El Papa Francisco, la encíclica y el «poder ciudadano»
Sí, yo sí me he leído la encíclica Laudato Si’. A la espera de la versión oficial, que es la que todavía no se ha publicado, en latín, digamos que es «sugerente», en todos los sentidos.
Uno de los párrafos que más me ha llamado la atención, tanto porque rompe el mito de que ese modo de actuar «no es cristiano», como porque no lo he visto resaltado en los innumerables comentarios a la encíclica, es el 206:
Un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social. Es lo que ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción. Es un hecho que, cuando los hábitos de la sociedad afectan el rédito de las empresas, estas se ven presionadas a producir de otra manera. Ello nos recuerda la responsabilidad social de los consumidores. «Comprar es siempre un acto moral, y no sólo económico». Por eso, hoy «el tema del deterioro ambiental cuestiona los comportamientos de cada uno de nosotros»
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