"Las buenas obras, recuerden chicos, nacen mirando la realidad"

Esta carta la hallé visitando la página de la Revista Huellas y responde perfectamente a la pregunta que me plantearon hace apenas unas horas algunos católicos que cuestionan la ortodoxia de una fe vivida como juicio de la realidad, en otras palabras, de una fe vivida como experiencia de Cristo presente entre los hombres.

Muchos, quizá demasiados que se consideran dueños de la verdad católica en nuestros días, se arrogan el derecho de cuestionar la ortodoxia hasta en el mismo Papa, ni qué digamos en Obispos y presbíteros, por lo que, aquello que digamos católicos de pie sobre estos temas, los tiene completamente sin cuidado; pero los hechos dicen más que las palabras, la fe vivida como método dice mucho más y mejor sobre quien es Cristo para nosotros, cosa sobre la que –según entiendo- trata el testimonio de una vida cristiana.

«Las buenas obras, recuerden chicos, nacen mirando la realidad» Lilliana Ilari



CARTA de Agustina
27/10/2011

Es la 01.03, am. Sé que mañana me espera un largo día y convendría estar durmiendo, pero fue tan grande lo que aconteció hoy que no puedo dejar de escribirlo. No se puede evitar escribir de qué modo la gloria de Cristo se hace manifiesta.
En la materia Introducción a la Administración, en la universidad, como parte de la nota final se nos pide realizar una monografía acerca de un tema referido a una organización. Yo propuse a mi grupo de trabajo que la hiciéramos sobre el Banco de Alimentos de la Plata, ya que conocía la experiencia de Liliana Ilari, su presidenta.
Ayer, martes, Ale, Juampi y yo emprendimos el viaje a La Plata. Tren, colectivo y taxi fueron los medios que en tres horas nos permitieron llegar desde San Isidro hasta allí. Fuimos gratamente recibidos por Liliana, cuya disposición nos impresionó. «Las buenas obras, recuerden chicos, nacen mirando la realidad», fue una de las primeras cosas que nos dijo Liliana, que me quedó grabada. Así comenzó una visita de tres horas cuyo objetivo era indagar en la estrategia de la organización en su entorno. Pudimos cumplir ese objetivo gracias a la charla constante de Liliana. Sin embargo, lo que me impresionó de la visita fue el encuentro con una persona que vivía una experiencia, que vivía a fondo su realidad.
Mientras se desarrollaba la conversación, me fui sintiendo cada vez más conmovida por la sencillez con la que Liliana relataba cosas extraordinarias: su inquietud por la situación social argentina y su activa participación para cambiarla desde su lugar, su trabajo ad honorem en el banco y su jornada de trabajo en el depósito de 9 a 17hs (más su disponibilidad full time al teléfono), su empatía por el otro, su constante preocupación por la educación.
«Las fuerzas que cambian al mundo, son las fuerzas que cambian al corazón del hombre», nos recordó Liliana. Ella quiere que su testimonio sea una fuerza que cambie al mundo, que cambie el corazón de los empresarios con los que trabaja, mientras ella va creciendo a través de la amistad y el trabajo.
Me pregunto ahora «¿Qué mueve a una persona a realizar con sencillez cosas extraordinarias?» Si no es por el profit (podría haber pensado, como buena economista) ni por un reconocimiento social, la respuesta se hace obvia.
La victoria de Cristo se me hizo manifiesta en ese encuentro, en esa persona, en esa circunstancia. Mirar a los voluntarios trabajar contentos; ver la cantidad de donaciones e instituciones beneficiadas y que mis compañeros hayan disfrutado y sacado «lecciones de vida» (tal como definieron ellos al encuentro) es la victoria de Cristo, hoy y aquí.
Ahora puedo irme a dormir tranquila, tras haber escrito cómo Cristo se hace presente en nuestras vidas.
Agustina, Campana / Buenos Aires (Argentina)

«¿Qué mueve a una persona a realizar con sencillez cosas extraordinarias?»

No para todos la respuesta es obvia.

1 comentario

  
Gaby
Es extraordinario nada más porque no todo el mundo lo hace. Que si fuera como debe ser, sería ordinario, y nada nos extrañaría la sencillez.

Si el mundo fuera como debe ser, y lo ordinario fuera extraordinario, a nadie le extrañaría que la gente que persigue la fama, la fortuna y el reconocimiento sufra tantas decepciones. Veríamos con lástima al que pasa su vida acumulando propiedades, encerrado tras cuatro llaves, temiendo perderlas. No nos extrañaría la pobreza del que reparte hasta lo que no tiene, sino nos extrañaría el dolor del que deja que la comida se pudra en su refrigerador.

"¿Por qué hacen eso?" diríamos. "¿Por qué persiguen las cosas materiales que no duran y desprecian los bienes eternos?". Si el mundo fuera como debería ser, los ricos estarían encerrados en manicomios y nos preguntaríamos

"¿Qué mueve a una persona a complicarse tanto la vida por algo que no vale la pena?"
------------
Caer en la cuenta de que nada es como nuestro corazón lo exige es el primer paso que podría dar cualquiera para reconocer a Cristo lo que le serviría para hacer de este mundo la antesala de ESE lugar extraorrdinario.

01/11/11 1:50 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.