en esta “cita bíblica y reflexión”.
Filipenses 4:7
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
Un texto sagrado con mucho calado espiritual. Un fin que me motiva a una escueta explicación, pero sustanciosa para los hambrientos, ´no de pan´, como dijo Jesús, “sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt.4:4). Hago una división en tres apartados:
1. “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento”.
¿Alguien puede entrar en una comprensión inteligente respecto a la paz de Dios?, el texto lo deja claro: “sobrepasa todo entendimiento”. Sin embargo, es una paz que uno puede experimentar y contrastarla con la que procede del mundo; así lo dijo Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy: yo no os la doy como el mundo la da” (Jn.14:27) ¿Cuál de ellas preferimos, la de Jesús o la del mundo? Uno tiene que plantearse su libre decisión al respecto. Tal paz de Dios es un resultado de una fe salvífica obtenida en Jesucristo: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Ro.5:1). Una paz auténtica interior pasará, inevitablemente, al tener paz con Dios.
2. “Guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos”.
La manera en la que uno piensa le guiará en una dirección u otra, y caracterizará su persona como tal: “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Prob.23:7) ¿Hacía dónde debería estar enfocado nuestro pensamiento?: “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Fil.4:8). Hay, sin lugar a dudas, una gran batalla en nuestro intelecto, que el mismo apóstol Pablo experimento: “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago” (Ro.7:19)

3. “En Cristo Jesús”.
La clave está anclada en esta frase, ya que sólo “en Cristo Jesús”, Dios, “guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos”, y siendo así, y no de otra manera, obtenemos: “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento”, o sea, está fuera del intelecto humano. Una verdad incuestionable para el cristiano que no ignora las Sagradas Escrituras. Queda claro que la paz no está acondicionada a las circunstancias, sino que trasciende a ellas, por ello, en cualquier conflicto de la índole que sea, hay paz “en Cristo Jesús”.
Reflexión
“Pero no hay paz para los malvados /dice Yavé” (Is.48:22). Y en cambio: “Tú (Dios) guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento, en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Is.26:3) Existe una paz artificiosa, de autoengaño, pero la paz verdadera sólo emana de Dios, “Jehová, tú nos darás paz” (Is.26:12) , y es en Él donde uno debe buscarla, y no en cualquier otro lugar, y la encontrará si lee con atención la palabra de Dios.
02/11/20






27/11/20 1:30 PM
  
Vladimir
En mi anterior comentario, recuerdo que el próximo 8 de Diciembre se celebra el 150 aniversario de la proclamación de San José como PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL. San José, que prestó al Señor, el servicio de la Paternidad, presta a su Cuerpo, que es la Iglesia, el mismo servicio. O sea, San José ejerce su patrocinio sobre nosotros, bajo una modalidad paternal.
Después de Dios, en el alma de San José, como en un espléndido espejo, es donde podemos contemplar con nitidez incomparable, el reflejo de los rostros de Jesús y María.
En mi ámbito eclesial, no he escuchado el anuncio de alguna celebración para tan magno aniversario. Yo, de mi parte, lo celebraré con el rezo de una Novena a la Sagrada Familia, que iniciaré el próximo Domingo 29 de Noviembre. Invito a todos los Cristianos Católicos, que puedan, a hacer algo similar.
¿Por qué a la Sagrada Familia? Porque José es el festejado, porque el aniversario será en el día de la Virgen Inmaculada y, finalmente, porque Cristo Jesus es la fuente de todos los dones y gracias con que han sido adornados los Santos.
27/11/20 3:22 PM
  
Juan Bautista García
“Mas el fruto del Espíritu es amor”
(Gál.5:22)

Unas palabras preliminares serían que el amor es una de las virtudes principales que conllevan la vida cristiana auténtica, y sin tal cualidad hablaríamos de religiosidad, pero no de espiritualidad. Un autoexamen, en reflexión bíblica, sería el ´termómetro´ de la vida cristiana.

1. ¿Cómo se define?
Una consulta a dos diccionarios de teología. Uno: “preocupación altruista, leal y benevolente por el bienestar de otra persona”. Otro: “El amor es comunión entre personas; es una acción de entrega”. Me parece acertada esta definición respecto al amor; no obstante, lo verdaderamente relevante, y definitorio es lo que dice la Sagrada Escritura. Ignorarla en este aspecto, como en cualquier otro, es ´estar a la deriva´, sin ´timón´.
2. ¿Cuál es la definición bíblica?
A partir de la versión Reina Valera, consulto otras versiones que aportan algunos matices: “El amor es sufrido, es benigno (´bondadoso´); el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido (´no actúa indebidamente´), no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor (´no toma en cuenta el mal´), no se goza de la injusticia (´no se alegra en la injusticia´), más se goza de la verdad (´sino que se regocija con la verdad´); todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1Corintios 13:4 al 7). Según esta definición bíblica necesitaríamos puntualizar cada una de estas expresiones que nos llevarían a toda una escala de reflexiones con firme base bíblica.
Uno puede decir, y con razón, cómo podré vivir este tipo de amor tan genuino. Llevarlo a cabo cae en una absoluta imposibilidad debido a nuestra naturaleza adámica. Parafraseando las palabras de Jesús: “para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (Mr.10:27). Y la experiencia de ese amor en la vida de un cristiano se debe a la obediencia de la palabra de Dios: “Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado” (´En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra´ (1Jn.2:5). Si hay disponibilidad a obedecer la palabra de Dios, se producirá el amor, y las demás cualidades que son también “el fruto del Espíritu”, en singular (vs.22 y 23)

3. ¿Cuál es su procedencia?
Esta virtud de amar no es una cualidad de mérito propio, sino que procede de “el fruto del Espíritu” (Gál.5:22). Pablo señala el haber recibido, como cristianos, el amor de Dios por el Espíritu Santo: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom.5:5): no obstante, se requiere, no solo saber esto, sino experimentarlo en uno mismo y trasmitirlo a los demás en la conducta de amar, aunque uno no sea amado, ya que lo contrario evidencia un desconocimiento de Dios: “El que no ama, no ha conocido a Dios (´no conoce a Dios´); porque Dios es amor” (1Jn.4:8)
4. ¿Hay diferencia en el amor?
Cada persona tiene una capacidad de amar por haber sido hecho a imagen de Dios: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Gén.1:27) Sin embargo, por medio de la caída de Adán y Eva, ese amor se deterioró, aunque no desapareció, y muchas veces el equilibrio se rasga entre amar y odiar, algo que no debe pasar en el cristiano, seguidor de la enseñanza de Jesús, aunque, a veces, pueda ´´tambalearse´, pero es recuperado a través del arrepentimiento ante Dios (Ap.2:4-5). Si falta el amor, el cristianismo se convierte en un tipo de religiosidad sin sentido espiritual, y para ello, Jesús tuvo que enjuiciar el comportamiento farisaico judío.
Según Efesios 3:18 y 19, se exhorta al cristiano a comprender el amor de Dios: “Seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. En el amor, al igual que otras virtudes esenciales en la vida cristiana pasa por un proceso de crecimiento de vida espiritual, ya que no hay madurez sin aprendizaje dentro de la comunión con Dios, y aun así no llegaremos a la perfección, como lo expresaba el apóstol Pablo: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús” (Filipenses 3:12). ¿Es este pensar paulino el nuestro?
Seguir a Jesús no se trata, en exclusiva, de una actividad ministerial, “sino la fe que obra por el amor” (Gál.5:6) A mi parecer, y creo que estoy de acuerdo con el texto bíblico, el amor es la principal fuente de toda actitud y activismo a favor de las personas salvas o perdidas. Cada creyente sabe que amar a Dios es el primer mandamiento (Mt.22:37 y 38). Y si el tal no se practica, entonces la vida cristiana es toda una frustración espiritual. ¿De qué servirían todas las buenas obras si carecen de amor?, serían “como metal que resuena, o címbalo que retiñe”, o sea, sin validez, carente de esencialidad (1Cor.13:13:1)
Si uno tiene amor, “el fruto del Espíritu”, al tal se le considera “nacido de Dios”, y se proyecta a otros en plan exhortativo: “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios” (1Jn.4:7) ¿Qué pasa al que no ama? “El que no ama no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1Jn.4:8) Ante Dios no sirve una actitud de ´espiritualidad´ sin seguir el mandato de Jesús: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn.14:15), o sea, guardar las enseñanzas de Jesucristo.
5. ¿Se cuestiona el amor?
Según el apóstol Pablo, sí: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? (1Jn.4:20) Y continúa el apóstol Juan: “Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” (1Jn.4:21) El amor es el pilar más valioso en la vida de un cristiano, según la enseñanza de Pablo (1Cor.13:13) Amar a Dios y a los demás es el plan de Dios y sin él la vida cristiana no tiene sentido, por ello, hemos de cuidar mucho la calidad de nuestro amor a Dios y al prójimo. Solamente el amor convence y atrae unos hacia otros, pero sin él hay separación.
6. ¿Amor sin disciplina?
“Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menospreciéis la disciplina del Señor, Ni desmayéis cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos, porque ¿¿qué hijo es aquel a quien el padre el padre no disciplina? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para que nos es provechoso, para que participemos de su santidad” (Heb.12:5-7,10).
Según el apóstol Juan parece que no es incompatible: “Sabed también que todo el que hace justicia es nacido de Dios” (1Jn.2:29), esto conlleva exhortación si las cosas no se hacen bien, así lo expresa en el libro de Hebreos (12:5 al 7,10). Y Pablo aconseja al joven Timoteo: “redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2Tm.4:2) La disciplina es recíproca: “Antes exhortándoos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (Heb.3:13) Cualquiera que sea la exhortación debe priorizar el amor de Dios. ¿Cómo recibimos la exhortación, con humildad en la razón exhortativa? (véase Salmo 141:5). ¿De qué forma exhortamos a otros, con una sana mira de restauración, o ´condenatoria´?

7. Al ser Dios amor, ¿todos se salvarán?
Hay un gran error en pensar que al final habrá salvación para todas las personas, crean o no crean, ¡esto es falso! La Biblia habla claramente de dos lugares que existirán en la eternidad, por lo tanto, las personas irán a uno u otro de estos lugares señalados bíblicamente en el Nuevo Testamento: ´cielo e infierno´ una vez dejemos esta vida en este mundo. Dios ha hecho su parte muriendo en la Cruz, y ahora la persona tiene que tomar una decisión, ¡la más importante de su vida!, porque según decida irá a un sitio u otro cuando pase a la eternidad. Así queda reflejado con toda claridad en las Sagradas Escrituras.
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envío, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vid ((Jn.5:24) “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mt.25:54). Dios es amor para salvación, pero también es Dios de justicia para perdición. ¿A dónde irás una vez dejes esta vida? La respuesta es tu decisión: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se piedra, más tenga vida eterna” (Jn.3:16)
Bendición


09/12/20 9:46 AM
  
Vladimir
Saludos Ma. Cruz.
Utilice su influencia, en Costa Rica, para que se celebre, a lo grande, el Año Josefino.

10/12/20 2:35 PM
  
Juan Bautista García
Saludos, Maricruz,
¿No le parece que sería bueno unas palabras a los comentaristas de sus artículos? Aunque sean unas breves alusiones, a favor o aclaratorias, por lo menos a mi me parece. Hay otros que lo hacen y es de agradecer ese contacto con el articulista. Al caso viene, le envié dos comentarios y me da la idea de que no hayan sido leído, aunque quizás no tenga un ´hueco´ disponible para sus lectores, que además comentan sus artículos. Perdone, mi intromisión de ´consejo´.
¡Gracias!
Bendición.
21/12/20 11:01 AM
  
Maricruz
Estimado Juan Bautista
Me disculpo por no haberle hecho saber un par de cosas
a. No acostumbro responder comentarios y mucho menos ahora que apenas consigo sostenerme por gracia de Dios
b. Tampoco acostumbro responder correos en los que esperan mi opinión sobre reflexiones personales
c. Por favor tenga en cuenta, de aquí en adelante, que tampoco permito comentarios tan extensos como los suyos.
Gracias
22/12/20 2:46 PM
  
Juan Bautista García
Gracias a usted, estimada Maricruz, por su aclaración, y además, procuraré, en lo sucesivo, no ser tan extenso en comentarios que pueda hacerle a sus artículos. Para mi lo valioso es que los lee, y si en algún momento le parecen que ya no son de su interés, sólo tiene que decírmelo en correo aparte, y dejaría de enviárselos.
Reciba un afectuoso saludo,
Juan & Chari
23/12/20 5:10 PM

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